En la Pascua que Jesús guardó la noche antes de morir, Él introdujo una nueva ceremonia utilizando pan y vino. ¿El vino que Él utilizó era fermentado? ¿Tiene alguna importancia?
La Biblia nos dice que Jesucristo guardó los servicios de la Pascua con sus discípulos la misma noche en que más tarde sería traicionado por Judas (Mateo 26:17-56). ¿Qué pasó esa noche?
Instaurando la Pascua del Nuevo Testamento
Cuando Jesús y sus discípulos estaban terminando esta última cena juntos, Él instituyó los servicios de la Pascua del Nuevo Testamento, incluyendo una ceremonia especial en la que se come pan sin levadura y se toma vino. Estas dos acciones tienen un gran significado, teniendo en cuenta lo que iba a suceder en las próximas 24 horas.
Leemos: “Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo” (Mateo 26:26). Los discípulos estaban acostumbrados a comer pan sin levadura en este servicio anual (Éxodo 12:8), pero Jesucristo les mostró lo que simbolizaba en realidad comer ese pan sin levadura: su cuerpo ofrecido, o quebrantado, por la humanidad (1 Corintios 11:23-24).
¿Qué hay de lo que bebieron? “Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados” (Mateo 26:27-28).
Más adelante, el apóstol Pablo le explicó a los corintios que tanto el comer del pan como el beber de la copa, se hace para recordar el sacrificio de Jesucristo y que, mediante la participación en estas acciones, se proclamaba la muerte de Jesucristo hasta su regreso (1 Corintios 11: 23-26).
¿Qué había en la copa?
¿Qué líquido había en la copa de la que todos bebieron? ¿En realidad importa?
Para responder a esto, debemos tener en cuenta qué tipo de bebida habría acompañado la Pascua. Sabemos que la bebida provenía de las uvas, porque el relato de Mateo nos dice específicamente eso: “Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre” (Mateo 26:29).
La descripción de abusos en los servicios de la Pascua en Corinto, sugieren fuertemente que el fruto de la vid utilizado en el servicio era, de hecho, vino —no jugo de uva— porque Pablo los corrigió por sus borracheras, y acto seguido les da explicaciones del procedimiento adecuado para la Pascua.
“Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor. Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga. Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo” (1 Corintios 11:20-22).
En el siguiente versículo, Pablo inmediatamente les comunica la forma correcta de guardar la Pascua: “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan” (v. 23).
La intoxicación de los corintios, obviamente, fue causada por el consumo de vino. ¿Estaba relacionado esto directamente con los abusos en el servicio de la Pascua? El contexto implica que éste fue el caso al vincular las dos cosas juntas —la corrección, seguido de la instrucción correcta para guardar la Pascua. Pablo no estuvo en contra del uso del vino que hizo que algunos de ellos se emborracharan ni dijo algo a favor del jugo de uva. Se concentró en su conducta equivocada.
¿A qué se refiere la Biblia con el vino y el nuevo vino?
Algunos tratan de argumentar que la declaración de Cristo: “hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros”, junto con su primer milagro registrado de convertir el agua en vino (del griego oinos) en una boda en Caná (Juan 2:1-11), sería a favor de “vino nuevo” (que algunos dicen no ha comenzado el proceso de fermentación todavía y sería, por lo tanto, libre de alcohol).
Esto es simplemente una especulación para lo que no hay ninguna prueba bíblica. Las circunstancias en las bodas de Caná, de hecho, sugieren vino, no jugo de uva, ya que el dueño de la fiesta de bodas recalca de la calidad superior del vino milagroso (v. 10).
La Biblia no prohíbe en ninguna parte el uso moderado del alcohol (1 Timoteo 5:23). Es claro y evidente que la embriaguez no está permitida (Romanos 13:13; Gálatas 5:21). (Para más información acerca del equilibrio que se nos enseña en la Biblia, vea los artículos “¿Es pecado tomar alcohol?” y “Uso y abuso del alcohol”).
En cuanto a las referencias bíblicas sobre el vino (en hebreo yayin; griego oinos), el Diccionario de la Biblia de Eerdman afirma:
“No hay evidencia bíblica de que el vino siempre consistía en jugo de uva no fermentado. Cuando se menciona como jugo (Génesis 40:10-11) nunca es llamado vino. En ocasiones, la Biblia se refiere a ‘vino nuevo’ (Hebreo. tiros; Miqueas 6:15; RV, Isaías 65:8; cf. Hechos 2:13; Griego gleukos.), Pero esto también estaba fermentado y podría intoxicar (Oseas 4:11; la Biblia Septuaginta siempre traduce tiros como el griego oinos ‘vino’). El vino nuevo se refiere a los primeros goteos de la cuba; era más puro, y debido a su mayor contenido de azúcar fermentada es una bebida más sustancial. El vino se podría clasificar de esta manera (véase la boda de Caná, en la que el anfitrión es consciente de la calidad; Juan 2:10)”.
Si creemos que la Biblia es la Palabra de Dios, entonces debemos concluir que Dios da mucha importancia a la forma en que lo adoramos. “En su última cena de Pascua con sus seguidores, Jesús hace esta conexión explícita: ‘Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada’ (Marcos 14:24 par.)” (p. 1058).
Pero, ¿importa?
Aun así, debemos hacernos la pregunta: ¿importa qué tipo de pan comamos o qué tipo de líquido bebamos en el servicio de la Pascua, mientras recordemos el cuerpo y la sangre de Jesús?
Esta pregunta toca el meollo de una pregunta mucho más grande, en la que muchos de los que profesan ser cristianos (seguidores de Cristo) tienden a malinterpretarla. Algunos pueden decir: “¡Mientras que yo crea en Cristo, eso no es importante!” “¿Qué diferencia hay si bebo jugo de uva o vino, mientras yo crea en Él, y sepa lo que significa?”
Pero éste es el razonamiento humano, no algo basado en la enseñanza bíblica. Dios dice que debemos obedecer sus órdenes cuidadosamente: “Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás” (Deuteronomio 12:32). Si creemos que la Biblia es la Palabra de Dios, entonces debemos concluir que Dios da mucha importancia a la forma en que lo adoramos (ejemplos como Deuteronomio 5:28-33; 6:20-25; Josué 1:5-9; Mateo 4:3-4; Lucas 6:46; Juan 4:21-26; 14:21-24; 2 Timoteo 3:14-17; y 1 Juan 2:2-6).
Los discípulos de Cristo fueron instruidos para beber un poco de vino en el servicio de la Pascua para conmemorar su sangre derramada (Mateo 26: 27-29). La Iglesia primitiva del Nuevo Testamento fue instruida para beber vino (pero no hasta el punto de embriaguez) para conmemorar la sangre derramada por Cristo (1 Corintios 11:25). Nosotros, también, debemos tener cuidado de obedecer las enseñanzas de la Biblia acerca de este asunto, al igual que con todas las instrucciones que Dios nos da en su Palabra.
¡Hay que esforzarse por vivir “de toda palabra que sale de la boca de Dios”! (Mateo 4: 4). ¿Es éste el desafío que enfrenta en su vida? “Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren” (Juan 4:23). ¿Esta búsqueda impacta su vida?
Lea más acerca del significado y la importancia de la Pascua del Nuevo Testamento en los artículos “La Pascua: ¿Qué hizo Jesús por usted?” y “¿Por qué Jesús tuvo que morir?”.