Cuando dejas de hacer algo que has hecho toda tu vida, puede haber dificultades. Una pareja de cristianos nos cuenta por qué dejó de celebrar Navidad.
La revista Discernir nos contactó para preguntarnos acerca del viaje espiritual que nos llevó a dejar de celebrar Navidad. Éstas son nuestras respuestas.
¿Por qué decidieron dejar de celebrar Navidad?
Nuestra decisión de no celebrar Navidad comenzó un par de años atrás, cuando Dios nos permitió embarcarnos en un viaje para entender su camino de vida y la importancia de alinear nuestras vidas con sus estándares. Leímos en Juan 4:23-24 que necesitamos adorar a Dios en espíritu y en verdad. Esa escritura caló hondo en nuestra mente cuando empezamos a intentar comprender la forma en que Dios quiere ser adorado.
Al ahondar más en la Biblia, encontramos nuevas y más profundas verdades a las que habíamos estado cegados toda nuestra vida. Con respecto a la Navidad, siempre se nos enseñó que era el cumpleaños de Jesucristo, que decorar el árbol y Santa Claus eran aspectos inocentes de la fiesta, y que observar el 25 de diciembre era algo que le agradaba a Dios.
Cuando descubrimos que el 25 de diciembre no era el cumpleaños de Jesús y cuál era la verdadera historia de esta fiesta y los árboles de Navidad, las cosas ya no sonaban tan bien. Simplemente no podíamos entender cómo un día rodeado de mentiras, orígenes paganos y engaño podía agradar a Dios.
Encontramos el ejemplo de Éxodo 32, donde un hombre estableció días de adoración contrarios a las órdenes de Dios y descubrimos el mandamiento en Deuteronomio 12:32 acerca de no agregar ni quitar de las instrucciones del Padre. Dios nos permitió aprender de Él en sus términos, no los del mundo. Y una vez que nuestros ojos fueron abiertos a la verdad acerca del significado de la Navidad, no había manera de que la celebráramos.
¿Era la Navidad una celebración importante para sus familias?
Brianna: Dado que mi familia siempre había pertenecido a una iglesia cristiana tradicional, la Navidad siempre fue muy importante para nosotros. No Santa Claus, pero mis padres hacían mucho énfasis en que Jesús era la razón de la celebración. Después del Día de Acción de Gracias, veíamos películas y escuchábamos música de Navidad, y siempre decorábamos toda la casa. Asistir a la iglesia en vísperas de Navidad era una tradición familiar anual, después de la cual decorábamos galletas y celebrábamos el día de Navidad con nuestra familia extendida.
Jonathan: No diría que la Navidad era una gran celebración, pero la celebrábamos todos los años. Seguíamos todas las tradiciones navideñas de decorar el árbol, colgar luces, entregar regalos, Santa Claus, etcétera.
Cuando fuimos creciendo, nuestra familia aún celebraba la fiesta, pero trataban de darle más relevancia a los componentes importantes, como la familia y el amor. Se daban cuenta de cuán comercializada era esa época del año y la ansiedad y el estrés que puede generar la Navidad.
¿Cómo fue la experiencia de no celebrar Navidad por primera vez?
Brianna: Dado que la Navidad es tan importante para la mayoría de mi familia, se lo tomaron muy a pecho cuando decidimos no celebrarla. Por esa razón, fue un poco triste y difícil para mí ver toda la falsa alegría compartida y publicada que pude presenciar a mi alrededor.
Por otro lado, me sentí muy honrada de tener un entendimiento profundo de las expectativas y los deseos de Dios en cuanto a nuestra adoración, y de poder seguirlos incluso cuando no sea algo fácil o conveniente.
Jonathan: Fue extraño no celebrar Navidad por primera vez. Durante 30 años consecutivos la Navidad fue una parte de mi vida. No celebrarla hizo que me sintiera diferente. El enemigo hace un excelente trabajo para hacernos sentir que nos estamos perdiendo de algo.
Pero fue una bendición ver cómo nuestros ojos se abrían aún más a medida que se acercaba el 25 de diciembre. Dios nos mostró cosas que estuvieron delante de nosotros toda la vida. Un ejemplo es que, un día, mientras manejaba mi auto, comenzó a sonar la canción navideña “Deck the halls” [Adornen los salones] y, por hábito, ni siquiera pensé en cambiarla. Pero le puse más atención que nunca a su letra. La canción habla claramente de agradar al dios falso Yule. Hubo muchas confirmaciones como esa que nos recordaron el hecho de que la Navidad no era lo que parecía y nos reafirmaron que habíamos tomado la decisión correcta.
¿Hubo personas que quisieron hacerlos cambiar de parecer? Si es así, ¿qué les dijeron ustedes?
Sí, por supuesto. Pero notamos que ninguno de ellos intentó hablar de la Biblia con nosotros. Y no querían hablar de lo que la Biblia dice con respecto la Navidad y sus tradiciones. Lo que dice 2 Timoteo 2:23-26 acerca de ser amables en nuestras explicaciones nos dio tranquilidad en medio de las conversaciones difíciles. Pudimos ver la gran influencia que el enemigo tiene en ciertas tradiciones, en las personas y sus perspectivas.
También entendimos que ésa no era nuestra batalla y que simplemente teníamos que tomar las decisiones necesarias para obedecer a Dios como familia. Como sabíamos que Dios revela su verdad cuando Él lo considera oportuno, escuchamos respetuosamente lo que otros nos decían y les hicimos saber que el propósito de nuestra decisión se basaba exclusivamente en el deseo de vivir de acuerdo con los estándares de Dios.
¿Qué les dirán a sus hijos acerca de la Navidad?
Nos sentimos bendecidos de que Dios nos haya abierto los ojos acerca de este tema y de que Camila (nuestra primera hija, quien nació el año pasado después de la fiesta de Tabernáculos) tendrá la oportunidad de conocer la verdad desde el principio, sin luchar contra el engaño como nosotros tuvimos que hacerlo. Nos emociona enseñarle el valor de tener una relación fuerte y cercana con nuestro Padre celestial, y que los principios de la Navidad no le agregan valor a esa relación.
Éste es un excelente tema para demostrar cómo podemos ser engañados, para enseñarle a Camila que debemos preguntarnos constantemente por qué hacemos lo que hacemos y encontrar escrituras que lo respalden.
Otro concepto importante que queremos enseñarle es que no nos estamos perdiendo de nada por no celebrar la Navidad, porque Dios nos ha dado días santos especiales que sí le agradan y lo alaban de la forma en que Él lo ordenó.
¿Han descubierto que algunas actividades asociadas con la Navidad pueden realizarse apropiadamente en otro momento del año?
Por supuesto que algunas actividades asociadas con la Navidad pueden realizarse en otros momentos del año, y no sólo durante ese día. Dos ejemplos son el tiempo en familia y demostrarse mutuamente el amor con regalos. Sabemos que Dios ama a las familias que crecen en amor, pasan tiempo juntas y se animan mutuamente.
Dado que decidimos no celebrar Navidad el año pasado, hemos tenido que ser creativos y pensar detenidamente cómo podemos crear oportunidades para pasar tiempo con nuestras familias de una manera que agrade a Dios.
Entonces, ¿cuál piensan que es la época más maravillosa del año?
El enemigo hace un excelente trabajo para hacernos sentir que nos estamos perdiendo de algo por no celebrar Navidad. Hace poco, estábamos hablando acerca de nuestra decisión y concluimos que, si bien nos perdimos de algunas fiestas vacías, días llenos de engaño, ganamos siete fiestas santas. Éstas son fiestas con significado, verdad y compromiso con el camino de Dios.
En palabras sencillas, todos los días santos son épocas maravillosas y sabemos que agradan a Dios, lo cual las hace mucho más gratificantes.
¿Qué consejo le darían a alguien que está en el proceso de decidir no celebrar Navidad?
Brianna: Mientras toma esta decisión por usted mismo, obtenga un entendimiento profundo a partir de la Palabra de Dios acerca de por qué es incorrecto celebrar Navidad y tenga mucha confianza en su decisión. También esté preparado para una guerra espiritual. Si enfrenta potencial oposición de su familia, amigos, compañeros de trabajo o cualquier otra persona importante en su vida, recuerde que son artimañas del enemigo para sembrar dudas en su mente.
Sobre todo, ore a menudo y comparta con Dios cualquier sentimiento que experimente —lo bueno, lo malo y cualquier cosa intermedia. Su decisión lo acercará a la adoración de Dios en espíritu y en verdad.
Jonathan: No sé qué agregar a la respuesta de mi esposa, ¡ella hizo un gran trabajo! Sólo se me ocurre lo siguiente: continúe el proceso que lo ayudó a tomar su decisión. Lo más seguro es que haya llegado a esa conclusión porque se enfocó en la oración, en estudiar la Biblia y buscar la verdad por la cual podemos servir a Dios en sus términos. Pero incluso cuando haya tomado su decisión, continúe el proceso. El enemigo y las dificultades espirituales aparecerán y es importante que usted tenga las herramientas para combatirlos.