Apocalipsis 17 describe a una ramera vestida de púrpura y escarlata que ha fornicado con los reyes de la tierra. Pero, ¿quién es esta mujer y qué representa?
Como hemos visto en otros artículos de esta serie, el libro de Apocalipsis es una visión dada por Cristo (quien la recibió del Padre) que revela los eventos que van a ocurrir antes de su regreso y el establecimiento del Reino de Dios en la tierra. Este libro profético sigue un orden cronológico en su mayor parte, pero también encontramos algunos recuentos históricos de temas específicos que interrumpen la cronología.
Así como en el capítulo 12 encontramos un breve relato de cómo Satanás ha intentado destruir a Cristo y su pueblo (incluyendo a la Iglesia de Dios) a través de la historia, Apocalipsis 17 describe la obra de un poderoso sistema religioso falso que ha engañado y gobernado a numerosas naciones y pueblos durante mucho tiempo.
Y así como en el artículo “Apocalipsis 12: ¿qué representan la mujer, el niño y el dragón?” vimos que el antiguo Israel y la Iglesia de Dios son representados por una mujer, Apocalipsis 17 utiliza un simbolismo similar —esta vez para hablar de una mujer inmoral.
La prostitución como símbolo de inmoralidad
Apocalipsis 17 comienza describiendo a la mujer como una “ramera... con la cual han fornicado los reyes de la tierra” (Apocalipsis 17:1-2). Esta referencia parece aludir a los enredos políticos que los líderes de estas naciones han tramado conjuntamente con la “ramera” movidos por intenciones inmorales y buscando su propio beneficio. En varias ocasiones, Dios también describe la desobediencia de Israel como algo equivalente a adulterio o prostitución (Jeremías 3:8-9; 5:7; 13:27; Ezequiel 16:32).
Claramente, la mujer descrita en este capítulo tenía y tiene gran influencia. No sólo controla a los reyes de la tierra, sino también a gran parte de la humanidad. Como leemos más adelante, las “muchas aguas” sobre las cuales está sentada “son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas” (Apocalipsis 17:1, 15). El versículo 2 además nos dice que “los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación”.
Identidad de la mujer
Más adelante, el versículo 4 la describe “vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación”.
Aunque actualmente tendemos a relacionar el color escarlata con la infidelidad, en el primer siglo —cuando fue escrito el Nuevo Testamento— la ropa de este color era “de mucha estima”, y era “comúnmente usada por gente de alto rango y con mucha riqueza”, Marcos 15:17, Marcos 15:20, Lucas 16:19. El color púrpura tiene más azul que el carmesí, pero los límites no están muy bien definidos y las palabras a veces se utilizan como sinónimos. Es por esto que la capa que le pusieron al Salvador en son de burla, se describe como πορφύραν porphuran (“púrpura”) en Marcos 15:17 y Marcos 15:20, y como κοκκίνην kokkinen (“escarlata”) en Mateo 27:28 (Albert Barnes’ Notes on the Bible [Notas de la Biblia de Albert Barnes], Apocalipsis 17:4).
Por lo tanto, las vestiduras púrpura y escarlata de la mujer describen su riqueza y autoridad. De hecho, no sólo viste con estos colores, sino que además está adornada de oro, piedras preciosas y perlas y tiene un cáliz de oro en la mano. Pero, en contraste absoluto con la impresionante belleza de su imagen, su cáliz está lleno “de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación” (Apocalipsis 17:4). En otras palabras, la apariencia de la mujer es engañosa; se ve hermosa por fuera y tiene vestiduras que denotan riqueza, lujo y autoridad, pero sus acciones son abominables para Dios.
Babilonia la Grande
El versículo 5 además nos dice que el nombre de la mujer es: “BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA”. Aunque estas palabras no aparecen en mayúscula en los manuscritos originales, muchos traductores han hecho esta modificación —tal como en Mateo 27:37; Marcos 15:26; Lucas 23:38; Juan 19:19— para indicar que se trata de un título o inscripción.
La referencia a Babilonia implica que la mujer extendería su influencia e impondría su forma de adoración falsa e idólatra tal como lo hizo el imperio Babilónico (el primero de los cuatro imperios mundiales profetizados en el libro de Daniel). Por ser madre de las rameras, también tendría hijas que enseñarían doctrinas abominables similares —doctrinas que se opondrían a las enseñanzas de Cristo y sus discípulos. Si desea más detalles sobre esto, consulte el artículo “¿Qué representa Babilonia?”
Además, la mujer es responsable de la muerte de los fieles “mártires de Jesús” y se describe como “la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra” (Apocalipsis 17:6, 18).
Pero ¿adónde nos lleva todo esto? Como la historia moderna demuestra, la Iglesia Católica romana —localizada en Roma pero en el territorio independiente del Vaticano— gobernó a los reyes de la tierra en el pasado. Y, aunque se dice cristiana, esta institución también ha perseguido al pueblo de Dios a través de las épocas y ha cambiado las doctrinas fundamentales que Cristo y los apóstoles del primer siglo enseñaron. (El artículo “Esmirna” describe cómo esta iglesia intentó convencer al pueblo de Dios de abandonar la enseñanza de Cristo y sus apóstoles acerca de la Pascua.)
La mujer y la bestia
Probablemente uno de los versículos más intrigantes de Apocalipsis 17 es el versículo 3: “Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos”. ¿Qué o quién es esta bestia tan extraña?
Como se explica en el artículo “La marca de la bestia”, la bestia de Apocalipsis es la continuación del cuarto imperio mundial profetizado en Daniel 7:1-8, el Imperio romano. Otros pasajes revelan que, si bien este imperio sufriría una “herida mortal”, volvería a tomar fuerza durante los tiempos del fin (Apocalipsis 13:1, 3). Vale la pena mencionar que Apocalipsis 19:20 también se refiere al líder humano de este imperio como “la bestia”, pero Apocalipsis 17:3 parece referirse al imperio en sí.
Otro punto interesante es que la mujer parece controlar a la bestia tal como un jinete controla su caballo. Según Albert Barnes’ Notes on the Bible [Notas de la Biblia de Albert Barnes], “Esto es una representación de la iglesia romana en su punto de máxima prosperidad anticristiana, pues se sienta sobre la bestia escarlata, una impresionante imagen de su absoluto dominio sobre el Imperio romano secular” (comentario de Apocalipsis 17:3). Es por esto que el imperio ubicado en Europa central y controlado por la Iglesia católica romana luego pasó a llamarse “Sacro imperio romano germánico”.
Las siete cabezas de la bestia “son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo” (Apocalipsis 17:9-10).
Y Apocalipsis 17:12-13 explica que “los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. Éstos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia”.
Estos datos parecen indicar que, según la profecía, la mujer —la Iglesia Católica romana— controlaría al Imperio romano en varias de sus etapas, incluyendo la última que se presentará en los tiempos del fin. Esta futura y breve resurrección del Imperio será liderada por un grupo de diez reyes que se unirán para revivir el cuarto imperio de Daniel 7 por última vez.
El Imperio de los últimos tiempos será controlado por la ramera durante poco tiempo y recibirá su poder de Satanás el diablo; en Apocalipsis 13:4 leemos que los habitantes de la tierra “...adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia”.
Poco antes, la Biblia describe al dragón (Satanás) de la siguiente forma: “tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas”, lo cual simplemente señala que, como dios de este siglo, Satanás controla todos los gobiernos humanos de este mundo (2 Corintios 4:4; Gálatas 1:4; Mateo 4:8-9).
El fin de la mujer
Influenciados por Satanás y la mujer, los diez cuernos “entregarán su poder y su autoridad a la bestia” y “por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia” (Apocalipsis 17:12-13). Y antes de que su breve reinado termine, “Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes” (v. 14).
Pero tal parece que estos diez reyes finalmente se darán cuenta del engaño de la bestia o se decepcionarán de ella, pues “los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego; porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios” (vv.16-17).
Para profundizar
Si desea saber más sobre quién liderará la religión falsa en los tiempos del fin antes del regreso de Cristo, consulte el artículo “El anticristo”. Además, la sección “El cuarto mandamiento: acuérdate del sábado” contiene artículos que describen cómo la falsa iglesia de Apocalipsis 17 ha tergiversado la enseñanza de Cristo acerca del día de reposo.