Herederos a los hijos de sus hijos
El bueno dejará herederos a los hijos de sus hijos; pero la riqueza del pecador está guardada para el justo.
En nuestro mundo moderno, que está basado en el sueldo de mes a mes, en los negocios trimestre a trimestre, el pensamiento a largo plazo tiene un horizonte de uno, cinco o diez años.
Pero en el libro de Dios, un hombre bueno piensa de manera generacional. No sólo prepara para el futuro de sus hijos, sino para el de sus nietos también.
Aún más, un buen hombre sabe que la herencia más importante no es la riqueza física, sino el carácter de Dios y el buen nombre. Por eso los padres que son cristianos se esfuerzan diligentemente por enseñarles a sus hijos los caminos de Dios “y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:7).
Para más información acerca de la crianza cristiana, lo invitamos a ver nuestra sección “Crianza”.
