La lucha contra las obras de la carne: borracheras
En la decimosexta publicación de esta serie acerca de las obras de la carne, vamos a examinar el abuso del alcohol y analizaremos varias estrategias que podemos usar para evitar las borracheras.
La Biblia no prohíbe el alcohol (como enseñan algunas religiones). De hecho, aprueba el uso del alcohol con moderación (Salmos 104:15; 1 Timoteo 5:23). Incluso, para la celebración de la Pascua es necesaria una pequeña cantidad de vino.
Las borracheras a las que se refiere Gálatas 5:21 no es al simple uso del alcohol; se refiere al abuso del alcohol. Esto también se puede aplicar a otras sustancias que alteran la mente. Estar bajo los efectos de cualquier sustancia que altere la mente afecta nuestra forma de pensar, de hablar y de comportarnos y son contrarios a lo que Dios quiere para nosotros (Efesios 5:18). Dios quiere que seamos guiados por su Espíritu Santo y que mantengamos el control en todo momento (Gálatas 5:23; 2 Timoteo 1:7).
La sociedad tiene muchas mentiras que se oponen a la visión de Dios.
Mentiras acerca de las borracheras
Mentira No. 1: “Va a estar bien. ¡Es divertido! Sólo debe tener cuidado de no convertirse en un alcohólico”.
Muchas de las personas que se vuelven alcohólicas no se vuelven adictas en un día. Puede comenzar igual que con las otras adicciones, por curiosidad, falta de autocontrol, presión de los demás, depresión e incluso intimidación. ¿Cuántos conductores en estado de embriaguez han pensado, estaré bien; tengo la situación controlada y puedo conducir —antes de salir a la carretera y matar a alguien? ¿Cuántos estudiantes universitarios ebrios han pensado, estaré bien; confío en estas personas —antes de desmayarse en una fiesta de fraternidad y luego ser abusado sexualmente? Desafortunadamente, demasiados.
El alcoholismo puede comenzar igual que con las otras adicciones, por curiosidad, falta de autocontrol, presión de los demás, depresión e incluso intimidación.
Las películas y los programas de televisión a menudo muestran las borracheras como algo chistoso. Pero la realidad de la embriaguez —incluyendo sus consecuencias negativas— no es un asunto de risa. La realidad del “borracho gracioso” que muestran en las películas es una persona irresponsable y humillada a la cual meten en la parte trasera de un coche de policía. La realidad es una figura solitaria que trata de encontrar el amor verdadero en un bar, usando el alcohol para adormecer su dolor y su soledad.
Mentira No. 2: “Sólo me estoy divirtiendo con mis amigos. Tenemos un conductor elegido. No le hacemos daño a nadie”.
Proverbios 20:1 dice: “El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, Y cualquiera que por ellos yerra no es sabio”. Otro proverbio se refiere a los que se pierden en la embriaguez como personas que experimentan aflicción, tristeza, rencillas, quejas, heridas sin causa y ojos amoratados (Proverbios 23:29). También menciona que “tus ojos mirarán cosas extrañas” y sus corazones “pronunciarán cosas perversas” (Proverbios 23:33).
¿Eso suena a que no le hicieron daño a nadie? ¡Equivocado! El hecho de que algunas personas parezcan salirse con la suya temporalmente no significa que las borracheras estén bien. Siempre hay consecuencias tarde o temprano.
Los alcohólicos que lo han perdido todo (familia, trabajo, amigos y respeto) a menudo ven cuán insidiosa es esta mentira. Cuando la realidad tiene que ser constantemente alterada para poder disfrutar de la vida o pasar el día, esto causa un gran daño. Dios desea que sus seguidores sean capaces de enfocar sus mentes en vivir un camino correcto de vida —en todo momento. Tal vez por eso “no dados a mucho vino” es un rasgo del carácter que Dios pide para el liderazgo espiritual (1 Timoteo 3:8; Tito 2:3).
Estrategias para combatir las borracheras
1. Si usted conoce su límite, no lo pase. Si no lo sabe, no lo averigüe.
Tanto las actividades sociales grandes como las pequeñas pueden ser promotoras de las borracheras. Esté consciente de la cantidad de alcohol que ha consumido durante el transcurso de una tarde o un día. Un cristiano no debe adquirir el hábito de beber lo suficiente como para experimentar un “mareo” o para sentirse “cómodamente adormecido”.
2. No racionalice su borrachera como sólo un pecado contra Dios.
La Biblia se refiere al cuerpo como un templo, que alberga al Espíritu Santo (1 Corintios 6:19-20). Es difícil obedecer una norma como: “glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu”, cuando se está cometiendo una obra de la carne y se niega a reconocerla como pecado. Recuerde que las borracheras están en la misma lista que el homicidio y el adulterio. Esto nos muestra lo serio que es para Dios. Esa seriedad debe llevarnos a evitarla y superarla.
No asuma el abuso del alcohol como un instrumento de diversión de fin de semana o como un método para adormecer los problemas de la vida; véalo como un pecado contra Dios.
3. Aborrezca las borracheras.
Hay muchas razones para aborrecer las borracheras. Entre más entienda cómo puede destruir vidas y familias, más fácil es aborrecerlas. Aborrézcalas por los miles de personas que mata cada año debido a accidentes automovilísticos. Aborrézcalas porque destruye matrimonios. Aborrézcalas por los miles que mata debido al envenenamiento por alcohol. Aborrézcalas por todas las demás consecuencias negativas que tiene en la vida de todo el mundo. Vea las borracheras exactamente como lo que son: mortales, adictivas y destructivas.
Manténgase sobrio
Para obtener más información acerca del abuso de alcohol, lea los siguientes artículos:
Ésta es la decimosexta de una serie de diecisiete partes: “La lucha contra las obras de la carne”. Para leer la parte 15, vea “Homicidios”. Para continuar la serie, vea la parte 17 “Orgías”.
Fecha de publicación: Marzo 8, 2015