Al hablar del entierro o cremación, muchos se han preguntado, ¿qué dice la Biblia acerca de la cremación? ¿Interferirá la cremación con la resurrección?
Aunque en algunas ocasiones en la Biblia encontramos que se habla acerca de quemar los restos de los muertos, la práctica moderna de la cremación no se menciona específicamente en ella. Un relato describe que un hombre fue apedreado y luego quemado por su conducta reprochable (Josué 7:24-25). Otro se refiere al “valiente” que rescató y quemó los restos del Rey Saúl y sus hijos con el fin de prevenir un tratamiento deshonroso de sus cuerpos (1 Samuel 31:8-12).
La Biblia no condena ni auspicia la cremación
En las Escrituras no encontramos nada que indique que la práctica moderna de la cremación sea inapropiada. Las decisiones que se toman con respecto a los restos de los seres queridos se ven muy influidas por la cultura en que vivimos. Veamos ahora un comentario acerca de la cremación que se encuentra en The International Standard Bible Encyclopedia [Enciclopedia de la Biblia internacional estándar], que ilustra cuánto varían las costumbres funerarias de cultura a cultura.
“La cremación, si bien era una práctica utilizada por los antiguos griegos y no era desconocida para los romanos, no era una forma común de disponer de los cadáveres entre los hebreos y otros pueblos orientales. Aun entre los griegos, los cuerpos eran enterrados con frecuencia sin ser quemados (Thuc. i. 134; Platón Phaedo 115 E; Plut. Lyc. xxvii). Cicerón pensaba que el entierro era una práctica funeraria más antigua, aunque en sus días los romanos usaban ambos métodos. (De leg. ii 22, 56). Luciano (De luctu xxi) dice específicamente que los griegos quemaban a sus muertos y los persas los enterraban”.
Debemos agregar que no hay nada en la Biblia que indique que la práctica hebrea estuviera basada en las instrucciones de Dios. Dios sencillamente no dijo qué era bueno o malo en cuanto a este tema. Sin embargo, lo común era el entierro, como está descrito en el valle de los huesos secos (Ezequiel 37). Y los huesos de José eran tan importantes que los conservaron y los llevaron fuera de Egipto. Finalmente, el destino de los impíos es convertirse en cenizas que van a ser holladas por los justos (Malaquías 4:3).
A algunas personas les preocupa saber si la cremación es una costumbre derivada de las prácticas religiosas paganas, pero como lo anotáramos anteriormente, la Biblia ni condena ni valida esta práctica. Si hubiera sido pecaminosa, Dios la hubiera condenado como lo ha hecho con otras costumbres religiosas erradas. Por lo tanto lo que hagan los creyentes es su decisión personal.
La cremación no interfiere con la resurrección
La cremación no interfiere de ninguna forma con la capacidad que Dios tiene para resucitar a los muertos. En todos los años a lo largo de la historia, las personas han muerto de un incontable número de formas; desde accidentes hasta la guerra y hasta naufragios en el océano y sin embargo Dios los va a resucitar en el futuro. ¿Por qué no lo podría hacer sin un cuerpo?
Analicemos cómo es que Dios va a resucitar a una persona muerta. El no tendrá simplemente que volver a dar vida al cuerpo porque esto sólo sería posible si Él resucitara a alguien inmediatamente después de que acabara de morir. La realidad es que aún si el cuerpo permaneciera intacto después de la muerte, eventualmente se descompondría. Hablando francamente, la mayoría de los cuerpos de las personas que han vivido desde la creación no van a existir en el momento de la resurrección.
Eclesiastés 12:7 anota: “y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio”. Todos los cuerpos físicos se descomponen después de la muerte. Este versículo concluye con las palabras, “…y el espíritu vuelva a Dios que lo dio”. Algunos lo interpretan erróneamente como una referencia a las almas justas que van al cielo. Sin embargo, el contexto nos demuestra que este análisis es erróneo. Por una parte, lo que éste versículo está diciendo es que el espíritu de cualquiera que muere vuelve a Dios, que es quién se lo dio. El contexto está hablando del envejecimiento y la muerte, el curso natural de la vida de todo ser humano. Por lo tanto es claro que estos versículos no están hablando del espíritu de una persona justa que muere y vuelve a Dios después de la muerte.
¿Qué es el espíritu en el hombre? ¿Es un alma inmortal en un cuerpo físico? Tal vez usted se sorprenda al saber que la Biblia no enseña en ninguna parte la doctrina del alma inmortal. Un cristianismo falso ha adoptado esta creencia de una antigua religión pagana. La Biblia habla de un alma mortal, no de una inmortal; y hace una distinción entre “alma” y “espíritu”. Leemos en Hebreos 4:12: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu…”.
La Biblia utiliza la palabra “alma” para indicar la vida de una persona. Veamos en Génesis 2:7 “Entonces el Eterno Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. Aquí, la Biblia dice que Adán no tiene un alma, sino que él era un ser viviente. La frase en hebreo, del cual es traducida “alma”, significa un ser viviente, que respira. El lenguaje no implica nada inmortal. Por el contrario, habla de una naturaleza temporal, mortal.
La Biblia enseña que el espíritu en el hombre es un componente no físico que le permite a los seres humanos tener auto-conciencia, intelecto, creatividad, personalidad, temperamento—todo aquello que le permite a los seres humanos alcanzar metas y logros y la habilidad para adquirir todo el conocimiento excepto el verdadero entendimiento espiritual (1 Corintios 2:11).
Ahora es clara la razón por la cual el espíritu del hombre debe retornar a Dios después de la muerte. El espíritu del hombre sirve como un registro permanente de la persona que muere y por este registro, Dios la va a resucitar en el momento señalado (1 Corintios 15:23). Por ejemplo, es posible reedificar un edificio destruido si tenemos los planos originales. De forma similar, Dios puede reconstruir la persona por medio del registro conservado en el espíritu del hombre.
Entonces, en resumen, ¿qué dice la Biblia acerca de la cremación?
Por lo tanto, la cremación es una forma aceptable de manejar los muertos. La cremación no está en conflicto con la Biblia y no interfiere con la capacidad que Dios tiene para resucitar a los muertos. Aquellos que están pensando en la cremación deberán tener en cuenta el impacto de esta decisión en los deudos. Para muchas personas el funeral y las honras fúnebres son una oportunidad para mostrar, por última vez, el amor y el respeto por la persona fallecida. ¿Les dará la cremación el sentido de recogimiento que ellos necesitan? Antes de tomar la decisión de cremar los restos de la persona que falleció, recomendamos que discutan estas cosas con todos los miembros de la familia, de tal forma que ellos se sientan cómodos con esta decisión.