¿Por qué el consejo de Proverbios 26:4-5 parece tan contradictorio?
Por el contrario, estos versículos aparentemente contradictorios ilustran cuán confiable es en verdad la Biblia —cuán útil es como guía para la vida diaria.
¿Contradicciones bíblicas? Jesús dijo en esencia: “De ninguna forma”
Primero, es necesario entender que la Biblia, como fue originalmente inspirada por Dios, no contiene contradicciones —en ninguna parte de las escrituras. En su oración a Dios en Juan 17:17, Jesús dijo acerca de la Palabra de Dios: “Tu palabra es verdad”. Cristo no podría haber afirmado más categóricamente la confianza en que las escrituras eran confiables.
En Juan 10:35, Jesús subrayó un punto que le estaba aclarando a los judíos que habían fallado al entender la absoluta confiabilidad de las Escrituras. Él dijo: “La escritura no puede ser quebrantada”. La Biblia de estudio de Nelson explica que la palabra para “quebrantada” significa “soltar, desatar”. La declaración de Jesús significaba que la Escritura no podía ser soltada, desatada o afirmar que no es obligatoria.
Los versículos de Proverbios 26 que algunos creen que contradicen
Veamos estos dos versículos en Proverbios 26, que algunos dicen que comprueban que la Biblia tiene contradicciones:
“Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú también como él” (Proverbios 26:5). E inmediatamente después, leemos: “Responde al necio como merece su necedad, para que no se estime sabio en su propia opinión” (Proverbios 26.5).
Versículos que se complementan, no se contradicen
Cuando los entendemos correctamente, estos proverbios bíblicos realmente se complementan entre sí. No son contradicciones de la Biblia. Dos hechos deben ayudarnos a nosotros a ver cómo estos versículos tratan del mismo tema pero en diferentes circunstancias. Primero, debemos mirar el significado del lenguaje utilizado; y segundo, debemos analizar la última parte de cada proverbio —la parte que explica la serie de circunstancias en la que cada uno debe ser aplicado.
La palabra hebrea para “necio” significa figurativamente, “tonto”, en tanto que la palabra para “sabio”, puede significar “astuto” (Diccionario de hebreo y griego de Strong).
Proverbios 26:4 nos dice que no debemos responder a un necio conforme a su necedad porque seremos como él. En esta situación, responder un argumento o pregunta astuta, haría que nos rebajáramos a su nivel y termináramos en una pelea sin salida. La persona que está haciendo esta clase de preguntas no quiere aprender. En vez de ello, es espiritualmente inmadura y lo que quiere es debatir. ¡A algunas personas les encanta debatir acerca de religión!
Un ejemplo de no responder lo encontramos en Lucas 20:1-8, en dónde los fariseos le preguntaron a Cristo por cual autoridad estaba haciendo ciertas cosas. Los fariseos en este relato no querían aprender nada. Lo que querían era llevar a Cristo a que dijera algo que más tarde pudieran torcer y utilizarlo en su contra.
En lugar de responderles la pregunta, Jesús les preguntó algo muy incisivo. Al analizar el contexto vemos lo brillante de la respuesta de Cristo, hasta el punto de que si respondían se condenaban a sí mismos. Ya que los fariseos no pudieron contestar su pregunta, la discusión se detuvo.
Cuándo debemos responderle a un necio según su necedad
Proverbios 26:5 nos dice que en otras circunstancias, deberíamos responder a la persona inmadura o tonta, “como merece su necedad”. La respuesta que le demos debería exponer la debilidad de su razonamiento. Su forma de pensar necesita ser confrontada, por el bien de la persona “para que no se estime sabio en su propia opinión”.
En otras palabras, responderle, para que el no piense que es tan sabio que su razonamiento es equilibrado.
Estos proverbios bíblicos no ilustran ninguna contradicción en la Biblia. Al tomarse juntos, Proverbios 26:4-5 explican dos métodos diferentes para manejar preguntas y afirmaciones de personas a las que les falta la madurez espiritual (“necios”).
Este caso es ilustrado por el ejemplo de Pablo en 2 Corintios 11:23. Ciertos hombres en Corinto afirmaron ser verdaderos apóstoles de Jesucristo, pero eran falsos apóstoles (v. 13). Si Pablo se hubiera quedado callado en esos momentos, eso sería una aprobación tácita de estos hombres que querían desviar a la Iglesia. Ellos hubieran pensado que su razonamiento era superior al de Pablo; y más adelante, ellos hubieran ganado una influencia injustificada.
Bajo esas circunstancias, Pablo respondió: “¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo). Yo más: en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más, en peligros de muerte muchas veces” (2 Corintios 11:23).
Estos hombres habían estado exhibiendo sus logros, y por lo tanto Pablo hizo una lista de sus calificaciones personales para servir como un ministro de Cristo, que excedía enormemente sus reclamos. En los escritos de Pablo, el normalmente no llevaba la atención hacía él. ÉL hizo una excepción aquí porque era necesario exponer los astutos impostores tal como eran. Pablo respondió estos reclamos de los falsos apóstoles para que otros pudieran ver lo débil y superficial que éstos eran.
Pedirle a Dios sabiduría
Estos proverbios bíblicos no ilustran ninguna contradicción en la Biblia. Al tomarse juntos, Proverbios 26:4-5 explican dos métodos diferentes para manejar preguntas y afirmaciones de personas a las que les falta la madurez espiritual (“necios”).
La Biblia de Estudio de Nelson lo resume muy bien: “La frase según su necedad, aparece dos veces como un juego de palabras con dos posibles significados. Por una parte, significa ‘evitar la tentación de descender a su nivel’; esto es, no debemos usar sus métodos, para que no seamos como él. Por otra parte, esto significa ;evitar la tentación de ignorarlo totalmente’, esto es, responder de alguna forma, de tal forma que él no ‘se estime sabio en su propia opinión’, y su necedad empeore”.
Necesitamos sabiduría para saber cuándo y cómo aplicar estos principios, y la sabiduría proviene de Dios. Debemos pedirle sabiduría a él y buscar en la Biblia para encontrar un consejo adicional y ejemplos que nos puedan ayudar a aplicar estos principios. ¡Podemos confiar en la Biblia! Vea el artículo “¿Es la Biblia veraz?” en la sección de la Biblia en este sitio.