Con mucha frecuencia los hombres se enfocan en la apariencia de una mujer cuando están decidiendo con quien tener una cita o casarse. Pero existen cualidades más importantes para tener en cuenta.
Hay un cuento popular de un rey ya de edad avanzada en algún lugar del centro de África. Él tenía un solo hijo al cual adoraba. Cuando llegó el tiempo en el que el joven debería buscar una esposa, el rey le recordó a su hijo que la elegida debería ser una mujer calificada y capaz de servir algún día como su reina. Entonces el joven empezó la búsqueda de aquella mujer de belleza y carácter.
Él creía que la mayoría de las mujeres jóvenes iban a hacer su máximo esfuerzo si sabían que él era el príncipe, así que decidió disfrazarse de campesino. Las hermosas mujeres que vio alrededor del palacio lo trataron con desprecio, así que continuó su camino. Más adelante se cruzó con algunas jóvenes que se detuvieron a hablar con él pero se burlaban o eran groseras, claramente no encajaban en el papel de reinas.
Después de varias semanas llegó a una pequeña aldea en el lugar más alejado del reino de su padre. Una hermosa doncella vio que se veía cansado y hambriento, así que le ofreció comida, agua y un lugar donde descansar. El príncipe se dio cuenta de que ella era amable, inteligente y sabia.
Él sabía que ella era el tipo de mujer que podría convertirse en una reina sabia y de mucha ayuda, y la quiso para que fuera su esposa. El padre de la doncella expresó su preocupación de que su hija se fuera a casar con un hombre tan pobre, pero la hija argumentó con convicción y sabiduría y su padre cedió. El príncipe disfrazado regresó a su hogar para preparar todo para la boda.
El joven regresó rápido, pero esta vez como lo que él era, el príncipe. Se casaron y años más tarde se convirtió en rey. Su princesa probó ser la reina sabia y comprensiva que él sabía que seria y juntos gobernaron el reino con justicia y sabiduría.
La importancia del carácter
La historia hace énfasis en algo que muchos hombres subestiman a la hora de buscar una pareja: la importancia del carácter de la mujer. No todo se trata de la belleza física o incluso de la personalidad. Salomón escribió al describir lo que sería una mujer casi perfecta en Proverbios 31, “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme al Eterno, esa será alabada” (v. 30).
¿Cuáles son algunas de las características en el carácter que una mujer cristiana debería esforzarse por conseguir? Tengamos en cuenta estas cinco:
1. ¿Es una mujer de Dios?
¿Cuál elemento fundamental del carácter puede ser más importante? El apóstol Pablo escribió acerca de cómo debería ser la esposa de un líder de la congregación, “Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo” (1 Timoteo 3:11).
Una mujer de esas características va a mostrar por medio de sus palabras y acciones que ella se somete a las leyes de su Creador. Su prioridad en la vida es su relación con Dios, y su fidelidad se demostrará a través de todo lo que diga y haga. Como dijo Rut: “No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios” (Rut 1:16).
Ésta actitud básica debería ser la característica número uno que un hombre busque en una esposa: una mujer que está comprometida a ser fiel a su Dios durante toda su vida.
2. ¿Quién es la persona que más influye en ella?
Todos tenemos personas que tienen un gran poder de influencia en nosotros, entonces saber a quién escoge ella para tenga influencia sobre su vida es muy importante.
Cuando somos niños, probablemente nuestros padres eran la influencia más grande que teníamos en nuestras vidas. Pero a medida que nos vamos adentrando en la adultez, otros ejercen una influencia más fuerte en nosotros. ¿A quien acude ella la mayoría de las veces para buscar un consejo? ¿Son personas de un carácter moral sólido? Salomón también escribió: “El justo sirve de guía a su prójimo; Mas el camino de los impíos les hace errar” (Proverbios 12:26).
Vea con detenimiento a sus mejores amigos y consejeros y analice bien hacia donde la dirigen sus influencias.
3. ¿Es bondadosa?
¿Está atenta primero que todo a Dios y a sus leyes? ¿Es bondadosa con los demás, queriendo ayudar y servir a los otros cuando ve una necesidad?
¿Está atenta primero que todo a Dios y a sus leyes? ¿Es bondadosa con los demás, queriendo ayudar y servir a los otros cuando ve una necesidad? Pensemos en el padre del hijo pródigo, que lo vio llegar desde muy lejos y “levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó” (Lucas 15:20).
Entre los frutos del espíritu encontramos benignidad, bondad y mansedumbre (Gálatas 5:22-23). Éstas son cualidades espirituales que nos permiten exhibir las características que Pablo menciona en Efesios 4:32: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.
4. ¿Está dispuesta a crecer y aprender?
Éste es un reflejo de su corazón. Quizás nada puede revelar de una manera más genuina, profunda ni más rápida el nivel de humildad que tener un corazón dispuesto a aprender. No todo el mundo puede ver la necesidad de aprender más y aceptar instrucciones.
Líderes empresariales reconocen que algunas personas tienen 20 años de experiencia y otras con un año de experiencia, tienen 20 veces más. Una persona dispuesta a aprender, lo hace a partir de sus propios errores y también de errores de los demás y continuamente van a estar creciendo y madurando. “Da al sabio, y será más sabio; Enseña al justo, y aumentará su saber” (Proverbios 9:9).
5. ¿Es sabia al hablar?
Hablar es fácil. Muchas personas lanzan palabras alrededor con total libertad, diciendo cualquier cosa que ellos piensen que uno quiere escuchar, pero realmente nunca es de una manera sincera. Otros generosamente espolvorean sus conversaciones con chismes y con historias descabelladas de los demás.
Anteriormente era mucho menos común que las mujeres utilizaran un lenguaje soez y vulgar, pero ese tabú social parece haber desaparecido hace mucho tiempo. Hoy en día las mujeres pueden ser igual de soeces y crudas a los hombres cuando hablan.
Pero una mujer con un carácter de acuerdo a Dios no va a permitir que su discurso se vea contaminado con nada impropio o pecaminoso.
Dios no ve las palabras ociosas y negligentes como algo que conlleve consecuencias menores. La Biblia nos instruye que siempre hablemos con la verdad (Zacarías 8:16) y evitemos los chismes (Proverbios 20:19). Su hablar siempre debe ser: “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno” (Colosenses 4:6). Una mujer que usa sus palabras con sabiduría y cuidado va a cumplir con lo que Salomón escribió en Proverbios 25:11: “Manzana de oro con figuras de plata Es la palabra dicha como conviene”.
Existen muchas otras cualidades del carácter que podemos y debemos tener en cuenta, pero estas son un punto de partida. ¡Pueden ser hasta más desafiantes y más difíciles de alcanzar que lo que pueden parecer a primera vista! No encontrará una mujer que demuestre todas estas características perfectamente, pero busque la mujer que está decidida a lograrlo.
Por supuesto, un hombre según Dios nunca debe pedirle a su esposa que haga o sea lo que él no es o no hace. Entonces debe estar seguro de estar desarrollando un carácter según Dios también.
Para mayor conocimiento de las relaciones hombre/mujer examine detenidamente nuestros artículos en la sección “Relaciones” de Vida, Esperanza y Verdad.