Muchos que se consideran cristianos creen que Dios guió el proceso evolutivo. ¿Es eso lo que realmente pasó? Y ¿qué tiene que ver eso con usted?
Evolución: “Una teoría en la que las diferencias entre las plantas modernas y los animales se deben a los cambios ocurridos por un proceso natural durante mucho tiempo” (el diccionario en línea de Merriam-Webster).
Esta simple definición realmente no resume lo que es la evolución. La evolución se ha convertido en mucho más que una simple teoría científica: se ha convertido en una fuerza cultural y en el fundamento científico del ateísmo. La sociedad es bombardeada con teoría evolutiva desde el salón de clases, los medios de información hasta las salas de cine.
Es difícil luchar contra una teoría enseñada en tantos lugares que muchos la consideran un hecho. Frente a tal oposición, muchos cristianos han abandonado la lucha o se han comprometido de alguna manera con lo que algunos consideran “los hechos”.
¿Creación a través de la evolución?
Uno de los consensos más populares entre los cristianos es el sistema de creencias conocido como “evolución teísta” o “creacionismo evolutivo”. La evolución teísta básicamente dice que, aunque Dios creó el universo y tal vez la chispa de la vida hace mucho tiempo, dejó que los procesos evolutivos produjeran todo lo demás.
La evolución teísta intenta hacer dos cosas:
- Permitir que los cristianos crean en un Dios.
- Aceptar la teoría de la evolución.
Sin embargo, la creencia en la evolución teísta es contraria a la ciencia y, lo que es más importante, a las palabras de la Biblia. Para más información acerca de cómo contradice la Biblia, lea “¿Pueden los cristianos creer en la evolución?”.
Por qué la evolución no es viable
Es triste e irónico, pero el intento de aceptar la evolución ha hecho que muchos cristianos modernos rechacen no sólo partes de la Biblia, sino también la evidencia científica. A pesar de lo que dicen las escuelas y los medios de comunicación, el peso de la evidencia científica no apoya la teoría de la evolución. Sin embargo, un movimiento científico conocido como “diseño inteligente” tiene el apoyo tanto de la ciencia como de la Biblia. Para más información acerca de esta teoría científica que se opone a la evolución darwiniana, lea nuestro artículo “Diseño inteligente”.
A continuación, una breve lista de algunos de los errores científicos de la teoría de la evolución:
- Mutaciones: Según la teoría de la evolución, las mutaciones beneficiosas pasan a formar parte del patrimonio genético de una especie y permiten que ese animal sobreviva y produzca más descendencia. El problema con este aspecto de la teoría es que se han registrado muchas mutaciones negativas —pero muy pocas mutaciones positivas.
- Complejidad irreducible: Muchas cosas en el mundo natural son increíblemente complejas. Por ejemplo, algo tan pequeño como su ojo involucra millones de células y una bioquímica complicada que el hombre pudo comenzar a entender hasta hace muy poco. Si sólo uno de estos numerosos factores no llegara a existir con el resto, entonces todo el sistema fallaría y no produciría ningún efecto beneficioso. Eso no habla bien de una teoría que se basa en cambios graduales para desarrollar una pequeña parte a la vez.
- El registro fósil: La teoría de la evolución establece que los organismos vivos cambiaron en pequeñas formas a través de mutaciones y adaptaciones a través del proceso de selección natural hasta que evolucionaron en los organismos vivos que vemos hoy en día. Si esto fuera cierto, entonces el registro fósil debería estar lleno de una amplia gama de fósiles en transición. Pero éste no es el caso de ninguna especie. Incluso en el caso de la humanidad, los numerosos “eslabones perdidos” siguen faltando.
La ciencia puede clasificar al hombre como un animal, pero ante los ojos de Dios es el pináculo de la creación. De todo lo que Dios creó, el hombre es el más especial para Él —hecho a su propia imagen.
Hay muchos más errores en la teoría de la evolución, y por lo tanto en la evolución teísta, que estos tres puntos. Sin embargo, sólo estos tres son suficientes para convencer a muchos científicos de que la teoría de la evolución no es una opción científica viable.
El insulto de la evolución teísta
La evolución teísta implica un grave insulto a la humanidad y el rechazo de una de las verdades más grandes de la Biblia.
La evolución dice que la humanidad proviene de formas de vida inferiores, no directamente del Dios Creador como dice la Biblia. Cuando usted cree que un proceso aleatorio de selección natural es el responsable de la existencia de la humanidad, usted no está entendiendo la importancia especial que la humanidad tiene en el mundo, algo muy evidente en el relato de la creación de la Biblia.
La ciencia puede clasificar al hombre como un animal, pero ante los ojos de Dios es el pináculo de la creación. De todo lo que Dios creó, el hombre es el más especial para Él —hecho a su propia imagen (Génesis 1:26). Dios no creó al hombre sólo para vivir y morir (y definitivamente Él no nos hizo venir de otros organismos por medio de un proceso de evolución).
En cambio, Dios creó a la humanidad para un propósito especial. Dios le ha dado la oportunidad a toda la humanidad de ser parte de su familia y de vivir con Él en su Reino. Para más información acerca del propósito de la humanidad, lea nuestro artículo, “El propósito de la vida”.
Al final, el compromiso
La evolución teísta se basa en una teoría falsa, y en realidad desvirtúa la confianza en Dios y en la Biblia. Lamentablemente, ésta no es la primera vez que se ha transigido en la historia del cristianismo. La corriente principal del cristianismo está llena de concesiones hechas a las culturas y tradiciones paganas a lo largo de los siglos, incluyendo muchas festividades populares. (Para más información acerca de algunas de estas corrupciones del camino de Dios por falsas doctrinas dentro del cristianismo, lo animamos a que lea la columna “Cristo vs. cristianismo” en cada edición de la revista Discernir.)
Hay un problema que sale a la relucir debido a estas concesiones dentro del cristianismo. No son sólo las organizaciones religiosas las que corrompen el camino de Dios. Como individuos también podemos traicionar la verdad de Dios para tener más aceptación en el mundo que nos rodea o para escapar de la persecución. Dios ha advertido a su pueblo acerca de esta trampa desde los tiempos del antiguo Israel (Deuteronomio 12:30-31).
Necesitamos estar seguros de no transigir nunca con la verdad de Dios —ya sea con la ciencia, religión falsa o nuestros propios deseos carnales. Para evitar transigir, debemos estudiar diligentemente la Biblia y permanecer firme dentro del camino de vida de Dios (Proverbios 4:27).
Explore más acerca de lo que Dios dice acerca de cómo creó todo, en los artículos de la sección “¿Existe Dios?”.