Jesús dijo: “Porque muchos son llamados, y pocos escogidos”. ¿Llamados y escogidos para qué? ¿Qué es el llamamiento de Dios? ¿Está usted seguro que está entre los llamados?
Jesucristo les dijo a sus discípulos: “Muchos son llamados, pero pocos los escogidos” (Mateo 22:14). ¿Qué quiso decir con esto? En este artículo vamos a analizar los siguientes puntos:
- “Ninguno puede venir a mí, si…”
- Los llamados deben escoger un “vestido de bodas”
- ¿Qué es el llamamiento de Dios?
- La parábola del sembrador describe el llamamiento de Dios
- Cómo interpretar la parábola del sembrador
- ¿Cómo es posible haber sido llamado, pero no escogido?
- Como respondieron los antiguos miembros de la Iglesia al llamamiento de Dios
- Dios llama a las personas en diferentes etapas
- ¿Qué pasa con las personas que no fueron llamadas o escogidas en esta época?
- ¿Estoy siendo llamado por Dios?
- Usted puede saber si Dios lo está llamando
- Responder al llamamiento de Dios es un compromiso para toda la vida
“Ninguno puede venir a mí, si…”
Jesús explicó al comienzo de su ministerio: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere [llama o invita]” (Juan 6:44).
¿Se imagina que el identificador de llamadas de su teléfono celular mostrara "Dios llamando"? Por supuesto, el llamado de Dios es mucho más sutil que eso, pero el asunto es tan real como esa llamada. Jesús le estaba diciendo a la multitud que estaba reunida que nadie podía venir a É l—esto significa que nadie puede convertirse en cristiano— a no ser que el Padre llame a esa persona primero.
Momentos después, Jesús demostró su punto. Le dijo a la multitud que sus seguidores tendrían que comer su carne y beber su sangre (vv. 53-60). Las enseñanzas de Jesús fueron impactantes —a tal punto que Juan dijo que muchos de los discípulos de Cristo se ofendieron con sus palabras y se marcharon (v. 66).
Cuando Jesús vio que las personas estaban teniendo problemas con sus enseñanzas, les dijo a sus discípulos: “Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre” (Juan 6:65).
Los llamados deben escoger un “vestido de bodas”
La frase “muchos son llamados, y pocos escogidos” viene de una parábola (una historia con una lección espiritual) que Jesús contó para ilustrar la venida del Reino de Dios. En la parábola de la fiesta de bodas, un rey “hizo fiesta de bodas a su hijo; y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas éstos no quisieron venir” (Mateo 22:2-3).
Para abreviar la historia, las personas que habían sido invitadas inicialmente rechazaron la invitación (vv. 3-6), y finalmente el rey envió a sus siervos a “a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis” (v. 9). Como resultado, “las bodas fueron llenas de convidados” (v. 10).
Pero la historia no termina bien para todos. El rey descubrió que uno de los invitados había asistido sin un vestido de bodas, y la palabra griega del texto original implica que fue una decisión intencional, deliberada, que el invitado tomó. Al presentarse a la boda con ropa informal, el invitado estaba despreciando al rey, al hijo del rey y a su esposa.
Ante esto, el rey ordenó que el invitado fuera atado de pies y manos y echado fuera a las tinieblas (v. 13). Jesús concluyó la parábola recordándole a su audiencia que: “Porque muchos son llamados, y pocos escogidos” (Mateo 22:14).
¿Qué es el llamamiento de Dios?
El llamamiento de Dios es el proceso mediante el cual el Padre atrae (o llama) a una persona a su presencia. Esto incluye que Dios le abre la mente a la persona para que entienda la verdad espiritual, y literalmente es una invitación de salvación para ese individuo.
Existe mucha confusión acerca del significado de la salvación, entonces simplifiquémoslo. En el sentido físico, la salvación significa ser rescatado, generalmente de la muerte. Una persona que es sacada de un edificio en llamas ha sido salvada de una muerte terrible.
De manera similar, la salvación espiritual significa ser rescatado o salvado de una muerte eterna. La diferencia es que la muerte espiritual es una muerte de la cual no hay regreso, literalmente deja de existir. Los cristianos que son salvos, incluso si mueren físicamente antes de que Cristo regrese, van a ser transformados en seres espirituales y van a vivir para siempre cuando Él regrese.
(Lo invitamos a descubrir un concepto clave para la salvación, en nuestro artículo “¿Cómo debemos arrepentirnos?”).
La parábola del sembrador describe el llamamiento de Dios
Entonces, ¿qué significa “muchos son llamados, y pocos escogidos?”.
Jesús reveló otra parábola acerca del llamamiento de Dios —la parábola del sembrador.
“He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 13:3-9).
¿Usted sabe qué quiso decir Jesús? Sus discípulos no sabían. Ellos estaban confundidos con la parábola y le preguntaron en privado para que les explicara (Marcos 4:10).
Cómo interpretar la parábola del sembrador
En la parábola, el sembrador plantando la semilla se compara con la obra llevada a cabo por Jesucristo y su Iglesia. La semilla es el evangelio de Reino.
Veamos cómo la explicó Jesús: “Oíd [entiendan], pues, vosotros la parábola del sembrador: Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno” (Mateo 13:18-23, énfasis añadido).
Esta parábola demuestra que hay muchas personas que han escuchado el mensaje, ahora y a lo largo de la historia. Pero el llamamiento de Dios es algo a lo que usted debe responder.
¿Cómo es posible haber sido llamado, pero no escogido?
Algunas personas escuchan el mensaje, pero Satanás, “el maligno”, se los arrebata antes de que puedan procesarlo. Algunas personas lo escuchan y lo reciben con alegría, pero sin convicción, y tan pronto genera algún conflicto en su vida lo abandonan. Otros lo escuchan, pero se niegan a darle el tiempo y la atención que necesita para que se desarrolle.
La semilla sólo crece en aquellos que Dios el Padre está llamando y deciden seguir su camino de vida.
En otras palabras, no todo el mundo escucha el evangelio del Reino. Y de las personas que lo escuchan, no todos lo entienden. Y de esos que lo entienden, no todos lo aceptan. Muchos son llamados, pero pocos escogidos.
No todas las personas que escucharon esta parábola entendieron que era lo que Jesús quería decir. Aunque toda la multitud escuchó las mismas palabras, hubo diferentes reacciones con respecto al mensaje. Algunos no “escucharon” el llamamiento. Otros si escucharon, pero no respondieron a él.
Es importante que nos demos cuenta qué dentro del contexto del plan de salvación de Dios para la humanidad, Él no les abre la mente a la verdad a todos al mismo tiempo.
Cómo respondieron los antiguos miembros de la Iglesia al llamamiento de Dios
Otro ejemplo de cómo Dios llama sólo algunas personas durante esta época, lo encontramos en el libro de los Hechos. Cuando Pedro terminó su impactante sermón en la fiesta de Pentecostés, cuando el Espíritu Santo les fue dado, muchas de las personas que lo escucharon estaban afligidas y arrepentidas, se dieron cuenta de que sus pecados requerían de la muerte —el sacrificio— de Cristo.
Analicemos su respuesta: “Al oír esto, se compungieron de corazón [estaban arrepentidos], y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?” (Hechos 2:37).
El verdadero arrepentimiento requiere que la persona actúe con base en el conocimiento que haya recibido. La conversión es mucho más que una reacción emocional.
Esto es sumamente importante: el verdadero arrepentimiento requiere que la persona actúe con base en el conocimiento que haya recibido. La conversión es mucho más que una reacción emocional.
Pedro respondió: “: Arrepentíos [cambien su vida], y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” (vv. 38-39, énfasis añadido).
Analicemos la frase “para cuantos el Señor nuestro Dios llamare”. ¿Respondieron todas las personas que escucharon el llamamiento ese día positivamente, arrepintiéndose y siendo bautizados? No. “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados” (v. 41, énfasis añadido). No todo el mundo recibió con agrado las palabras de Pedro.
Dios añadió cerca de 3,000 personas a su Iglesia durante ese día, pero aun así, muchos otros que escucharon el llamamiento no respondieron.
Dios llama a las personas en diferentes etapas
¿Le parece extraña la idea de que Dios no esté llamando a todos hoy en día? Si es así, puede que se sorprenda al saber que es una verdad que seguramente usted ha leído muchas veces —¡aunque es posible que no haya caído en cuenta!
Es posible que le sea familiar la frase los escogidos. Una elección significa escoger personas para un trabajo u oficio especifico. El resultado de cualquier elección es que algunos son seleccionados o escogidos y otros no. El uso bíblico para “los escogidos” tiene un significado similar, sólo que con una connotación espiritual (lo invitamos a ver Romanos 11:7; Colosenses 3:12; 2 Timoteo 2:10).
Sólo algunas personas escuchan el llamamiento de Dios durante su vida. Cuando responden a ese llamamiento con arrepentimiento, son seleccionados o escogidos por Dios para recibir su Espíritu Santo en este momento.
Esto era a lo que Jesús se refería cuando dijo: “Mucho son llamados, y pocos escogidos”. De todas las personas que escucharon el llamamiento de Dios, sólo los que respondieron con arrepentimiento se convirtieron en su pueblo elegido —sus escogidos.
¿Qué pasa con las personas que no fueron llamadas o escogidas en esta época?
¡Pero esto no significa que la mayoría de las personas están perdidas! Dios está trabajando a través de un plan cuidadosamente ordenado en el cual cada individuo que haya existido eventualmente va a escuchar y entender el llamamiento de Dios. Los que respondan con fe y obediencia serán salvos de la muerte eterna.
Dios no le va a dar la vida eterna a las personas que se hayan esforzado por la creencia religiosa que profesaban —Él le va a dar a cada ser humano la oportunidad de escuchar y responder a su llamamiento.
(Lo invitamos a leer nuestro artículo “Resurrecciones: ¿qué son?”, ahí podrá encontrar cuando, donde, por qué y cómo hacen parte del plan de Dios).
¿Estoy siendo llamado por Dios?
¿Cómo puede saber usted si Dios lo está llamando —si realmente usted está siendo llamado para convertirse en cristiano y seguir a Jesucristo? Responder las siguientes preguntas le puede ayudar:
- ¿He aceptado a Cristo como mi salvador personal (salvación de la pena de muerte por los pecados —quebrantar las leyes de Dios)?
- ¿Entiendo lo que dice la Biblia cuando la estudio?
- ¿He desarrollado una relación con Dios a través de la oración?
- ¿Reconozco que mi tendencia natural es hacer las cosas contrarias a lo que Dios espera?
- ¿Ha cambiado mi mente de estar resentida con las leyes de Dios a apreciar esas leyes como normas para mi vida diaria?
- ¿Reconozco la necesidad de vivir de acuerdo con las leyes de Dios, como respuesta al sacrificio que Cristo hizo por mis pecados?
- ¿Pongo en práctica el conocimiento que adquiero de la Biblia?
- ¿Me estoy esforzando por obedecer a Dios en cada aspecto de mi vida a medida que aprendo la manera en que Él quiere que yo viva?
- ¿He descubierto que mientras más aprendo y actúo según las verdades bíblicas, más deseo aprender?
Con frecuencia, el primer despertar a esta necesidad de un cambio personal comienza con el descubrimiento de algún elemento de la verdad de Dios en las escrituras. Pablo lo explicó de esta manera: “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación [haber sido apartados], mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo” (2 Tesalonicenses 2:13-14, énfasis añadido).
Una persona que está siendo llamada, repentinamente puede empezar a entender alguna parte de la Biblia que nunca había entendido.
Usted puede saber si Dios lo está llamando
Si usted entiende lo que está aprendiendo de la Biblia y ve la necesidad de cambiar su vida, Dios está empezando a trabajar con usted. Si usted ve la necesidad de obedecer sus mandamientos al mismo tiempo que ve cuán difícil es para usted hacer esto, Dios está trabajando con usted.
Lo está acercando —lo está llamando— hacia su hijo y su camino de vida. Él le está mostrando que usted también se debe arrepentir, así como los que escucharon las instrucciones de Pedro (Hechos 2:37-38).
Dios no obliga a nadie a responder a su llamamiento. Él nunca hace eso. Depende de usted si quiere responder a su invitación para ser parte de las “primicias”, el primer grupo de seres humanos que van a ser transformados en seres espirituales y van a entrar en su Reino.
Eventualmente, si usted no responde, Dios va a dejar de trabajar con usted en esta época. Si usted responde, Dios le va a abrir su mente aún más y usted va a empezar a construir lazos cada vez más fuertes con Él.
Responder al llamamiento de Dios es un compromiso para toda la vida
Anteriormente mencionábamos que la conversión y el llamamiento de Dios es más que una reacción emocional efímera que ocurre cuando escuchamos la Palabra de Dios. Verdaderamente es un proceso que necesita tiempo, oración, estudio, esfuerzo, cambio —y más. ¡Pero cada paso que usted de será muy gratificante!
Sus acciones no ganan su salvación, de la misma manera que el proceso de crecimiento de un tallo de grano a partir de una semilla gana la vida para la planta. Pero, de todas formas, el proceso de crecimiento es necesario o sino no habría grano —y no habría salvación.
Responder al llamamiento de Dios significa comenzar un proceso de crecimiento espiritual personal. La explicación de ese proceso está en varios de los artículos listados a continuación. Allí usted podrá encontrar instrucciones bíblicas detalladas acerca de la conversión, arrepentimiento y bautismo. Usted va a encontrar pautas específicas acerca de cómo Dios quiere que usted viva como cristiano.
Lo animamos a que lea y estudie esos artículos para que pueda tener un panorama completo acerca de lo que Dios espera de usted. Si usted tiene preguntas adicionales después de leer este material, por favor no dude en contactarnos. Estamos para ayudarle en lo que usted necesite.