Cristo advirtió que antes de su segunda venida habría un período de “gran tribulación” en la tierra. ¿Qué es exactamente la “Gran Tribulación”?
En Mateo 24, Cristo explica detalladamente lo que ocurrirá en la tierra a medida que se acerca el momento de su segunda venida.
Tras describir el engaño religioso, hambres, pestes y terremotos que habrá en la tierra, advierte que además “os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre” (Mateo 24: 4-7, 9; énfasis añadido).
La palabra “tribulación” proviene del griego thlipsis y significa “en lenguaje metafórico, opresión, aflicción, tribulación, angustia, dificultad” (Thayer’s Greek Definitions [Definiciones griegas de Thayer]). El pueblo de Dios ha sido oprimido muchas veces después de la muerte de Cristo; y como las escrituras lo indican, volverá a sufrir tribulación antes de su regreso (Mateo 24:29-30).
Refiriéndose a los tiempos del fin, Jesús dice que “habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados” (Mateo 24:21-22; énfasis añadido).
El nombre de la “Gran Tribulación” se debe a que éste será el período más crítico y devastador que la humanidad haya visto (Mateo 24:21). Jeremías 30:7 también la describe como el tiempo de “angustia para Jacob”, pues los descendientes modernos de las doce tribus de Israel (Jacob) serán los primeros afectados.
Como Daniel asegura, la Gran Tribulación será un “tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces” (Daniel 12:1).
¿Quiénes se verán afectados?
Por medio de varios profetas, Dios reveló qué pueblos serían los más afectados. Dijo a Jeremías, por ejemplo, que los horrores de este período caerían principalmente sobre Israel y Judá, cuyos descendientes actuales son los países de habla inglesa y el pueblo judío (Jeremías 30:4). Consulte “Las 12 tribus de Israel en la actualidad” para más detalles de esta conexión histórica y su significado.
Sin embargo, Cristo advirtió que la Gran Tribulación también sería una época peligrosa para los verdaderos cristianos. Su profecía ―“os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre” (Mateo 24:9)― se cumplirá cuando el fin de esta era se acerque, durante el quinto sello de Apocalipsis (Apocalipsis 6:9-11).
¿Cuánto durará la Gran Tribulación?
La profecía nos dice que la Gran Tribulación durará 42 meses (Apocalipsis 11:2; 13:5), 1.260 días (Apocalipsis 11:3) o “un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo” (Apocalipsis 12:14; Daniel 12:7).
Por cuestión de espacio no podemos explicar por qué un “tiempo” bíblico generalmente representa un año y “tiempos” corresponde a dos años en esta ocasión. Pero como vemos, hay varias escrituras que describen el mismo período de tiempo de diferentes formas, y tanto 42 meses, como 1.260 días y “un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo” equivalen a tres años y medio.
¿Por qué Dios permitirá la Gran Tribulación?
Ésta es probablemente la pregunta más urgente de todas: ¿por qué Dios permitirá la Gran Tribulación? Sí, Dios es paciente y misericordioso. Pero así como un padre corrige a su hijo obstinado, Él también castiga severamente a quienes ignoran sus advertencias y se rehúsan a arrepentirse de sus pecados. Es por esto que los 42 meses de juicio primero recaerán en los herederos del judeo-cristianismo. Si los descendientes modernos del antiguo Israel no se vuelven a Dios antes del tiempo del fin, deberán sufrir el castigo de sus pecados.
Estas naciones provienen del pueblo al que Dios dio sus leyes y estatutos con la esperanza de que fuera un ejemplo de conducta para el resto del mundo. En otras palabras, son los actuales descendientes del antiguo Israel ―pueblo de Dios a través de la historia. Pero por haberse olvidado de Él, Dios tratará de llamar su atención con una serie de plagas y desastres naturales. Si eso no funciona, las maldiciones se intensificarán.
Si aún así no se arrepienten, los castigará por medio de crueles invasores, tal como advirtió a través de Jeremías: “te castigaré con justicia… con azote de adversario cruel, a causa de la magnitud de tu maldad y de la multitud de tus pecados” (Jeremías 30:11,14).
Dios es bueno y justo, y tiene muy buenas razones para corregir tanto a los descendientes de Israel como al mundo entero. Veamos lo que sus advertencias explican al respecto.
Advertencia para Jerusalén
El profeta Ezequiel describe cómo la Gran tribulación afectará a los habitantes de Jerusalén en los tiempos del fin. Esta ciudad ―antigua capital de las doce tribus de Israel― representa a los pueblos y naciones que tuvieron la bendición de forjar sus constituciones y códigos éticos con base en los Diez Mandamientos.
Lamentablemente, su comportamiento no fue consecuente con este privilegio, por lo que Dios los reprende diciendo: “no habéis andado en mis mandamientos, ni habéis guardado mis leyes… Ni aun según las leyes de las naciones que están alrededor de vosotros habéis andado…
“He aquí yo estoy contra ti; sí, yo, y haré juicios en medio de ti ante los ojos de las naciones. Y haré en ti lo que nunca hice, ni jamás haré cosa semejante, a causa de todas tus abominaciones. Por eso los padres comerán a los hijos en medio de ti, y los hijos comerán a sus padres; y haré en ti juicios, y esparciré a todos los vientos todo lo que quedare de ti” (Ezequiel 5:7-10).
Eventualmente, la paciencia de Dios ante la maldad de su pueblo se agotará, y quienes no se arrepientan sufrirán su castigo:
“…ciertamente por haber profanado mi santuario con todas tus abominaciones, te quebrantaré yo también; mi ojo no perdonará, ni tampoco tendré yo misericordia. Una tercera parte de ti morirá de pestilencia y será consumida de hambre en medio de ti; y una tercera parte caerá a espada alrededor de ti; y una tercera parte esparciré a todos los vientos, y tras ellos desenvainaré espada” (Ezequiel 5:11-12).
Dios no pierde la paciencia fácilmente; su actitud paciente con la humanidad es muy grande (2 Pedro 3:9; Romanos 2:4-11). Pero llegará el momento en que Dios se cansará de la continua desobediencia inexcusable de estos pueblos, que han recibido suficientes oportunidades para cambiar. Cuando ese momento llegue, la Gran Tribulación habrá comenzado.
¿Qué sucederá con quienes hieran a Israel?
Las escrituras indican que, al terminar los tres años y medio de la Gran Tribulación, los pocos sobrevivientes del pueblo de Dios (Israel) que hayan quedado finalmente se arrepentirán. Entonces, Dios castigará a las crueles naciones que atacaron a su pueblo con brutalidad.
En Jeremías 30:16, Dios asegura que “serán consumidos todos los que te consumen; y todos tus adversarios, todos irán en cautiverio; hollados serán los que te hollaron, y a todos los que hicieron presa de ti daré en presa”.
Sí, Dios va a castigar a Israel; pero también vengará a su pueblo una vez que el castigo termine. Algunas de las profecías que lo comprueban son Deuteronomio 32:43; Isaías 35:3-4; 47:5-15; Joel 3:12-15; Jeremías 25:29-33; and Ezequiel 25-28.
¿Cuál es el propósito de la Gran Tribulación?
Una de las razones por las que Dios permitirá la Gran Tribulación es para enseñar humildad a los descendientes físicos del antiguo Israel y llevarlos al arrepentimiento. Quienes sobrevivan a este período de corrección habrán cambiado su actitud y serán completamente transformados por Cristo en su regreso. Así, se convertirán en un pueblo santo y un ejemplo para el mundo entero (Sofonías 3:11-13).
Cuando los 42 meses de tribulación estén por terminar, sólo la tercera parte de este pueblo “quedará en ella [la tierra]. Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro [llevándolos en cautiverio por pueblos invasores]. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios” (Zacarías 13:8.9).
Las escrituras les dan un mensaje muy inspirador a quienes quieren obedecer a Dios. En una visión de Dios, el apóstol Juan vio a una gran multitud salir de en medio de este pueblo oprimido luego de haber sido purificada espiritualmente con esta futura prueba para el mundo entero ―comenzando por los descendientes de Israel.
La Biblia describe a quienes decidan seguir a Dios ―tanto de entre los descendientes modernos de Israel como el mundo entero― como “los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero” (Apocalipsis 7:14; énfasis añadido).
Si desea más detalles acerca de esto, consulte los artículos “¿Qué es la angustia para Jacob?”.
¿Podría la Gran Tribulación afectarle?
Cristo nos advierte de la importancia de poner por obra su transformador mensaje de arrepentimiento, fe y justicia, pues “cuando veáis que suceden estas cosas [las señales que Él describió], sabed que está cerca el reino de Dios. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca” (Lucas 21:31-32).
Más adelante, también nos anima a “[Velar], pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre” (v. 36).
Para ayudarle a estar en pie, no dude en leer los artículos de la sección “Cambio” en nuestro sitio web.