Los pastores desempeñan diversas funciones, pero la más importante se desprende del significado de la palabra. Los ministros son llamados a ser pastores amorosos del rebaño de Dios.
En el artículo “¿Qué es un pastor?” describimos lo que es un pastor y también dimos una lista de las tareas que desempaña un pastor. Pero aún hay más en la descripción de un pastor. Hay una relación personal que los pastores deben construir con los miembros, y un vínculo de confianza que deben establecer.
Los ministros como pastores
Efesios 4:11 describe ciertos oficios que se dan en la Iglesia, incluyendo los de los pastores. La palabra que se traduce aquí como “pastores” proviene del griego poimen, que significa “un pastor, especialmente un pastor de ovejas” (Definiciones griegas, Thayer).
En el Antiguo Testamento vemos ejemplos de hombres que Dios utilizó en posiciones de liderazgo que primero fueron pastores. Moisés y el rey David con sólo dos ejemplos claros.
Moisés fue entrenado en el conocimiento del ejercito egipcio y liderazgo, no obstante, Dios lo preparó para liderar a los hijos de Israel haciéndolo cuidar ovejas durante décadas.
Parte del entrenamiento de David para convertirse rey consistió en aprender a ser un buen pastor.
Los pastores y el Príncipe de los pastores
Analicemos las instrucciones del apóstol Pedro al ministerio:
Jesucristo es llamado el Príncipe de los pastores, ya que Él es la Cabeza de la Iglesia y aquel que ama de tal forma a la manada que estuvo dispuesto a ofrecer su vida por todos nosotros. El estableció el ejemplo de cómo ser un buen pastor.
“Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria” (1 Pedro 5:1-4)
Aquí la analogía de un ministro con un pastor —y una congregación con una manada— es muy clara. Jesucristo es llamado el Príncipe de los pastores, ya que Él es la Cabeza de la Iglesia y aquel que ama de tal forma a la manada que estuvo dispuesto a ofrecer su vida por todos nosotros. El estableció el ejemplo de cómo ser un buen pastor.
Un buen pastor no utiliza el poder para controlar por la fuerza al rebaño. Lo guía con humildad y gentileza. Sirve a las ovejas que están bajo su cuidado. Cuando alguna se extravía, va tras ella y trata de traerla de vuelta. Un buen pastor lidera con el ejemplo. La manada conoce y reconoce la voz del pastor (Lucas 15:4; Juan 10:1-5).
¿Qué tan importante es un pastor?
En lugar de darles mi respuesta personal a esa pregunta, envié una encuesta a diferentes áreas de los Estados Unidos y le pregunté a los miembros de las congregaciones cual era su respuesta a esa pregunta. Sus respuestas no sólo describen lo que hacen los pastores, sino lo importante que son para todos aquellos a quienes sirven.
Un hombre escribió: “Un pastor puede ser, en ocasiones, como un padre, tío o hermano. Un amigo entrañable y confidente que puede darnos tanto un abrazo como un empujón para crecer, alguien que está ahí a lo largo de las tormentas de la vida y animando en los triunfos de la vida. Existe una cercanía especial con el pastor que lo aconseja a uno para el bautismo”.
Una mujer dijo que su pastor “¡siempre ha estado ahí para nosotros! Ha servido de muchas maneras, no sólo a toda la congregación, también a los individuos. Ha ayudado en los trasteos de los hermanos, ha trabajado en sus casas y conducido hasta muy lejos para ungirlos. Y cuando fue necesario su consejo, nunca nos dio la espalda”.
Otra mujer escribió: “Un pastor guía con su ejemplo. Me muestra como seguir a Jesucristo y me anima en los momentos difíciles de mi vida. Cuando mi pastor me habla, siempre me presta toda su atención. Me hace sentir valorada y escucha las cosas que digo. Mi pastor ha hecho un gran esfuerzo por venir hasta el hospital y orar por mi… compañero. Su esposa es sencilla y da un gran ejemplo. Su hospitalidad y autenticidad son importantes y muy apreciadas”.
Un hombre dijo: “El pastor local es alguien que ofrece guía, instrucción, dirección y unidad. Es extremadamente importante que sea capaz de servir en aras del fortalecimiento del vínculo con la familia local (los miembros de la congregación) y ofrecerles un ambiente donde todas las personas se sientan como parte de la familia”.
“Esto se logra hablando con todas las personas, dándoles el tiempo y la atención a cada una de ellas para que sepan que son escuchadas, que son valoradas y que son un miembro valioso de la congregación. Les da a todos la oportunidad de servir, de participar en los servicios, los estudios y demás actividades. Haciéndoles saber que ningún deber o servicio en particular es más importante que el otro —partiendo de la base de que todos tenemos talentos diferentes, y sólo porque una persona pueda ser físicamente visible en su servicio, no significa que el servicio que se hace tras bambalinas (no tan obvio/visible) de otro miembro [no] sea igualmente importante...
“Promover la unión que tantos de nosotros necesitamos para sentirnos parte de la familia de Dios. Aquí no debe pasarse por alto una excelente instrucción y unos mensajes bien pensados cada sábado.
“Siempre recordaré cuando nuestro ministro se acercó, sin haberle pedido ayuda, en un momento en el que no teníamos muchas opciones… Se ofreció a ayudar en todo lo posible”.
Otro hombre dijo: “Mis pastores nos dieron liderazgo y fueron mis mentores en mi vida cristiana. Como esposo y padre, era importante para mí tener líderes fuertes y pastores de carácter moral, pastores a los que estaba orgulloso de llamar mis amigos y mentores.
Un buen pastor no usa el poder para controlar por la fuerza al rebaño. Los guía con humildad y gentileza. Sirve a las ovejas que están bajo su cuidado.
“Mis pastores han tenido una actitud de servicio y han servido con humildad. Mostrando una gran compasión por la gente, y muy indulgentes, especialmente en tiempos de crisis. . .
“Han dado de su tiempo con hospitalidad, con preocupación genuina cuando había que reunirse tarde en la noche en el hospital con un bebé enfermo, o más tarde en la vida con un joven adulto que requería cirugía. Nuestros pastores y sus esposas han compartido los buenos y malos momentos mientras luchábamos en nuestras vidas físicas y nos han animado a continuar en el estrecho camino del cristianismo. Han llegado a ser como nuestra familia y eso marca la diferencia, crea un vínculo especial que sigue desarrollándose y madurando a lo largo de muchos años”.
Otro hombre dijo que su pastor “guarda las confidencias, es digno de confianza y no se presta para el chisme. Siempre es accesible, siempre está dispuesto a responder a tiempo y da prioridad a las necesidades de la congregación”.
Una mujer dijo: “Nuestro pastor tiene congregaciones en distintos estados, pero visita a los miembros en sus casas siempre que puede. Nos escucha y se preocupa de verdad por lo que decimos. También me agrada su esposa; ella también se preocupa de verdad y transmite su alegría a la congregación”.
Otra mujer dijo: “Es muy importante que haya confianza entre mi pastor y yo. Que pueda contar con él para que me ayude a iluminar mi camino y me lleve por la senda de la rectitud. Es tan inspirador escuchar a mi pastor hablar con claridad, honestidad, amor y ánimo. Siempre estoy ansiosa de venir a los servicios del sábado para escucharlo hablar. Nunca me canso de sus inspiradores sermones”.
Y otra mujer dijo: “Lo que realmente me llama la atención de nuestro pastor es que siempre es sólido como una roca en sus mensajes y es bíblicamente sólido, respaldando todo con las Escrituras y no con su opinión personal”
“Lo que encuentro valioso es que nuestro pastor ofrece estudios bíblicos nocturnos en línea y clases de liderazgo que son significativas y bíblicamente sólidas”.
Como se puede ver por las respuestas de estas personas, está claro que sus pastores son comprensivos y están tratando de seguir el ejemplo de lo que Jesús instruyó a Pedro a hacer.
Jesús dijo “apacienta mis corderos”
Un ministro es un pastor que debe cuidar del rebaño de Dios. Las palabras de Cristo a Pedro en Juan 21 son muy conmovedoras al mostrar el amor de Cristo por el rebaño y su deseo de que Pedro (y, por extensión, todos los pastores) cuiden amorosamente de su pueblo:
“Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos” (v. 15). Espiritualmente hablando, “corderos” pueden ser miembros jóvenes o inexpertos. En los versículos 16 y 17 Jesús también dijo: “Pastorea mis ovejas” y “Apacienta mis ovejas”.
Estamos aquí para servirles
La Iglesia de Dios, una Asociación Mundial, que patrocina este sitio web, tiene pastores en todo el mundo que estarían encantados de hablar con nuestros lectores. Si usted desea hablar con un pastor de su zona, puede encontrar el más cercano en nuestra página “Congregaciones”. Nuestros pastores estarán muy contentos de atenderle.