Apocalipsis habla de siete plagas finales que vendrán sobre la Tierra al final de esta presente era. ¿Cuáles son estas plagas y por qué Dios las enviará?
En artículos anteriores hemos visto que siete sellos, siete trompetas y siete últimas plagas describen los eventos proféticos de los tiempos del fin registrados en el libro de Apocalipsis que ocurrirán antes y en el momento del regreso de Cristo a la Tierra. Los primeros cinco sellos representan las consecuencias del comportamiento inmoral de la humanidad y la ira de Satanás hacia el pueblo de Dios y la humanidad en general. El sexto sello anuncia la ira de Dios que pronto vendrá. El séptimo sello incluye la ira de Dios, la cual se va a manifestar por medio de siete trompetas y siete plagas finales.
Estas siete plagas completan la ira de Dios. Como escribió Juan: “Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios” (Apocalipsis 15:1, énfasis añadido en todo).
Debemos ver que el concepto de que la ira de Dios está “completa”, como se señala en este pasaje, se aplica al juicio de los seres humanos que vivirán en el tiempo del fin justo antes del regreso de Cristo. Esto no significa que en el futuro Dios no pueda o no vaya a castigar a la gente por desobedecerlo.
Durante el Milenio, por ejemplo: “Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, el Eterno de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia. Y si la familia de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no habrá lluvia; vendrá la plaga con que el Eterno herirá las naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos” (Zacarías 14:17-18).
Las copas de la ira
Apocalipsis 15:7 describe estas siete últimas plagas como “copas de oro llenas de la ira de Dios” para ser derramadas sobre la Tierra.
Albert Barnes en sus Notas de la Biblia dice: “La palabra usada aquí — φιάλη phiale— significa apropiadamente, ‘un tazón o copa, que tiene más amplitud que profundidad’ (Robinson, Lexicón). Nuestra palabra vial, aunque derivada de esto, significa una botella larga y delgada de vidrio, usada particularmente por boticarios y farmacéuticos. La palabra sería mejor representada por ‘tazón’ o ‘copa’, y probablemente la representación aquí era de los tazones que se usaban en el servicio del templo.... Parece hacer alusión a una copa o tazón lleno de veneno, y dada a las personas que la beben, una referencia tomada de uno de los métodos de castigo de los tiempos antiguos” (comentarios sobre Apocalipsis 15:7).
Por qué se necesitan más castigos
Antes de analizar estas siete últimas plagas, es importante para nosotros ver la respuesta de la humanidad a los sellos y trompetas que precederán a estas últimas copas de la ira. A pesar de la severidad del dolor y el sufrimiento que los sellos y las trompetas infligirán a las personas, la humanidad se negará a arrepentirse de sus pecados (Apocalipsis 9:20-21).
Repasando lo que habrá ocurrido previamente durante los sellos y las trompetas, vemos que, además del grave sufrimiento, mucha gente perderá su vida a través de los primeros cuatro sellos, que también son llamados los cuatro jinetes del apocalipsis (Apocalipsis 6:8). Muchos más morirán durante la plaga de la tercera trompeta (Apocalipsis 8:11), y entonces un tercio de la población restante morirá durante la sexta trompeta (Apocalipsis 9:15, 18).
La humanidad, engañada por Satanás el diablo por medio de un poder político y religioso llamado la “bestia”, continuará desafiando y blasfemando contra Dios mientras se derraman las siete últimas plagas.
A pesar de estos horrores verdaderamente apocalípticos, la humanidad continuará rechazando a Dios. No adorarán ni obedecerán al Eterno Soberano y Todopoderoso. La humanidad, engañada por Satanás el diablo (Apocalipsis 12:9) por medio de un poder político y religioso llamado la “bestia”, continuará desafiando y blasfemando contra Dios mientras se derraman las siete últimas plagas (Apocalipsis 16:9, 11, 21).
Al derramarse la primera de las siete últimas plagas, se nos dice que vendrá: “Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen” (Apocalipsis 16:2). Vea que la quinta plaga también repite que será derramada “sobre el trono de la bestia y su reino” (v. 10).
¡Ser parte del sistema político y religioso de los tiempos del fin llamado la bestia tendrá serias consecuencias! Para más información, vea los artículos: “¿Quién es la bestia?” “666: el número de la bestia” y “La marca de la bestia”.
Las últimas siete ultimas plagas
Primera plaga: El contenido de la primera copa causará dolorosas llagas a aquellos “que tenían la marca de la bestia y a los que adoraban su imagen” (Apocalipsis 16:2).
Segunda plaga: Cuando esta copa sea derramada, el mar se convertirá en sangre y hará que toda la vida en él muera (v. 3).
Tercera plaga: Después de que el tercer ángel derrame su copa, los ríos y las fuentes de agua se convertirán en sangre (v. 4).
Cuarta plaga: La cuarta copa hará que el sol se caliente tanto como para “quemar a los hombres con fuego” (v. 8).
Quinta plaga: Este castigo traerá oscuridad, dolores y llagas (vv. 10-11).
Sexta plaga: La copa que contiene esta plaga será vertida sobre el río Éufrates, haciendo que se seque y que los ejércitos de “los reyes de la tierra y del mundo entero” se reúnan más fácilmente en el Armagedón (la zona de Megido, que está aproximadamente a 30 kilómetros al sureste de la ciudad moderna de Haifa). Desde este lugar, los ejércitos reunidos avanzarán hacia Jerusalén para una batalla final contra Jesucristo (vv. 12-16).
Séptima plaga: Esta última plaga consistirá en “relámpagos y voces y truenos” y “un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra” (v. 18). Babilonia, una poderosa religión falsa, caerá (v. 19, compare Apocalipsis 18:2) y habrá granizo devastador, con granizo que pesará hasta un “talento” —aproximadamente 100 libras (v. 21).
Paralelamente a estas plagas
Hay dos interesantes paralelos históricos con las siete últimas plagas.
- Primero, estas siete últimas plagas son tipificadas por algunos de los castigos que Dios trajo sobre la nación de Egipto para liberar a los antiguos israelitas de la esclavitud. En las 10 plagas que precedieron al Éxodo, el agua se convirtió en sangre (Éxodo 7:17), la gente tenía dolorosas “llagas” (Éxodo 9:9), y los egipcios experimentaron oscuridad durante tres días (Éxodo 10:21-23). Hay similitudes obvias entre estos castigos en las siete últimas plagas (note la primera, segunda, tercera y quinta plagas arriba). Y así como el Faraón endureció su corazón hacia Dios y su plan, así también la gente que experimenta las siete últimas plagas endurecerá sus corazones contra Dios.
También es interesante ver que en Apocalipsis 15, que introduce las siete últimas plagas, encontramos al pueblo fiel de Dios cantando “el cántico de Moisés” (v. 3), un canto compuesto por Moisés después de que Dios había traído 10 plagas sobre los egipcios y liberado a Israel (Éxodo 15:1-19).
- Segundo, las siete últimas plagas de Apocalipsis 15 y 16 tienen similitudes con las siete trompetas, pero con mayor intensidad. Veamos que las primeras cuatro trompetas hacen que un tercio de los árboles se quemen, un tercio del mar se convierta en sangre, un tercio de las criaturas en el mar mueran, un tercio del agua dulce se vuelva venenosa y la luz del sol, la luna y las estrellas disminuya en un tercio (Apocalipsis 8:7-12). Las siete últimas plagas harán que todas las aguas (tanto las del mar como las frescas) se conviertan en sangre, toda la vida en el mar muera y más oscuridad (Apocalipsis 16:3, 4, 10).
Por qué Dios castiga a la gente
Algunas personas tienen la idea equivocada de que Dios es duro y cruel, que se deleita con el sufrimiento de la gente. Pero definitivamente esta no es la razón por la cual Dios traerá estas siete últimas plagas sobre la humanidad.
Dios, como nuestro amoroso Padre, siempre dirige el castigo para animarnos a pasar de la conducta de pecado a la obediencia de sus leyes santas y benéficas para que podamos ser bendecidos. Al transmitir este principio al antiguo Israel, Dios le dijo al profeta Ezequiel: “Diles: Vivo yo, dice el Eterno el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?” (Ezequiel 33:11).
Este principio que Dios explicó al antiguo Israel es cierto para todos los pueblos, no sólo para los israelitas. Dios ama a todos (Juan 3:16) y “desea que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4).
Para aprender más acerca de las expectativas de Dios y la profecía del tiempo del fin, recomendamos los folletos descargables gratuitos de nuestro Centro de Aprendizaje titulado ¡Cambie su vida! y El libro del Apocalipsis: la tormenta antes de la calma.