Con frecuencia, Jesucristo utilizó las parábolas para describir el Reino de Dios. ¿Cuáles son las parábolas del Reino y por qué las utilizó Jesús en su enseñanza?
Una definición simple de parábola es una comparación entre una cosa y otra. La Enciclopedia estándar internacional de la Biblia da una definición más detallada. Una parábola “normalmente significa una historia imaginaria, pero una que en sus detalles de hecho pudo haber sucedido, el propósito de la historia es ilustrar e inculcar alguna verdad espiritual mayor” (“Parábola”).
Es interesante notar que las parábolas fueron usadas previamente en el Antiguo Testamento (2 Samuel 12:1-4; Isaías 5:1-6; 28:24-28). También fueron empleadas en la literatura judía del primer siglo.
Pero “el único profesor de parábolas en el Nuevo Testamento es Cristo mismo. Las epístolas, aunque a menudo utilizaban alegorías retóricas y símiles, no usaban parábolas en lo absoluto, tan comunes en los métodos pedagógicos de Cristo. La distribución de éstas en los evangelios canónicos es desigual, y están estrictamente limitadas a los tres evangelios sinópticos, [Mateo, Marcos y Lucas]” (ibídem).
Con respecto al número de parábolas utilizadas por Cristo son aproximadamente 39. Diferentes fuentes tienen diferentes resultados porque no todas las parábolas están identificadas como tal y debido a que en cierta forma es un proceso subjetivo identificar si algunas parábolas son de hecho diferentes o si son simples variaciones de una parábola previamente registrada.
Con respecto a la distribución de las parábolas en los evangelios sinópticos, Mateo y Lucas tienen la mayoría; y Marcos la menor cantidad. Sin embargo cada uno de estos autores, tiene por lo menos una parábola exclusiva y única en su libro.
¿Por qué Jesús utilizó parábolas?
Muchas personas piensan que Jesús hablaba en parábolas para simplificar su mensaje —para que fuera entendido fácilmente por todos. Aunque Cristo dijo todo lo contrario.
Al haber sido interrogado por sus discípulos acerca de por qué utilizaba estas comparaciones de acontecimientos normales con verdades espirituales, él dijo: “Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado” (Mateo 13:11).
Jesús agregó: “Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden” (v. 13).
Jesús explicó que su método de enseñanza era un cumplimiento de una profecía dada por Isaías, la cual manifiesta que aunque la gente escuche la verdad de Dios, no va a entender su significado (vv. 14-15, compare con Isaías 6:9-10).
En otras palabras, Jesús habló en parábolas para que la gente no lo pudiera entender.
Sin creer que Jesús malgastaría su tiempo predicando y enseñando de una forma que impediría el entendimiento de las palabras que conllevarían a la vida eterna —el propósito principal de su venida a la Tierra (Juan 3:16; 6:40; 10:10)— algunas personas asumieron que Jesús utilizó las parábolas para despertar la curiosidad de la gente. Ellos creen que ya que Dios ama al mundo y quiere que todos sean salvos (1 Timoteo 2:4), Jesús estaba utilizando una técnica que iba hacer que la gente estudiara más a fondo y por consiguiente entendiera sus enseñanzas. Pero este razonamiento es erróneo. Este razonamiento es un cumplimiento de las propias palabras de Jesús acerca de que la mayoría de las personas no iba a entender (Mateo 13:13).
A diferencia de la mayoría de la gente que no iba a entender el significado de las parábolas, Jesús le dijo a sus discípulos: “Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen” (v. 16). Para aquellos que han sido llamados por Dios el Padre (Juan 6:44, 65), las parábolas revelan verdades espirituales profundas. De esta manera, las parábolas de Jesús bien pueden revelar y ocultar.
Lo que la mayoría de la gente no sabe en la actualidad es que el plan de Dios para permitirle a los seres humanos comprender su Palabra y recibir la salvación se lleva a cabo en diferentes épocas o diferentes períodos de tiempo. Dicho de una manera simple, éste no es el único día de salvación. Dios el Padre decide a qué edad cada individuo va a tener la oportunidad de entender y responder al evangelio. Para aprender más acerca de esta asombrosa verdad, vea “el plan de salvación”.
El tema principal de las parábolas
Una breve muestra de cómo comenzaba Jesús muchas de sus parábolas y como hablaba de ellas con sus discípulos revela su tema principal. En el libro de Mateo, la frase “el reino de los cielos es semejante” es una introducción muy común (Mateo 13:24; 31, 33).
En el libro de Marcos, el autor explica que Jesús “les enseñaba por parábolas muchas cosas” (Marcos 4:2). Cuando estaba a solas con sus discípulos, Jesús decía: “A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; más a los que están fuera, por parábolas todas las cosas” (v. 11). Más adelante, él dijo: “¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos?” (v. 30).
De estos pasajes podemos ver que el tema principal de las parábolas de Cristo es el Reino de Dios. En estas parábolas aprendemos qué podemos hacer para entrar en el Reino de Dios y como sería éste. Este tema está de acuerdo con el mensaje que Él enseñó: “Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios” (Marcos 1:14) y el mandamiento a sus seguidores: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia” (Mateo 6:33).
Además de las parábolas que se enfocan en conceptos relacionados con el Reino de Dios, otras enfatizan los principios de vida cristianos, tales como la misericordia y quien es nuestro prójimo. Por supuesto, debemos darnos cuenta que Dios espera que nosotros desarrollemos estos principios de vida cristianos para prepararnos para la vida en su Reino.
La interpretación de las parábolas
Ya que el tema principal de las parábolas es el Reino de Dios, debemos tener en mente que las comparaciones que se hacen son para representar principios relacionados con su Reino venidero. Ya que los detalles de una parábola tienen un significado espiritual, debemos dejar que Cristo sea el que las interprete o permitir que otros pasajes de las Escrituras guíen nuestro entendimiento. Sería un error de interpretación asumir que las parábolas introducen nuevas doctrinas que no se encuentran en ninguna otra parte de la Biblia o que permiten algún comportamiento anti ético (como en la parábola del mayordomo infiel Lucas 16:1-8).este principio de no establecer doctrinas a través de una parábola es especialmente importante al momento de interpretar la parábola del rico y Lázaro (Lucas 16:19-31). Para una explicación de esta parábola que es congruente con otros pasajes bíblicos, vea “Lázaro y el rico”.
Una parábola importante para nosotros
Mientras que todas las parábolas de Cristo contienen verdades importantes, una de sus enseñanzas provee un concepto general que se adapta como conclusión de este artículo. Esta parábola es acerca de la perla de gran precio.
Incluido en todas las parábolas que se enfocan en el Reino de Dios, Jesús dijo: “También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró” (Mateo 13:45-46).
Así como el mercader se esforzó mucho por adquirir una perla costosa, así mismo debemos buscar y valorar ser parte del Reino de Dios. Buscar a Dios y su justicia debe ser la meta más importante de nuestra vida.
Para ayudarle a entender mejor el Reino de Dios y como ser parte de él, vea las secciones “El Reino de Dios” y “Cambio” en esta página web.
Tabla de las parábolas
Aunque no estén identificadas cada una de las parábolas como tal por Cristo, y la designación de las referencias como repetidas pueden ser subjetivas, la tabla a continuación muestra una lista de las parábolas más conocidas. Esta lista armoniza con los relatos que se encuentran en los tres evangelios sinópticos.
Parábola |
Mateo |
Marcos |
Lucas |
La sal de la tierra |
5:13 |
|
|
La luz del mundo |
5:14-16 |
4:21-22 |
8:16-17; 11:33-36 |
Los dos cimientos |
7:24-27 |
|
6:47-49 |
Paño nuevo en vestido viejo; vino nuevo en odres viejos |
9:16-17 |
2:21-22 |
5:36-38 |
Un reino dividido |
12:24-30 |
3:22-27 |
11:17-23 |
El sembrador |
13:3-23 |
4:2-20 |
8:4-15 |
El trigo y la cizaña |
13:24-30 |
|
|
La semilla de mostaza |
13:31-32 |
4:30-32 |
13:18-19 |
La levadura |
13:33 |
|
13:20-21 |
El tesoro escondido |
13:44 |
|
|
La perla de gran precio |
13:45-46 |
|
|
La red |
13:47-50 |
|
|
La oveja perdida |
18:12-14 |
|
15:3-7 |
Los dos deudores |
18:23-35 |
|
|
Los obreros de la viña |
20:1-16 |
|
|
Los dos hijos |
21:28-32 |
|
|
Los labradores malvados |
21:33-41 |
12:1-9 |
20:9-16 |
La fiesta de bodas |
22:1-14 |
|
14:16-24 |
La higuera en ciernes |
24:32-35 |
13:28-31 |
21:29-33 |
El siervo fiel y prudente |
24:42-51 |
13:34-37 |
12:35-48 |
Las diez vírgenes |
25:1-13 |
|
|
Los talentos o las minas |
25:14-30 |
|
19:11-27 |
Las ovejas y los cabritos |
25:31-46 |
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El crecimiento de la semilla |
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4:26-29 |
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Los dos deudores |
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7:41-43 |
El buen samaritano |
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10:25-37 |
El amigo a medianoche |
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11:5-8 |
El rico insensato |
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12:16-21 |
La higuera estéril |
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13:6-9 |
Los convidados a las bodas |
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14:7-14 |
La gran cena |
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14:15-24 |
Calcular los gastos |
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14:25-33 |
La moneda perdida |
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15:8-10 |
El hijo pródigo |
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15:11-32 |
El mayordomo infiel |
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16:1-13 |
Lázaro y el rico |
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16:19-31 |
El amo y el sirviente |
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17:7-10 |
El juez injusto |
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18:1-8 |
El fariseo y el publicano |
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18:9-14 |