Su futuro es la paz
Consider al íntegro, y mira al justo; porque hay un final dichoso para el hombre de paz.
David, a lo largo del Salmo 37, compara a las personas que hacen el mal con las que hacen el bien. Los malvados parecen prosperar durante un tiempo, pero finalmente reciben el castigo que merecen si no se arrepienten.
Por otro lado, las personas que se esfuerzan por vivir el camino de Dios —de manera intachable— al final van a recibir las bendiciones que Él promete.
Por supuesto, todos hemos pecado y ninguno está libre de culpa. Pero a través del arrepentimiento y la conversión nuestros pecados del pasado pueden ser perdonados y podemos hacer un borrón y cuenta nueva. Nos podemos comprometer a vivir de la misma manera que Jesucristo vivió, de acuerdo con la ley de Dios —vivir el camino que conlleva a la paz.
Para obtener más información acerca de este camino de paz, lo invitamos a leer nuestro artículo “El camino de la paz” y la sección “Los Diez Mandamientos y el camino de vida de Dios”.
