Tiatira

Tiatira fue la cuarta de siete iglesias en Asia Menor en recibir un mensaje de Cristo a finales del primer siglo. ¿Qué significa este mensaje para nosotros?

El mensaje de Tiatira abarcaba 12 versículos (Apocalipsis 2:18-29), y fue uno de los más largos que les dieron a las iglesias. Como ocurrió con la mayoría de estos mensajes, incluía tanto corrección como palabras de aliento para los cristianos de esa congregación. Antes de analizar el mensaje y su importancia para nosotros en la actualidad consideremos brevemente la historia de esta ciudad.

La historia de Tiatira

Situada en la parte norte de Lidia en el río Lico, la temprana historia de Tiatira no es muy conocida. Su nombre significa “el castillo de Thya” (International Standard Bible Encyclopedia [Enciclopedia bíblica estándar internacional], “Tiatira”).

Refundada por Seleuco I Nicator aproximadamente tres siglos antes del tiempo de Cristo, la pequeña ciudad se convirtió en un centro comercial para la economía de la zona. Situado en una carretera menos concurrida entre Pérgamo y Sardis, los residentes de la ciudad se hicieron ricos y, al igual que la gente de otras ciudades alrededor, construyeron templos a dioses paganos.

“Tiatira se destacaba especialmente por los gremios comerciales que probablemente estaban mejor organizados allí que en cualquier otra ciudad antigua. Cada artesano pertenecía a un gremio, y cada gremio (una organización incorporada), poseía propiedades a su nombre, hacía contratos para grandes construcciones y ejercía una amplia influencia.

“El gremio de los herreros de cobre era muy poderoso entre ellos; otro era el gremio de los tintoreros, quienes, se cree, hacían uso de raíces de ciertas plantas en lugar de mariscos para producir la tintura púrpura (un rojo brillante). Un miembro de este gremio parece haber sido Lidia de Tiatira, quien, según Hechos 16:14, vendía sus tintes en Filipos. El color obtenido por el uso de este tinte se llama en la actualidad, rojo turco.

“Los gremios estaban estrechamente conectados con la religión asiática del lugar. La naturaleza de los gremios era tal que se oponían al cristianismo, ya que celebraban fiestas paganas asociadas con prácticas inmorales.

“De acuerdo con Hechos 19:10, es posible que Pablo haya predicado allí mientras vivía en Éfeso, pero esto es incierto. Sin embargo, sabemos que el cristianismo llegó allí en una época temprana. Muchos miembros de la iglesia primitiva enseñaban que ningún cristiano podía pertenecer a uno de estos gremios, lo que provocó, la mayor oposición al cristianismo” (ibídem).

<p>Pocos restos quedan visibles de las antiguas ruinas de Tiatira (foto de Joel Meeker).</p>

Pocos restos quedan visibles de las antiguas ruinas de Tiatira (foto de Joel Meeker).

Ubicada en la Turquía moderna, el nombre de esta ciudad es ahora Akhisar. Aunque poco se puede ver de las antiguas ruinas, se han encontrado inscripciones relacionadas con varios gremios, incluidos panaderos, trabajadores del cuero, fabricantes de ropa, tintoreros, alfareros y traficantes de esclavos.

El mensaje a la iglesia en Tiatira

El mensaje a Tiatira era: “Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto: Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras. Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga; pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga. Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; y le daré la estrella de la mañana. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:18-29)..

El significado del mensaje

Aunque los otros mensajes a las iglesias de Apocalipsis 2 y 3 comienzan con descripciones de Jesús y lo que Él hace, este mensaje afirma claramente que proviene directamente del “Hijo de Dios” (v. 18). Tal vez Jesús decidió dejar su identidad absolutamente clara en esta introducción porque la corrección que pronto tendría que hacer era particularmente fuerte.

Jesús afirma que Él ve y entiende claramente toda la situación y, por lo tanto, está altamente calificado para evaluar las circunstancias de esta congregación. Jesús comienza señalando que conoce sus obras, el amor, el servicio, la fe y la paciencia practicados por sus miembros. Y además señala que estas buenas obras habían aumentado. Sin embargo, estas buenas obras no justificaban las otras cosas que Jesús tenía contra ellos.

Específicamente, Cristo estaba inconforme con el hecho de que los miembros de esta congregación permitieran que una mujer llamada Jezabel (v. 20) enseñara falsamente que era aceptable cometer inmoralidad sexual y comer cosas sacrificadas a los ídolos. En cuanto a quién era esta Jezabel, podía haber sido alguien con este nombre en la congregación en ese momento; o el nombre puede representar a una persona como la infame reina Jezabel del Antiguo Testamento. Esta Jezabel era una idólatra que masacró a los profetas de Dios (1 Reyes 18:4) e influyó en su esposo, el rey Acab, para que hiciera gran iniquidad a los ojos de Dios, “más que todos los que reinaron antes de él” (1 Reyes 16:30).

Jezabel también puede ser un símbolo de una iglesia o religión falsa. El libro de Apocalipsis está lleno de simbolismo, y dentro de este libro, una mujer puede representar tanto a la verdadera Iglesia que Jesús fundó (Apocalipsis 12:10, 13-17), como a una gran iglesia falsa llamada Babilonia la Grande (Apocalipsis 17:3-6, 18). Esta Jezabel puede ser un símbolo de esta iglesia falsa, la “gran ramera” que Jesucristo juzgará y castigará en su segunda venida (Apocalipsis 2:20-22; 17:1-2), así como Dios castigó a la reina malvada del rey Acab en el Antiguo Testamento.

“Las creencias a que ella [Jezabel] profesaba, y las prácticas que enseñaba a otros a seguir, parecen haber sido las mismas que se mencionan en Apocalipsis 2:6 y Apocalipsis 2:14-15 de este capítulo. La diferencia era que la maestra en este caso era una mujer, circunstancia que de ninguna manera restaba la gravedad del delito; porque, además del hecho de que era contrario al cristianismo que una mujer enseñara públicamente, había una gran incongruencia de que ella fuera la defensora de tales enseñanzas y prácticas abominables” (Albert Barnes, Notes on the Bible [Notas acerca de la Biblia], Apocalipsis 2:20).

Es interesante destacar que mientras que los miembros en Éfeso y Pérgamo también tuvieron que resistir similares influencias negativas de la sociedad que los rodeaba (Apocalipsis 2: 6, 14-15), los miembros de Tiatira tenían una maestra entre ellos que promovía abiertamente esta conducta pecaminosa. Cristo estaba decepcionado de que la iglesia en Tiatira le permitiera enseñar herejías y seducir a los miembros a que pecaran.

En cuanto a la referencia acerca de “fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos” (v. 20), este era la práctica común de las festividades paganas. Comer carne recién asada y tener relaciones sexuales con prostitutas del templo había sido la costumbre prevalente durante siglos. Aunque algunos creen que estas referencias simbolizan una infidelidad espiritual a Cristo en lugar de actos literales, la prevalencia de inmoralidad sexual en el primer siglo y el desarrollo de una rama libertina del gnosticismo, sugieren que algunos miembros de la iglesia en Tiatira no tenían ninguna objeción en admitir de compartir los placeres que otros estaban disfrutando.

Debido a que Cristo le había dado a esta mujer y a sus seguidores tiempo para arrepentirse y no lo habían hecho, Él les dijo que sufrirían en gran manera y que sus hijos serían asesinados. Estas acciones servirían como ejemplo para que todas las iglesias sepan que Jesús “escudriña la mente y el corazón” de su pueblo (vv. 21-23).

Por supuesto, había personas en Tiatira que no aceptaban ni practicaban la doctrina que Jezabel profesaba. Ellos no habían “conocido [practicado] lo que ellos llaman las profundidades de Satanás” (v. 24). Cristo les dijo que se aferraran a lo que tenían —el camino de vida de Dios— hasta que Él viniera nuevamente (v. 25).

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Ruinas de la antigua Tiatira (foto de Joel Meeker).

Si los mensajes a las siete iglesias pueden ser entendidos como una descripción de la historia de la Iglesia, entonces esta advertencia a aferrarse hasta que Jesús regrese podría indicar que algunas personas que representan la era de Tiatira estarán vivas al regreso de Cristo. Para una explicación de cómo los mensajes a las iglesias pueden entenderse como eras o períodos generales del desarrollo histórico, lea nuestro artículo “Las siete Iglesias de Apocalipsis”.

El mensaje a Tiatira concluye con una promesa: aquellos que vencieren tendrán poder sobre las naciones y estarán con Cristo, “la estrella de la mañana” (vv. 26-28).

Lecciones para nosotros

Una lección importante de este mensaje a Tiatira es que cuando se permiten dentro de la Iglesia falsas enseñanzas, las consecuencias son desastrosas. Si bien, es posible resistir y soportar la persecución desde fuera, la herejía desde dentro es especialmente insidiosa.

Cuando una falsa enseñanza es introducida dentro de la Iglesia, a menudo se presenta como una nueva verdad, una aclaración o un asunto de mayor profundidad espiritual. A medida que los miembros ingenuos exploran la nueva enseñanza, se les asegura que están creciendo en la “gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 3:18).

Al describir este proceso de seducción y engaño desde dentro de la iglesia, Pablo advirtió a los ancianos en Éfeso: “Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos” (Hechos 20:29-30).

Las palabras de Pablo a estos ancianos demostraron ser ciertas. A finales del primer siglo, los falsos maestros estaban distorsionando activamente las creencias fundamentales sobre las cuales se había fundado la Iglesia de Dios del Nuevo Testamento.

Con el propósito de enfrentar este problema, Judas también escribió: “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo” (Judas 1:3-4).

¿Cómo esperaba Dios que los miembros fueran protegidos de las falsas enseñanzas? Primeramente, los ancianos de la Iglesia debían proporcionar un liderazgo unificado (Hechos 15) y disciplinar a los ancianos que pecaran (1 Timoteo 5:17-20). En segundo lugar, se les dio la siguiente exhortación a los miembros: “Examinadlo todo; retened a lo bueno” (1 Tesalonicenses 5:21).

A diferencia de algunos en Tiatira, los miembros de la Iglesia de Dios en Éfeso siguieron esta instrucción y Cristo los encomió por hacerlo. Jesús tenía este mensaje para ellos: “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado” (Apocalipsis 2:2-3).

Una lección general del mensaje a Tiatira

A medida que usted estudie la información en este sitio web, y le pida a Dios que lo ayude a entender la “fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 1:3), descubrirá que en la actualidad existen muchas enseñanzas falsas que son comúnmente aceptadas. Y, al igual que los miembros de Tiatira, tendrá que decidir si va a seguir la falsa enseñanza que se ha infiltrado en el cristianismo o la verdadera enseñanza de Jesús y sus discípulos.

A medida que usted avanza en este proceso, no olvide la importante lección de Tiatira: resistir las falsas enseñanzas religiosas.

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