Cuando la Biblia menciona un espíritu en el (o del) hombre, ¿a qué se está refiriendo? ¿Qué hace y qué ocurre con el espíritu en el (o del) hombre cuando morimos?
La Biblia habla en varias partes acerca del espíritu en el hombre. En Job 32:8 leemos: “Ciertamente espíritu hay en el hombre, y el soplo del Omnipotente le hace que entienda”. Zacarías 12:1 dice que Dios “…forma el espíritu del hombre dentro de él”. El apóstol Pablo explica que nuestras capacidades mentales humanas se deben a este espíritu: “Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?” (1 Corintios 2:11). Pablo lo contrasta con el Espíritu de Dios que da entendimiento de las cosas de Dios.
¿Qué sucede cuando una persona muere?
Eclesiastés 12:7 menciona el espíritu del hombre al hablar de lo que ocurre con una persona cuando esta muere: “y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio”. Algunos saltan a la errónea conclusión de que esto es una referencia a que las almas de los justos van al cielo. El contexto muestra que esta interpretación es incorrecta. Lo que está diciendo es que el espíritu de cualquier persona que muera se vuelve a Dios, quien fue el que lo dio. Los versículos anteriores están hablando acerca del envejecimiento y la muerte como partes naturales del proceso de la vida. Por lo tanto es claro que estos versículos no están hablando del espíritu de los justos que han muerto, sino del espíritu de cada persona que vuelve a Dios después de la muerte.
¿Es un alma inmortal?
¿Es el espíritu del hombre un alma inmortal? Tal vez le sorprenda saber que en ninguna parte de la Biblia se enseña la doctrina del alma inmortal. Esta creencia fue adoptada de una antigua religión pagana. La Biblia habla acerca de un alma mortal, no de una inmortal. Pablo escribió que sólo Dios tiene inmortalidad y que “…y esto mortal se haya vestido de inmortalidad” (1 Corintios 15:53; 1 Timoteo 6:16). Sin este don, todos pereceríamos (Juan 3:16). La Biblia aún dice que: “…el alma que pecare, esa morirá” (Ezequiel 18:4) [Si desea profundizar más acerca de este tema, puede referirse a “¿Cuál es el castigo de los impíos?”]
Las Escrituras utilizan la palabra “alma” para señalar la vida de una persona. Veamos lo que dice en Génesis 2:7: “Entonces el Eterno Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. El no tenía un alma; él era un ser [alma] viviente. La frase en hebreo significa un ser viviente, que respira.
Por lo tanto no debemos permitir que la doctrina del alma inmortal confunda nuestro pensamiento acerca del espíritu en el hombre. La Biblia enseña que el espíritu en el hombre no es una “cierta clase de vida” dentro de la persona. El espíritu del hombre tampoco va a vivir después de que la persona muera.
Analogías
Tal vez podamos utilizar una analogía con los aparatos electrónicos, que no pueden funcionar sin una fuente de energía y la capacidad para grabar datos. La mente humana, sin el espíritu del hombre es como un instrumento computarizado que no tiene el poder o la capacidad de grabar información. De forma similar, una mente sin el espíritu de Dios es como una cámara digital que no tiene pilas o no tiene cómo grabar imágenes.
Si bien ambas analogías son insuficientes para ilustrar la enorme capacidad mental que el espíritu en el hombre le agrega a la mente humana, nos pueden ayudar a entender la profundidad de la enseñanza bíblica.
El espíritu en el hombre le da lo que nosotros llamamos “la mente” que incluye características tales como auto-conciencia, intelecto, creatividad y la capacidad de apreciar la belleza, además de una personalidad única y el temperamento. El espíritu en el hombre le da las características que hacen que el ser humano sea a imagen de Dios. Pero todavía está incompleto. El plan de Dios es hacer que su Espíritu Santo esté disponible para que podamos conocer las cosas de Dios y tener la mente de Dios (1 Corintios 2:11).
Entonces, la razón por la que el espíritu del hombre regresa a Dios después de la muerte puede ser ésta: Dios preserva el espíritu de cada persona como un registro permanente de todo lo que ésta persona hizo y lo va a utilizar como una grabación para resucitarla en el momento señalado (1 Corintios 15:22-23). Consideremos cómo un arquitecto puede volver a edificar un edificio que hace mucho fue destruido si es que tiene los planes originales del mismo. De la misma forma, Dios podrá volver a reconstruir una persona por medio de la información preservada en el espíritu del hombre.