El trabajo duro es una virtud, pero Dios no se opone a la diversión en familia. De hecho ¡nos ordena regocijarnos juntos!
¿Cuáles son sus recuerdos favoritos de la juventud? ¿Y sus recuerdos favoritos de la niñez?
Muchos de mis mejores recuerdos son de los momentos en que nos divertimos juntos como familia.
A mi padre le encantaban las actividades al aire libre, así que nuestra familia hizo muchas excursiones a los bellos lagos de las Cascadas y las Montañas Olímpicas. El paisaje era impresionante y el sentido de logros compartidos, gratificante. No todo era diversión, por supuesto. Pero los músculos cansados, las espaldas adoloridas y las picaduras de mosquito añadieron color a los recuerdos.
Con mis hijos, recuerdo paseos en bicicleta por el sendero panorámico Little Miami Scenic Trail. A veces parábamos para leer un libro juntos en el camino y luego a comer un helado.
El mandamiento de regocijarnos como familia
Dios no se opone a la diversión. De hecho, incluso ordena que nos regocijemos con nuestras familias en sus fiestas anuales:
“Y te alegrarás en tus fiestas solemnes, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, y el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven en tus poblaciones” (Deuteronomio 16:14).
¡Dios también quiere que los jóvenes se alegren!
En Eclesiastés 11:9 leemos: “Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios”.
Sin embargo, incluye una advertencia porque muchas de las formas en que podemos divertirnos son sólo divertidas en el momento, pero sus consecuencias son muy dañinas. ¿Quién mejor que los padres para enseñar a sus hijos cómo regocijarse sin ese peligro?
Pasar tiempo juntos, crear recuerdos, fortalecer la familia
Considere estos consejos de algunos autores de libros acerca de la crianza:
- “Los padres terminan siendo inaccesibles para sus hijos porque están demasiado ocupados”, escriben Josh McDowell y Dick Day. Pero “Amor se deletrea: T-I-E-M-P-O. Y así también se deletrean aceptación y aprecio” (How to Be a Hero to Your Kids [Cómo ser un héroe para sus hijos], 1991, p. 147).
- “Un secreto para recordar es que las defensas psicológicas de los adolescentes son muy altas, y se requiere tiempo para bajarlas lentamente hasta el punto en que ellos puedan realmente comunicarse y compartir con usted lo que hay en su mente. ¿Vio esa palabra mágica? Tiempo” (D. Ross Campbell, How to Really Love Your Teen [Cómo amar realmente a su hijo adolescente], 2003, p. 39).
- “En el mundo actual, nuestros hijos tienen agendas tan ocupadas como las nuestras. ¿Cuándo pueden ser niños, con tiempo para relajarse, hablar y jugar?” (Edythe Denkin, Why Can’t You Catch Me Being Good? [¿Por qué no me ves cuando hago las cosas bien?] 2000, p. 73).
Dios nos presta a nuestros hijos sólo por unos pocos años. ¡Ámelos, instrúyalos, creen buenos recuerdos y disfruten su tiempo juntos!
Lo invitamos a descubrir más en la sección “Crianza” de Vida, Esperanza y Verdad.