Oraciones privadas

Mateo 6:5-6  

Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

En su Sermón del Monte, Jesucristo estableció los cimientos de la cristiandad; y en esta sección Él resalta el tema de las maneras erróneas y correctas de orar. La oración no es un espectáculo o un acto para impresionar a otras personas. La oración está diseñada para ayudarnos a construir una relación personal con nuestro Creador. El meollo de nuestra vida de oración es una comunicación a solas con Dios. Cuando oramos en privado, podemos expresar nuestras más profundas emociones y abrirnos con Dios en una forma que no podríamos hacerlo en público.

El ejemplo de la Iglesia del Nuevo Testamento muestra que esto no significa que no hay lugar para la oración en público, ya que hay muchos ejemplos de la Iglesia de Dios orando juntos (Hechos 1:14; 4:24-31; etc.). Pero siempre debemos estar en guardia en contra de la actitud de hipocresía sobre la cual advirtió Jesús. Lea más en nuestro artículo “Cómo adorar a Dios en Privado.”

Si usted desea saber más acerca de lo que la Biblia enseña de la oración, lea nuestro artículo titulado “Cómo hablar con Dios”.

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