¿Mantiene el nuevo Testamento la prohibición del Antiguo Testamento de esta práctica tan común? ¿Deberían los cristianos evitar hacerse un tatuaje?
Dios dice en Levítico 19:28, “Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo el Eterno.” Algunos comentaristas sugieren que la declaración que prohíbe los tatuajes sólo se refiere a las costumbres paganas en cuanto a los muertos.
Otros comentaristas están en desacuerdo. The Keil and Delitzsch Commentary on the Old Testament (El comentario Bíblico del Antiguo Testamento de Keil y Delitzsch) por ejemplo, dice acerca de este versículo lo siguiente: “La prohibición de tatuarse no hace alusión a las costumbres idólatras, pretendía inculcar en los israelitas respeto por la creación de Dios”. La interpretación judía con respecto a este mandamiento es que: “la prohibición de todas las formas de tatuarse, independientemente de la intención, debe mantenerse” (MyJewishLearning.com, “Tattooing in Jewish Law”) (MyJewishLearning.com, “El tatuaje en la ley judía”).
Para tener una perspectiva más completa, analicemos cómo otros pasajes y principios se refieren a este tema. Nuestro Creador dijo: “Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios” (Levítico 20:7). “Santificaos” significa ser purificados y apartados del mundo —como gente limpia y santa al servicio de Dios. El tatuaje tiene una historia muy larga entre las culturas paganas del mundo, por diferentes razones según el momento. Pero Dios llamó a su pueblo escogido a salir del mundo y a diferenciarse de muchas maneras.
Influencia laica
Los tatuajes pueden tener mayor aceptación ahora, pero no fue sino hasta finales del siglo XX que los tatuajes ganaron popularidad en los Estados Unidos. Antes de esto, los tatuajes eran utilizados en gran parte por militares, criminales, motociclistas y otras personas “rudas”.
A través de la historia, la presión del grupo ha jugado un papel importante en los tatuajes. Ya sea como identificación con alguna tribu, un dios pagano, grupo militar, grupo de cárcel o pandilla, deportistas, íconos del entretenimiento o círculo de amigos, la gente a menudo se tatúa buscando identidad o aceptación. Pero Dios le dice a sus escogidos, “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (1 Juan 2:15-16).
Algunos argumentan que el tatuaje es un adorno como las joyas. Pero las joyas pueden quitarse o cambiarse rápidamente; un tatuaje no. Muchos se han tatuado (a menudo bajo la influencia del alcohol o por presión del grupo) para luego arrepentirse. No es extraño que en este momento la eliminación de tatuajes sea un gran negocio. Pero tratar de eliminar el tatuaje es costoso, incómodo y no siempre es exitoso; a menudo subsisten las cicatrices y cambios en la piel.
Los tatuajes también traen consigo riesgos para la salud, incluyendo reacciones alérgicas en la piel (incluso después de varios años de haberse tatuado), infecciones bacterianas, granulomas, cicatrices (queloides) y enfermedades sanguíneas (hepatitis B, hepatitis C, tétano y VIH). La clínica Mayo (un centro médico muy respetado en EE.UU.) ha documentado estos riesgos potenciales para la salud relacionados con los tatuajes. Debido a la permanencia y los factores de riesgos que existen, en la mayoría de los estados de EE.UU. o está prohibido o es necesaria una aprobación de los padres para realizar el procedimiento con menores de edad.
A pesar de que va en aumento su popularidad, los tatuajes están lejos de contar con una aprobación unánime. Muchos jefes no quieren que sus empleados o representantes tengan tatuajes, debido al estigma o imagen negativa que esto puede dar. En el mundo profesional los tatuajes son considerados por muchos como poco profesional y podrían ser un obstáculo para un candidato a un puesto, o para algunas oportunidades de su carrera.
La enseñanza bíblica
Aun en el supuesto caso de que los tatuajes siguieran ganando mayor aceptación, ¿es esto una prueba de aceptación ante los ojos de Dios? Veamos estas escrituras:
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“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra” (Génesis 1:26).
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“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1 Corintios 6:19-20).
Formados a imagen de Dios, nuestros cuerpos son un regalo precioso de parte de Dios. Al abstenernos de hacerle cortes innecesarios o marcas con tatuajes, mostramos respeto por nuestros cuerpos y por nuestro Creador.
Como mencionamos antes, los comentaristas están divididos en cuanto a si la prohibición de “rasguños en vuestro cuerpo por un muerto” y tatuarse “en vosotros señal alguna” como dice en Levítico 19:28, se puede aplicar a nuestros días. Algunos de manera errónea rechazan esta escritura porque está en el Antiguo Testamento y piensan equivocadamente que las leyes del Antiguo Testamento fueron reemplazadas por unas nuevas. Otros dicen que sólo se aplica a las prácticas paganas con los muertos; y por lo tanto, no se aplica a los cristianos que quieran un tatuaje como adorno para su cuerpo o como símbolo de su fe cristiana.
Para responder a estas afirmaciones, es importante recordar que las instrucciones dadas al antiguo Israel también aplican para nosotros ahora. En Salmos 119:160 dice: “La suma de tu palabra es verdad, Y eterno es todo juicio de tu justicia.” Durante su ministerio en la tierra, Jesús defendió la ley de Dios tal como la había manifestado a través de los profetas en el Antiguo Testamento (Mateo 5:17-19; Juan 17:17).
El apóstol Pablo escribió: “Toda la Escritura (no sólo el Nuevo Testamento) es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17).
Con respecto al comportamiento impío (parte del contexto de Levítico 19:28), Dios también es muy claro que no está de acuerdo con que su pueblo siga costumbres paganas para adorarlo a Él (Deuteronomio 12:29-31). Es por esto que los miembros de La Iglesia de Dios, una Asociación Mundial, no celebran la Navidad ni la Pascua Florida. En lugar de eso, celebramos las días santos que Dios manda (vea “Las fiestas bíblicas: ¿Quiere Dios que las celebremos? ¿Por qué?”). La idea de que el ser humano es libre de adoptar costumbres paganas en la cristiandad, es un pensamiento equivocado. Dios está en desacuerdo con los intentos del ser humano de cristianizar costumbres que tienen sus raíces en este mundo no-cristiano.
Aunque la mención que se hace de los tatuajes en Levítico 19:28 es dirigida únicamente a la manera en que los paganos hacían luto por sus muertos (algo que no podemos probar definitivamente), las escrituras mencionadas anteriormente dejan muy claro que evitar los tatuajes es la mejor opción para los cristianos. Con el fin de servir a Dios debemos caminar —vivir nuestras vidas— con fe (2 Corintios 5:7; Hebreos 11:6) en que estamos siguiendo sus mandamientos, porque “todo lo que no proviene de fe, es pecado” (Romanos 14:23).
En vez de seguir las costumbres y prácticas de la sociedad que nos rodea, debemos ser representantes del venidero Reino de Dios —y de Cristo en sí. “No os conforméis a este siglo” (Romanos 12:2). “Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré,” (2 Corintios 6:17).
Basados en esta evidencia de la palabra de Dios y estos principios, creemos que un cristiano no debería hacerse un tatuaje. Si un cristiano ya lo tiene, es su decisión dejarlo, cubrírselo o hacer que se lo quiten.