Un hijo sabio escucha las instrucciones de su padre
El hijo sabio recibe el consejo del padre; mas el burlador no escucha las reprensiones.
La sabiduría se debe aprender. No nacemos con ella; viene a través del entrenamiento y la experiencia. La sabiduría es un ciclo positivo. Si hemos aprendido la suficiente sabiduría como para reconocer que es inteligente escuchar y actuar de acuerdo con la enseñanza y disciplina de nuestros padres, vamos a adquirir aun más sabiduría.
Pero la necedad es un círculo vicioso. Puede empezar con no escuchar la instrucción, pero conlleva a no prestar atención ni siquiera a un fuerte regaño.
El escarnecedor es “el peor necio de todos (ver Salmos 1:1). Algunos necios son ingenuos e inexpertos, pero abiertos a sugerencias. Incluso a veces los que están firmemente arraigados en la insensatez pueden replantear su posición. Pero los escarnecedores se ríen de la justicia. Tales personas son impermeables a la reprensión” (La Biblia de estudio de Nelson, nota acerca de Proverbios 13:1).
El hijo sabio obtiene beneficios por ser sabio, pero también trae bendiciones a sus padres. Como dice Proverbios 10:1: “El hijo sabio alegra al padre”.
Para más información acerca de las relaciones padre-hijo, vea nuestra sección “Crianza”.
