Una de las iglesias más grandes del mundo justifica su autoridad con la premisa de que Cristo fundó su Iglesia sobre el apóstol Pedro. Pero ¿es Pedro la “roca” a la que Cristo se refería?
A través de la historia, la Iglesia Católica ha usado Mateo 16:18 como prueba de que Pedro y sus supuestos sucesores tienen autoridad espiritual ilimitada. Pero ¿es esto lo que Cristo dijo?
Cristo había preguntado anteriormente a sus discípulos: “Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?”. Pedro fue el primero en responder y eventualmente dio la respuesta correcta (v. 16). Cristo no sólo lo felicitó por ello, sino que además aprovechó la oportunidad para revelar a sus discípulos una importante verdad acerca de las rocas.
“Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (v. 18).
Pedro, una roca, la Iglesia, puertas del Hades. Cristo dijo mucho en esta frase tan corta. ¿De qué estaba hablando?
Una interpretación de “sobre esta roca edificaré mi iglesia”
Según la Iglesia Católica Romana, Cristo básicamente estaba diciendo: “Y yo también te digo que tú eres Pedro (la roca), y sobre ti, Pedro, edificaré mi santa Iglesia Católica; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”.
Esta interpretación es la base de la doctrina de la primacía de Pedro, la idea de que Cristo fundó su Iglesia sobre Pedro, él es el fundamento de la Iglesia y le fueron dadas “las llaves del reino de los cielos” (v. 19) —la autoridad suprema para dictar la doctrina y gobernar la Iglesia.
De esta creencia también se deriva la doctrina de la sucesión papal. Según la Iglesia Católica, Pedro eventualmente se mudó a Roma para liderar desde ahí la iglesia por aproximadamente 25 años, hasta su martirio en el 67 d.C. Ellos creen que Pedro comenzó una sucesión de papas que nunca se ha visto interrumpida hasta la actualidad (desde el papa Lino hasta el papa Francisco I) y que cada uno de estos Papas tendría la autoridad que Cristo supuestamente le dio a Pedro en Mateo 16:18-19.
Consecuencias de esta creencia: papas que cambiaron doctrinas bíblicas
Basada en la creencia de que Pedro y sus supuestos sucesores son la “roca” sobre la cual Cristo fundó su Iglesia y que poseen las “llaves del reino”, la Iglesia Católica se ha atribuido la autoridad para establecer la doctrina, y aun ha cambiado o agregado muchas cosas a las verdades bíblicas. Ésta es la autoridad que los papas dicen ejercer cuando hablan ex cathedra (traducción en latín de “desde la silla” de San Pedro).
Según la doctrina de ex cathedra “cuando un papa ejerce su cargo oficial como sucesor de San Pedro y cabeza de la iglesia en la Tierra, con toda la autoridad que ello significa, y proclama una doctrina de fe o moral para toda la iglesia, está exento de error” (John A. O’Brien, The Faith of Millions [La fe de millones], 1963, pp. 110-111).
De hecho, uno de los principales títulos del papa es “vicario de Cristo”, “que implica su primacía suprema y universal, tanto de honor como de jurisdicción, sobre la iglesia de Cristo” (Enciclopedia Católica). En otras palabras, se considera que el papa es representante directo y poseedor de la autoridad de Cristo, que supuestamente fue dada en un principio a Pedro.
La Iglesia Católica se ha valido de esta doctrina para cambiar y establecer muchas doctrinas que no se enseñan en la Biblia, como por ejemplo:
- En el año 190 d.C., el papa Víctor I decretó que todos los cristianos debían abandonar la observancia bíblica de la Pascua y en cambio observar el Domingo de Resurrección en honor a la resurrección de Cristo. Esto luego fue confirmado por el Concilio de Nicea que lo hizo obligatorio para toda la iglesia (325 d.C.).
- El 8 de diciembre de 1854, el papa Pío IX estableció la doctrina de la “Inmaculada Concepción” según la cual la Virgen María se “conservó libre de toda mancha del pecado original” y durante toda su vida fue “completamente perfecta, hermosa, amada por Dios y nunca contaminada ni con la más pequeña mancha” (Ineffabilis Deus).
- El 1 de noviembre de 1950, el papa Pío XII estableció la doctrina de la “Asunción de María”, declarando que el cuerpo de la Virgen María nunca murió ni se descompuso, sino que “fue llevada al cielo en cuerpo y alma” (Munificentissimus Deus).
Ahora, si usted es cristiano protestante, probablemente no esté de acuerdo con muchas de estas doctrinas católicas. ¡Pero cuidado, la realidad es que el protestantismo retuvo (y todavía cree y practica) muchas doctrinas establecidas por la Iglesia Católica, usando la autoridad que ellos afirman se deriva de Mateo 16:18-19!
Un ejemplo: cambio del sábado al domingo
Piénselo por un momento, ¿cree su iglesia que el “día del Señor” es el día domingo? ¿Sabía que fue la Iglesia Católica la responsable de cambiar el día de reposo del séptimo día de la semana (sábado) al domingo? Pues así es; y no sólo los católicos son los primeros en reconocerlo, sino que además aseguran que al observar el domingo, la Iglesia Protestante está reconociendo la autoridad de la Iglesia Romana.
Como el cardenal católico James Gibbons explicara:
“Las Escrituras solas no contienen todas las verdades que un cristiano debe creer,Agregar, ni expresan todos los deberes que está obligado a practicar. Sin mencionar otros ejemplos, ¿no debe todo cristiano santificar el domingo y abstenerse de trabajo servil innecesario en ese día?... Pero aun si leyéramos la Biblia del Génesis al Apocalipsis no encontraríamos ni una sola frase que autorice la santificación del domingo. Las Escrituras demandan la santificación del sábado, un día que nosotros nunca santificamos” (The Faith of Our Fathers [La fe de nuestros padres], 1917, pp. 72-73).
En 1942, el Boletín Católico Universo además declaró que “La Iglesia cambió la observancia del sábado al domingo por derecho de la autoridad divina e infalible que su fundador, Jesucristo, le dio. La Iglesia Protestante, para la cual la Biblia es la única autoridad espiritual, no tiene ningún fundamento para observar el domingo”.
En otras palabras, si usted va a la iglesia en domingo, está reconociendo tácitamente la autoridad de la Iglesia Católica para cambiar y crear doctrinas que no están en la Biblia.
Si esto lo hace sentir incómodo, probablemente le interesará leer más acerca del día de reposo bíblico en nuestro folleto gratuito El sábado: un regalo de Dios que hemos descuidado.
Lo que Cristo realmente quiso decir
Entonces, ¿estaba Jesús realmente edificando la Iglesia sobre Pedro (y sus sucesores) en Mateo 16:18? Analicemos el versículo con cuidado.
Aunque muchos lo ignoran, Mateo 16:18 es un juego de palabras que no se entiende bien en nuestro idioma y, por lo tanto, es necesario leerlo en su idioma original (griego). Cristo utilizó la palabra Petros para referirse a Pedro: “Y yo también te digo, que tú eres Pedro [Petros]”. Luego, usó una palabra con un sonido similar para describir aquello sobre lo que Él iba a edificar su Iglesia: “y sobre esta roca [petra] edificaré mi iglesia”. Entonces lo que Cristo realmente dijo fue: “Y yo también te digo, que tú eres Petros y sobre esta petra edificaré mi iglesia”.
Si bien el verdadero nombre de Pedro era Simón, en Juan 1:42 Cristo le había dado el sobrenombre de Cefas (“piedra”, en arameo), y Petros, de Mateo 16:19 es simplemente la versión en griego de ese sobrenombre. Ambas palabras (Cefas y Petros) significan “un fragmento, una piedra” (Zondervan Expository Dictionary of Bible Words [Diccionario expositivo de palabras de la Biblia de Zondervan], pp. 537-538). Y, en español, Petros bien podría traducirse como “piedrita” o “piedra pequeña”.
Petra, en cambio, la segunda palabra utilizada por Cristo, también significa roca, pero representa una “gran roca” y podría incluso traducirse como “peñasco” —una masa de roca inamovible (Ibídem).
Si Cristo hubiera querido referirse a Pedro, podría simplemente haber dicho: “Tú eres Pedro y sobre ti edificaré mi Iglesia”.
Pero en lugar de ello, hizo una clara distinción entre el apóstol (petros) y la roca sobre la cual su Iglesia estaría fundada (petra). Cristo edificaría su Iglesia en una roca lo suficientemente grande como para servir de cimiento y piedra angular, una roca inmensa, fuerte e inamovible. ¡Esto describe nada menos que a Jesucristo mismo!
El resto de la Biblia revela que esta roca sólo podía ser Jesucristo. En el Nuevo Testamento Cristo se describe siete veces como la “piedra angular” (Mateo 21:42; Marcos 12:10; Lucas 20:17; Hechos 4:11; Efesios 2:20; 1 Pedro 2:6-7). En 1 Corintios 10:4, el apóstol Pablo habla de una “roca espiritual que los seguía”, la cual “era Cristo”.
Pero además de ser la piedra angular, Cristo es y siempre será “la cabeza del cuerpo que es la iglesia” (Colosenses 1:18; vea también Efesios 5:23). Cristo estableció líderes en su Iglesia (Efesios 4:11), pero la Biblia instruye que aquellos que tienen posiciones de liderazgo deben permanecer fieles a las enseñanzas originales de Cristo (1 Corintios 11:1). Es por esto que en lugar de atribuirse la autoridad que algunos suponen que tenía, Pedro mismo enseña a los cristianos a “seguir las pisadas” de Cristo (1 Pedro 2:21).
Descubra más acerca de la importancia de permanecer fieles a las enseñanzas originales de Cristo en nuestro artículo "¿Fue diseñado el cristianismo para evolucionar?”.
Encuentre la Iglesia edificada sobre Cristo
La mayor lección de Mateo 16:18 en realidad no se trata de Pedro. Se trata de la Iglesia que Cristo edificó. La palabra griega traducida como “iglesia” (ekklesia) se refiere a un grupo de personas especiales, elegidas y llamadas a salir del mundo. Además, la Biblia describe la Iglesia de Jesucristo como:
- Una Iglesia que enseña y se esfuerza por vivir por “toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4). Es decir, una Iglesia cuyas creencias están basadas sólo en la Biblia y no en tradiciones humanas (Marcos 7:7).
- Una Iglesia que observa el mismo día de reposo y fiestas santas que Cristo y sus apóstoles observaron (Marcos 2:27-28; Hechos 18:21; 1 Corintios 5:8).
- Una Iglesia que se llama a sí misma por el nombre bíblico de “iglesia de Dios” (Hechos 20:28; 1 Corintios 1:2; 10:32; 11:16, 22; 15:9; 2 Corintios 1:1; Gálatas 1:13; 1 Tesalonicenses 2:14; 2 Tesalonicenses 1:4; 1 Timoteo 3:5, 15).
- Una “manada pequeña” (Lucas 12:32) que a menudo sería perseguida (Mateo 24:9).
- Una Iglesia que se esfuerza por predicar el “evangelio del reino en todo el mundo” (Mateo 24:14).
¿Dónde está la Iglesia que posee todas estas características? Si desea saber más acerca de la verdadera Iglesia edificada sobre la Roca, Jesucristo, no dude en leer el artículo “La Iglesia de Dios: ¿qué es en realidad?” en nuestro sitio web VidaEsperanzayVerdad.org.