El apóstol Pablo hizo una lista de “pastores” que Dios había designado para servir a la Iglesia. ¿Cuál es la función de un pastor? ¿Cómo puede un pastor ayudar y servir a los miembros de la Iglesia?
Cuando escuchamos el título de pastor, podemos pensar en un “predicador’” o un “ministro” o incluso una persona vestida con atavíos religiosos.
¿Cuál es su propósito y que hace un pastor? ¿Existen ciertas cualidades que un pastor debe tener? ¿Por qué es importante que sepamos qué es un pastor?
Reacciones frente a los pastores
El haber sido pastor durante 16 años, me ha llevado a tener algunas interacciones únicas con personas que he conocido. Quizás es en un avión, o en una reunión en algún lugar. Después de una pequeña charla, me preguntan, “¿Usted a que se dedica?”.
Cuando les digo que soy pastor, a menudo respiran profundamente, al parecer tratando de recordar todo lo que me dijeron anteriormente. Algunos se disculpan por el lenguaje inapropiado que utilizaron. Otros me dicen, “lo, siento pastor”, a lo que respondo que simplemente me pueden llamar por mi nombre.
¡La mayoría de los pastores no pretenden hacer sentir incómodas a las personas! Teniendo en cuenta el papel que un pastor debe desempeñar, de servir a las personas, personalmente anhelo que pueda hacerlas sentir cómodas y tranquilas.
La definición de un pastor
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define “pastor”’ como: “Eclesiástico con fieles a su cargo”.
La palabra griega traducida como “pastores” en Efesios 4:11 es poimen. Significa pastor, pero se usa metafóricamente como un anciano al cuidado de la manada de Dios, la Iglesia. (Lo invitamos a leer nuestro artículo relacionado, “El ministro como pastor”.)
Todos los pastores son ancianos (también conocidos hoy en día como ministros). No obstante, no todos los ancianos (ministros) son pastores con la responsabilidad de cuidar las congregaciones.
Si usted desea aprender más acerca de lo qué es un pastor, primero veamos lo que Dios dice acerca del liderazgo que Él desea.
Liderazgo cristiano
Veamos lo que Jesucristo les dijo a sus discípulos en Mateo 20:25-28 con respecto a las personas que estaban buscando una posición o un título:
Las cartas de Pablo a Timoteo y Tito son conocidas como Epístolas Pastorales. Éstas incluyen instrucciones para Timoteo y Tito acerca de cómo debe ser su comportamiento como líderes en la Iglesia, capaces de entrenar otros líderes.
“Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”.
Esta escritura es clave para entender lo que es un verdadero líder cristiano, incluyendo a aquellos que eventualmente puedan convertirse en pastores.
En el versículo 26, la palabra griega traducida como “servidor” es diakonos.
El Diccionario griego de Thayer, define diakonos cómo aquel “que ejecuta las órdenes de otro, especialmente de un amo; un criado, asistente, ministro”. Pero la palabra también se usa para “un diácono, uno que, en virtud del cargo que le asigna la iglesia, cuida de los pobres y tiene a su cargo y distribuye el dinero recaudado para su uso”. Y también puede significar “camarero, el que sirve comida y bebida”.
Algunos pueden estar pensando: “un momento, ¿no es el ministro es el que está a cargo?”. Sí. Los ministros, especialmente pastores, tienen la responsabilidad de guiar a las congregaciones, pero Jesucristo claramente nos mostró que todos aquellos que están en una posición de liderazgo también deben servir.
¿Qué es un anciano?
Los ancianos son aquellos que han demostrado estar comprometidos para servir fielmente en papeles de liderazgo espiritual en la Iglesia.
Los ancianos, incluidos los que han sido designados para el cargo de pastor, deben ser ordenados oficialmente. Uno no puede ordenarse a sí mismo; hay una clara cadena de autoridad dada por medio de aquellos que Dios ha nombrado previamente en el cargo. La ordenación implica la imposición de manos por parte de los ancianos y la oración (Hechos 6:6: 14:23; 1 Timoteo 4:14).
Cualidades de un ministro de Dios
Las cartas de Pablo a Timoteo y Tito son conocidas como Epístolas Pastorales. Éstas incluyen instrucciones para Timoteo y Tito acerca de cómo debe ser su comportamiento como líderes en la Iglesia, capaces de entrenar otros líderes. Pablo, en estas cartas, les dice claramente lo que se necesita para el liderazgo en la Iglesia.
“Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo” (1 Timoteo 3:1-7).
Aquí vemos una descripción de lo que debe ser un anciano y cómo un anciano, especialmente aquel que ha sido designado como pastor, debe actuar.
Pablo aborda algunas de las mismas consideraciones en sus instrucciones a Tito.
“Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía. Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo, retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen” (Tito 1:5-9).
El propósito de un pastor
Para poder entender el propósito de un pastor, vayamos al libro de Efesios. “Y él mismo [Cristo] constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:11-13).
Una vez más, vemos el propósito de los ministros, incluidos los pastores. Equipan a los santos (que significa preparar, perfeccionar o dotar). Se encargan de llevar a cabo la obra del ministerio. Edificarán (instruirán o fortalecerán) el cuerpo: la Iglesia. Trabajaran para que haya unidad y conocimiento sólido en los miembros.
Los pastores van a enseñar y a explicar cosas directamente de la Palabra de Dios, la Biblia, de una manera apropiada. No van a sacar las cosas de contexto ni van a usar las Escrituras de manera equivocada para promover una creencia personal.
Pero enseñar no es su único deber.
¿Qué hace un pastor?
Dentro de la Iglesia, los pastores tienen múltiples funciones. Los pastores desempeñan el papel de consejeros. Para quienes lo solicitan, aconsejan a las personas que se preparan para el matrimonio y trabajan con quienes tienen dificultades matrimoniales. Orientan a quienes luchan contra las adicciones. Visitan a los enfermos y necesitados, ungen y oran por los que sufren o están afligidos (Santiago 5:14-16).
Siguiendo el ejemplo de Cristo y los apóstoles, enseñan en el día sábado, explican las Escrituras, dan orientación y apoyo (Lucas 4:16; Hechos 17:2). Enseñan la verdad de la Biblia y sus doctrinas tal como han sido enseñadas (Tito 1:9).
También proporcionan una mezcla de actividades para la congregación, como estudios bíblicos, comidas y actividades que crean oportunidades de compañerismo en las que los miembros pueden acercarse unos a otros (Hechos 2:42, 46-47).
Los pastores de hoy también sirven de otras maneras, por ejemplo escriben, sirven en programas de campamentos y ayudan con la educación y el desarrollo del liderazgo.
Un pastor está para aconsejar a aquellos a quienes Dios llama al arrepentimiento, al cambio y al bautismo (Hechos 2:38-39; lo invitamos a leer nuestros artículos “¿Qué es el arrepentimiento?” y “¿Qué es el bautismo?” y otros artículos relacionados).
La Iglesia de Dios, una Asociación Mundial, tiene pastores en todo el mundo que se dedican a servir a aquellos que están interesados y buscan ayuda. Si desea hablar con uno de nuestros pastores, puede encontrar el más cercano a usted en nuestra página “Congregaciones”.
Consulte también nuestro artículo “El ministro como pastor”, si desea aprender más acerca de las funciones de un pastor.