En nuestro último artículo, hablamos acerca del contexto de la profecía de Cristo más larga de la que tenemos registro. Los discípulos le habían preguntado qué señales habría de su segunda venida (Mateo 24:3), y su respuesta fue lo que ahora conocemos como la profecía del Monte de los Olivos.
Jesús comenzó con una advertencia y luego continuó con la profecía: “Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.” (vv. 4-5). Lucas además registra un comentario final que no aparece en el libro de Mateo: “Mas no vayáis en pos de ellos” (Lucas 21:8).
Falsos maestros en nombre de Cristo
Entonces, antes de que Cristo regrese aumentarán los falsos maestros religiosos. Pero note que Jesús no los describió como ateos, paganos o de alguna religión abiertamente anticristiana. Su advertencia fue acerca de ideas y líderes que aparentarán ser cristianos.
Maestros que usan el nombre de Jesús y creen que Jesús es el Cristo.
La mayor amenaza religiosa de los tiempos del fin no vendrá bajo el nombre de Satanás, Buda, Mahoma, Brahma u otro dios falso. Vendrá bajo el nombre de Jesucristo mismo.
En otras palabras, Jesús advirtió que la religión más peligrosa en los tiempos del fin sería el cristianismo. O más bien, un cristianismo que profesará su nombre, pero enseñará cosas contrarias a lo que Él enseñó. Estas falsas enseñanzas serán sutiles y atractivas, porque “a muchos engañarán” (Mateo 24:5, 11).
Si bien esta es una tendencia que se intensificará en el tiempo del fin, sus raíces se remontan al primer siglo. Algunas versiones del falso cristianismo nacieron en el tiempo de los apóstoles, se unificaron y organizaron después de que ellos murieron, y permanecen en muchas formas hasta el día de hoy. De hecho, muchas de las iglesias cristianas actuales enseñan cosas que “engañan a muchos”, y es por eso que escribimos esta columna de “Cristo vs. cristianismo”: para ayudar a nuestros lectores a examinar las falsas enseñanzas y compararlas con lo que Cristo y la Biblia realmente enseñan.
Los apóstoles reiteran la advertencia
Incluso los apóstoles fueron testigos del comienzo del cumplimiento de la advertencia profética de Jesús. Pedro, Pablo y Juan, por ejemplo, escribieron acerca de ideas que en su tiempo ya se estaban introduciendo en el cristianismo —ideas diametralmente opuestas a lo que ellos habían aprendido a los pies de Jesús. Veamos algunas de sus advertencias.
Pedro: Pedro utilizó gran parte de su segunda epístola (probablemente escrita en la década del 60 d.C.) para advertir a los cristianos acerca de los falsos maestros que podían engañarlos. Estos falsos líderes, explicó, usarían “palabras fingidas” (2 Pedro 2:3), pero sus vidas serían contrarias al cristianismo verdadero (vv. 10-17).
En una de sus advertencias más específicas, Pedro dijo que muchos falsos maestros estaban tergiversando los escritos de Pablo para enseñar cosas contrarias a lo que el mismo Pablo (y Jesucristo) quería enseñar (2 Pedro 3:15-16). No debería sorprendernos que, incluso hoy, gran parte de la teología cristiana se base en los escritos de Pablo para enseñar en contra de la ley de Dios —la misma ley que Jesucristo aseguró que nunca sería abolida (Mateo 5:17-18).
Pablo: El apóstol Pablo también advirtió acerca del surgimiento de falsos maestros, tanto dentro como fuera de las congregaciones de la Iglesia de Dios que él pastoreaba.
En el libro de Gálatas, advierte específicamente acerca de cristianos que estaban dejando el verdadero evangelio de Cristo por un “evangelio diferente”, que en realidad era un mensaje pervertido y muy alejado del evangelio “recibido” de Jesucristo (Gálatas 1:6-9). Como mencionamos en nuestro artículo anterior, lamentablemente la mayor parte del cristianismo actual ignora el evangelio que Cristo originalmente enseñó.
Juan: En su primera epístola, Juan también advierte acerca de la aparición de un falso cristianismo. En el capítulo 2, escribe acerca de “muchos anticristos” que “salieron de nosotros [la Iglesia de Dios], pero no eran de nosotros” (vv. 18-19). Y muchas de sus advertencias se centran en el surgimiento de creencias heréticas acerca del Padre y Jesucristo (vv. 22-23; 4:1-3; 5:10; 2 Juan 1:7-11).
Lamentablemente, durante los siglos posteriores a la muerte de Juan, el cristianismo adoptó muchas ideas falsas acerca de la naturaleza de Dios y Jesucristo. Y actualmente, casi todas las denominaciones cristianas creen en la doctrina antibíblica de la Trinidad.
Luego del primer siglo, la historia muestra el predominio de un cristianismo muy alejado del cristianismo bíblico original. Esta religión mantuvo el nombre de Jesucristo, pero sus enseñanzas y prácticas se desviaron mucho del cristianismo que Jesús y los apóstoles practicaron.
La tendencia del cristianismo falso que Jesús predijo en el Monte de los Olivos sigue presente hoy. Pero, a medida que el tiempo del fin se acerque, será cada vez más fuerte, influyente, dominante y engañosa.
Para conocer más acerca de la diferencia entre el cristianismo moderno y el verdadero cristianismo de la Biblia, descargue nuestro folleto gratuito ¿Dónde está la Iglesia que Jesucristo edificó?
Tres clases de profecía en la profecía del Monte de los Olivos
Para comprender la profecía del Monte de los Olivos, debemos saber que Jesús dio tres clases de profecía diferentes:
- La primera se refiere a tendencias. Éstas son características generales que se presentarán en la sociedad antes del regreso de Cristo. Dichas características no son exclusivas del tiempo del fin, pero se intensificarán hasta alcanzar niveles peligrosos a medida que el regreso de Cristo se acerque. Un ejemplo es la profecía acerca de las pestes del tiempo del fin (Mateo 24:7). A través de la historia ha habido varias plagas devastadoras, pero cuando el fin se acerque, surgirán epidemias de proporciones inimaginables.
- La segunda clase son eventos específicos. Éstos son acontecimientos explícitos que ocurrirán en un momento específico del futuro. Un ejemplo es la profecía acerca de la “abominación desoladora” (v. 15), que es un evento futuro.
- La tercera clase son las advertencias proféticas. Éstas son advertencias espirituales para el pueblo de Dios que seguirá con vida cuando las profecías se cumplan. Un ejemplo es la advertencia de Cristo acerca de estar preparados para su regreso (v. 44).