De la edición Septiembre/Octubre 2020 de la revista Discernir

¡El Apocalipsis!

La mayoría de la gente asocia la palabra apocalipsis con el fin del mundo. Pero, ¿qué significa esta palabra en realidad y qué relación tiene con la profecía bíblica?

Para muchos, el futuro inevitable de nuestro mundo es el colapso de la civilización. Imágenes futuristas nos muestran un final donde la Tierra se ha convertido en un desierto de edificios en ruinas, autos inmóviles y cuerpos inertes tirados por doquier. Radios y televisiones permanecen en silencio; las plantas energéticas no funcionan y todo parece oscuro.

Pero de repente, unos cuantos sobrevivientes que lograron refugiarse en cuevas subterráneas emergen poco a poco a la superficie con la responsabilidad de reconstruir la Tierra. Abriéndose paso entre humo y escombros, los ahora únicos habitantes buscan agruparse en un intento por encontrar algún propósito en su mundo destruido.

No hace falta buscar mucho para encontrar novelas y películas con trágicos relatos como éste. Y para la mayoría de la gente, la palabra “apocalipsis” parece ser sinónimo de un planeta devastado con sólo algunos sobrevivientes para continuar la raza humana.

En realidad, imaginar cómo será el fin del mundo ha fascinado al ser humano desde siempre. Hoy, en particular, el cine de ciencia-ficción puede incluso dar vida a explosiones nucleares, ciudades desoladas, muertes catastróficas y zombis deambulando por las calles luego de un terrible desastre.

Pero, aunque la historia demuestra que el ser humano sí es capaz de causar gran sufrimiento, el destino de nuestro mundo no será tan trágico como se pudiera pensar. ¿Le gustaría saber la verdad? Continúe leyendo.

En su libro End of the World as We Know It: Faith, Fatalism, and Apocalypse in America [El fin del mundo como lo conocemos: fe, fatalismo y el apocalipsis en América], Daniel Wojcik escribe: “Hasta hace poco, el fin del mundo se pensaba como un evento sobrenatural y significativo que transformaría nuestra sociedad tras una aniquilación y renovación de la Tierra por intervención de fuerzas divinas. Sin embargo, desde hace medio siglo, han surgido nuevas ideas de un apocalipsis sin propósito que desafían la concepción religiosa tradicional del fin del mundo” (p. 1).

En otras palabras, hasta hace poco, la palabra apocalipsis no implicaba una destrucción masiva sin un propósito ni significado.

La era de potencial aniquilación

Pero, ¿a qué se debe tal interés en la destrucción de nuestra sociedad? Según Wojcik, “La producción y proliferación de armas nucleares ha alterado la imagen que actualmente se tiene del apocalipsis desde sus raíces, pues fundamenta el miedo a la aniquilación total y da pie a una actitud generalizada de fatalismo en cuanto al destino del planeta” (p. 1).

Sin duda, la caída de bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki, Japón, en agosto de 1945, fue uno de los factores que alimentó la idea de que nuestra civilización podría terminar en un desastre apocalíptico. Y este miedo prácticamente generalizado es la razón por la cual tantas películas y novelas fatalistas se han vuelto tan populares en la actualidad.

Otro factor es la dramatización que los medios de comunicación han hecho de investigaciones científicas que, según ellos, analizan otros posibles riesgos para la humanidad. Así, nos atemorizan constantemente con cosas como la destrucción gradual del medio ambiente, tormentas de grandes proporciones, erupciones volcánicas, tormentas solares, la disminución de la capa de ozono, hambrunas mundiales y enfermedades incurables.

Y, si bien estas preocupaciones son fundamentadas, también se encargan de alimentar el miedo fatalista de que el mundo llegará a su fin a causa de uno o más de estos problemas.

Afortunadamente, aunque sí existen muchos peligros que podrían eventualmente destruir a la humanidad, el destino de nuestro mundo será diferente.

Fascinación por los desastres bíblicos

Uno de los mayores indicadores del creciente interés por relatos apocalípticos es el éxito y la popularidad de muchos libros que se han escrito sobre el tema durante las últimas décadas.

Como Wojcik explica, La agonía del gran planeta Tierra de Hal Lindsey es un ejemplo de estas obras, cuyo público se compone de quienes se interesan por profecías del fin del mundo (p. 37).

 Apocalipsis significa revelación

Si bien la palabra apocalipsis prácticamente se ha convertido en sinónimo de “fin del mundo”, éste no es su significado real. Según el Diccionario etimológico de la lengua castellana de Pedro Monlau, apocalipsis proviene del griego apokalyptó, que significa simplemente “revelación” o “quitar el velo” (p. 198). En el contexto religioso, esta palabra por lo general implica la revelación de cierto conocimiento o entendimiento que antes estaba vedado.

Como las Escrituras lo revelan, el mundo sí llegará a estar al borde de la autodestrucción. Pero cuando esto suceda, Jesucristo regresará a la Tierra para evitar que la humanidad se autoaniquile.En el caso de la Biblia, “apocalipsis” es el título del libro que Jesucristo reveló al apóstol Juan, dando a conocer a sus siervos lo que sucedería en el tiempo del fin (Apocalipsis 1:1). Ahí se nos relata una serie de eventos impresionantes —incluyendo el regreso de Jesucristo a la Tierra— cuya culminación será el fin de nuestra era.

¿Qué pasará realmente con la Tierra?

La Biblia es la única fuente confiable para descubrir el destino de nuestro planeta. Es ahí donde Dios nos revela su plan para la humanidad a través de sus siervos los profetas (Amós 3:7). Y esta revelación incluye un recuento profético de los problemas que se acrecentarán por el aumento de la maldad en el mundo, a medida que el fin se acerca (2 Timoteo 3:1-5; Apocalipsis 6:1-7). Si desea comprender estas interesantes profecías, no dude en leer nuestro artículo ¿Qué son los cuatro jinetes del Apocalipsis?.

Como las Escrituras lo revelan, el mundo sí llegará a estar al borde de la autodestrucción. Pero cuando esto suceda, Jesucristo regresará a la Tierra para evitar que la humanidad se autoaniquile (Mateo 24:22).

Nuestra civilización no terminará en un cataclismo al que sólo unos pocos sobrevivirán para vagar por la Tierra sin ley ni propósito. Afortunadamente, ¡éste no es el plan que Dios tiene para la humanidad!

Las buenas noticias del Apocalipsis

Cuando Cristo regrese, acabará con toda oposición y establecerá el Reino de Dios en la Tierra, dando comienzo a mil años de paz, prosperidad y abundancia para la humanidad —un Milenio de gozo y vida significativa que contrasta bastante con las ideas de apocalipsis actuales, ¿no es así? Aunque sí vendrán tiempos difíciles, Dios nos promete un futuro finalmente maravilloso.

Si desea saber más acerca de las profecías del fin de nuestra era, lo invitamos a visitar la sección de profecía de los tiempos del fin en nuestro sitio web VidaEsperanzayVerdad.org.

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