Pérgamo

La iglesia de Pérgamo recibió un mensaje de Jesucristo a finales del primer siglo. ¿De qué se trataba este mensaje? ¿Qué significa para nosotros hoy?

Como se mencionó anteriormente en esta serie de artículos, el apóstol Juan registró en el libro de Apocalipsis una visión que había recibido de Jesucristo a finales del primer siglo. Esta visión incluía mensajes a siete congregaciones de la Iglesia de Dios en Asia Menor. La iglesia de Pérgamo era una de estas congregaciones (Apocalipsis 1:11).

En este artículo analizaremos la historia de la ciudad de Pérgamo en el momento en que se recibió este mensaje y durante los siglos posteriores, el mensaje que Cristo les envió, y el significado del mensaje para nosotros hoy.

Historia de Pérgamo

Fundada por colonos griegos varios siglos antes de la época de Cristo, la ciudad de Pérgamo estaba ubicada en el valle de Caicos, aproximadamente a 80 kilómetros al norte de Esmirna y a unos 25 kilómetros tierra adentro del Mar Egeo. A pesar de que no tenía la misma influencia de Éfeso y Esmirna en términos de viajes y comercio, sobresalía en otras áreas.

Pérgamo servía como la capital de la dinastía griega de los reyes Atálidas. “Eumenes II (197-159 a.C.) fue el rey más ilustre de esta dinastía, y durante su reinado la ciudad alcanzó su mayor apogeo. Durante este período, se fomentó el arte y la literatura, y en la ciudad había una biblioteca de 200.000 volúmenes (que más tarde Antonio dio a Cleopatra).

“Los libros eran de pergamino, material que se utilizó por primera vez aquí. La palabra ‘pergamino’ se deriva del nombre de la ciudad de Pérgamo. De las estructuras que adornaban la ciudad, la más famosa era el altar de Zeus, que tenía 13 metros de altura, y es también considerada una de las maravillas del mundo antiguo” (International Standard Bible Encyclopedia [Enciclopedia de la Biblia internacional estándar], “Pérgamo”).

<p>Una estatua moderna de Asclepio, del templo Asclepion en Pérgamo. Observe la serpiente, que era un símbolo asociado con Asclepio. Este símbolo continúa representando el campo de la medicina hoy en día (foto de Joel Meeker).</p>

Una estatua moderna de Asclepio, del templo Asclepion en Pérgamo. Observe la serpiente, que era un símbolo asociado con Asclepio. Este símbolo continúa representando el campo de la medicina hoy en día (foto de Joel Meeker).

Cuando el reino se convirtió en una provincia romana, Pérgamo fue nombrada la capital de la provincia. Además de gobernar toda la región, la ciudad era un centro religioso. Fueron erigidos hermosos templos en honor a cuatro dioses paganos: Zeus, Dioniso, Atenea y Asclepio. Asclepio era el dios mitológico de la sanidad, y es interesante notar que el bastón entrelazado con la serpiente continúa siendo hoy un símbolo de las artes médicas modernas.

“Al templo de [Asclepio], acudían inválidos de todas partes de Asia, y allí, mientras dormían en el patio, el dios revelaba a los sacerdotes y médicos por medio de sueños los remedios que eran necesarios para sanar sus enfermedades. Por esta razón, las oportunidades de engaño eran numerosas. También existía una escuela de medicina asociada con el templo...

“Esmirna era una ciudad rival y un centro comercial, y a medida que aumentaba en riqueza, gradualmente llegó a ser el centro político de la región. Más tarde, cuando Esmirna se convirtió en la capital, Pérgamo seguía siendo el centro religioso” (ibídem).

Situado en la Turquía moderna, Pérgamo en la actualidad se llama Bergama. Entre las ruinas de la antigua ciudad, que fueron excavadas por el gobierno alemán de 1879 a 1886, se puede ver la base del altar de Zeus, un teatro, el ágora, un gimnasio y varios templos.

El mensaje a Pérgamo

El mensaje de Cristo a esta congregación era el siguiente:

“Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco. Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe” (Apocalipsis 2:13-17).

Puntos clave del mensaje a Pérgamo

<p>Los cimientos de la base del altar de Zeus, cuyos vestigios fueron llevados a Berlín en la década de 1800 (foto de Joel Meeker).</p>

Los cimientos de la base del altar de Zeus, cuyos vestigios fueron llevados a Berlín en la década de 1800 (foto de Joel Meeker).

Han surgido varias teorías para explicar la referencia a que el “trono de Satanás” se encuentra en Pérgamo (v. 13). El “trono de Satanás” podría referirse al altar del dios pagano Zeus (una maravilla del mundo antiguo), a la adoración de Asclepio (el dios pagano de la sanación y la razón por la que muchos venían a Pérgamo), a la gran cantidad de templos paganos en esta ciudad, o al hecho de que aquí se adoraban a los emperadores romanos. Cristo pudo haber tenido todas estas referencias en mente cuando afirmó que el “trono de Satanás” estaba en Pérgamo.

También es significativo notar que la referencia al “trono de Satanás” indica que Satanás tiene un gobierno aquí en la Tierra. De hecho, él es el dios de “del presente siglo malo” (Gálatas 1:4), el “príncipe de la potestad del aire” (Efesios 2:2), y el ser que podía ofrecer a Jesús “todos los reinos del mundo y la gloria de ellos” si Jesús lo adoraba (Mateo 4:8-9).

Cuando Cristo declaró: “pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros” (Apocalipsis 2:13), Jesús estaba elogiando a la iglesia de Pérgamo por permanecer fiel a Él. Aunque estaban rodeados de adoración pagana, y vivían bajo esa influencia y sentían la presión para conformarse a la sociedad que los rodeaba, habían permanecido obedientes a Dios.

Smith’s Bible Dictionary [El diccionario bíblico de Smith], afirma que, según la tradición, Antipas era el obispo de Pérgamo previo al año 100 d.C. (“Antipas”). En su mensaje a la iglesia de Pérgamo, Cristo les estaba diciendo que Él sabía que este fiel siervo de su iglesia había sido martirizado.

A pesar de que los miembros de Pérgamo se habían aferrado a la fe, Cristo también les dijo que algunos de ellos tenían algunas cosas de las que debían arrepentirse. Específicamente, Cristo dijo que había algunos que se aferraban a “la doctrina de Balaam” y “la doctrina de los nicolaítas” (vv. 14-15).

La “doctrina de Balaam” se refiere a la engañosa actitud de este hombre que trataba de servir a Dios y al mismo tiempo satisfacer sus propios intereses personales. Cuando el antiguo pueblo de Israel marchaba hacia Canaán, Balaam demostró que no era un hombre fiel a Dios, porque sus acciones eran contrarias a los caminos de Dios (Números 22-24). El punto es este: Dios espera que le obedezcamos fielmente, y con todo nuestro corazón (Deuteronomio 6:5; Salmos 119:2; Mateo 22:37). Para obtener más información acerca de por qué el comportamiento de Balaam se convirtió en un ejemplo perpetuo de cómo no adorar a Dios, vea el artículo “Balaam” en este sitio web.

La “doctrina de los nicolaítas” (Apocalipsis 2:15) no es explicada específicamente en las Escrituras. Pero si nos basamos en este pasaje, y en el mensaje anterior a Éfeso (v. 6), está claro que esta doctrina es algo que Dios odia. La redacción del texto en el versículo 15 puede indicar que esta doctrina es la misma que “la doctrina de Balaam” o similar a “la doctrina de Balaam”.

Lecciones para nosotros

Al igual que todos los mensajes a las iglesias, Jesús concluye su mensaje a Pérgamo amonestando a los lectores a prestar atención a los mensajes dados a las siete iglesias. Entonces, ¿qué podemos aprender de este mensaje a Pérgamo?

Una lección clave para nosotros hoy en día es que debemos resistir la influencia de Satanás, incluso hasta la muerte, si fuera necesario. Satanás es un ser espiritual poderoso que engaña al mundo entero (Apocalipsis 12:9). Él y sus demonios se presentan como “ministros de justicia” (2 Corintios 11:14-15) al tergiversar a Dios y su forma de vida. Satanás, sus cómplices y la influencia del mundo constantemente tratan de engañarnos para que transijamos en nuestro compromiso incondicional y adoración a Dios.

Con la ayuda de la Palabra de Dios y el Espíritu Santo, los cristianos pueden resistir exitosamente a Satanás y a la forma de pensar errónea del mundo. Si usted está dispuesto a hacer el cambio y seguir los caminos de Dios en su vida, puede comenzar con estas posibilidades:

  • Los artículos que se encuentran en la sección “Cambio” de este sitio web proporcionan una excelente orientación y le ayudarán a hacer los cambios necesarios.
  • Además, el asistir a una iglesia que enseña el cristianismo que Jesús y los apóstoles del primer siglo enseñaron y practicaron, esto le ayudará a su crecimiento y le dará la oportunidad de congregarse con aquellos que piensan de manera similar. Podemos ayudarle a encontrar una congregación de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial, cerca de usted.

Recuerde que estamos aquí para ayudarlo a desarrollar su relación con Dios para que eventualmente pueda llegar a ser parte de su familia eterna. No dude en ponerse en contacto con nosotros para hacernos saber cómo podemos ayudarle.

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