La Biblia nos dice que nosotros fuimos creados a imagen de Dios. Esto hace que la humanidad tenga un lugar especial en la creación de Dios. Pero, ¿exactamente qué significa haber sido creados a “imagen de Dios”?
La frase “a imagen de Dios” aparece en el primer capítulo del primer libro de la Biblia. Dios, al describir la creación de la humanidad, dijo: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza… Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Genesis 1:26-27).
Miles de años después, el apóstol Santiago escribió acerca de este mismo concepto, pero utilizando otras palabras: “Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios” (Santiago 3:9).
De acuerdo con el Diccionario griego de Thayer, la palabra traducida como “similitud” significa “hacer un igual” o “parecido”. La enseñanza constante en el Antiguo y Nuevo Testamento es que los seres humanos fuimos creados a semejanza (o parecidos) a Dios.
La civilización occidental, por muchos años, entendió que el hombre es un ser especial entre toda la creación. Pero esta percepción quedó en entredicho después de que la teoría de la evolución de Charles Darwin saliera a la luz. Hoy en día muchas personas creen que el hombre es un animal muy evolucionado. Pero la mayoría de las personas —incluso algunos que creen en la Biblia— no entienden completamente lo que significa haber sido creados a “imagen de Dios”.
Exactamente, ¿qué significa este concepto?
¿Cómo nos hizo Dios a su imagen?
El rey David escribió en el Salmo 8 acerca del asombro que sentía ante el hecho de que un Dios todopoderoso, que lo había creado todo, se preocupara por los seres humanos siendo tan pequeños. Cuando miró hacia los cielos y se dio cuenta de lo pequeños que somos realmente, meditó acerca de esto y lo expresó así: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?” (Salmos 8:3-4).
Esta escritura es la podemos aplicar mejor hoy en día, ya que actualmente tenemos unos poderosos telescopios con los que se pueden observar con mayor detalle la vastedad del universo y ver su inmensidad.
La verdad que explica por qué fuimos creados a “imagen de Dios” responde la pregunta de David.
La palabra hebrea traducida como “imagen” es tselem, y en esencia significa una representación, imagen o boceto. Así como los hijos son a “imagen” de sus padres (Génesis 5:3), así mismo nosotros somos a imagen de Dios.
Cuando estudiamos las descripciones de Dios en la Biblia, vemos que Él revela que tiene brazos (Isaías 40:10), manos (Salmos 110:1), dedos (Éxodo 31:8), pies (Éxodo 24:10), espalda (Éxodo 33:23), oídos (Salmos 88:2), pelo (Daniel 7:9) y una cara (Éxodo 33:11). Nuestros cuerpos fueron diseñados de acuerdo con la forma general de Dios.
Incluso, tenemos capacidades que son similares a las de Dios —pero en una escala extremadamente limitada. Estas capacidades similares a las de Dios, realmente diferencian al ser humano del reino animal. Entre esas capacidades están, analizarse a uno mismo, ser conscientes de nuestro ser, la habilidad de reflexionar acerca del significado de la vida, el humor, la creatividad, el agradecimiento, la habilidad de diseñar, la imaginación, el razonamiento abstracto, el idioma y la reflexión acerca de las cosas espirituales. La lista podría continuar.
Nuestras capacidades existen porque Dios ha puesto dentro de nosotros un componente espiritual indetectable para la ciencia, que la Biblia llama “espíritu en el hombre” (Job 32:8). Este espíritu imparte las capacidades mentales similares a las de Dios que acabamos de mencionar y que nos diferencian de todo el resto de la creación. Pero todavía podemos decir mucho más acerca del significado completo de haber sido creados a imagen de Dios.
Si usted desea aprender más acerca del concepto de que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, pero con las limitaciones de la materia, lo invitamos a leer nuestro artículo “¿Por qué nació usted?”.
¿Por qué necesitamos el Espíritu Santo?
Dios es espíritu inmortal. Él quiere compartir su imagen completamente con la humanidad. Su propósito desde un inicio es que nosotros viviríamos con Él para siempre, a su mismo nivel de existencia.
Después de que Dios creó al hombre, Él dijo que su creación era “buena en gran manera” (Génesis 1:31). Pero, aun así, todavía no estábamos completos. Faltaba un componente —el conocimiento y la vida espiritual.
Adán y Eva tuvieron esa oportunidad representada en el árbol de la vida, el cual simbolizaba aceptar la guía espiritual y la vida de parte de Dios (Génesis 2:9, 16-17). Pero finalmente ellos rechazaron la vida espiritual cuando escogieron el árbol de la ciencia del bien y del mal (Génesis 2:17; 3:6, 17). Esto hizo que fueran expulsados del jardín y dejaran de tener acceso al árbol de la vida (Génesis 3:23-24). Ellos rechazaron la oportunidad de obedecerle totalmente a Dios, de recibir el Espíritu Santo y vivir eternamente (Génesis 3:22; Gálatas 6:8).
Si usted quiere aprender más acerca de la importancia de lo que sucedió en el jardín del Edén, lo invitamos a leer “Adán y Eva en el jardín de Edén”.
Pero la humanidad todavía tiene esperanza. Jesucristo vino como el “postrer Adán” para que esa oportunidad esté disponible (1 Corintios 15:45). Él dijo: “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Juan 6:63). Las personas que el Padre está llamando en este momento, tienen acceso al Espíritu Santo de Dios —representado por el árbol de la vida— y pueden vivir para siempre.
El Espíritu Santo de Dios nos ayuda a transformar nuestro carácter para poder parecernos más a Dios. El poder de Dios es el que nos permite saber “las cosas de Dios” (1 Corintios 2:11).
¿Cómo podemos llevar a cabo este propósito y que se pueda cumplir a cabalidad el haber sido creados a imagen de Dios?
Sietes aspectos claves para poder llegar a ser plenamente a imagen de Dios
Aunque esta lista no es exhaustiva, a continuación presentamos sietes cosas que debemos hacer para poder vivir para siempre a imagen de Dios.
- Creer: Dios espera que le creamos a Él y a su Palabra (Efesios 1:13).
- Arrepentirse: Dios espera que cambiemos de una vida contraria a Dios a una vida de obediencia hacia Él (Mateo 3:2; 4:17).
- Obedecer: Dios espera que las personas que tienen su Espíritu obedezcan sus mandamientos (Juan 14:15; Hechos 5:32; 1 Juan 5:3).
- Producir frutos: Dios espera que hagamos buenas obras y produzcamos frutos (Juan 15:8; Mateo 13:8; Gálatas 5:22-23; Santiago 2:22; Efesios 2:10).
- Ser fieles: Dios espera que le seamos fieles y resistamos hasta el final (Mateo 24:13; Apocalipsis 17:14).
- Sacrificio: Dios espera que le sirvamos a Él y a otras personas con un espíritu de abnegación (Romanos 12:1).
- Mostrar misericordia y perdón: Dios espera que tengamos misericordia y perdonemos a los demás —así como Él lo hace con nosotros (Mateo 5:17; 6:14-15).
La clave de todo esto se resume en este enunciado: Dios está desarrollando su carácter espiritual en la mente y corazón del ser humano (Mateo 5:48; Efesios 4:13). Así es como podemos ser más a la imagen de Dios cada día de nuestra vida. Todo esto nos lleva al objetivo principal que Dios tiene con nosotros —que podamos nacer dentro de su familia como seres espirituales, completamente transformados a imagen de Dios, nuestro Creador (1 Corintios 15:46-49).
La Biblia es clara al decir que el propósito de Dios con nosotros es que lleguemos a tener una vida en el mismo nivel de su existencia. Nosotros fuimos creados a la imagen general de Dios y tenemos sus capacidades mentales, pero a un nivel muy limitado (Isaías 55:8). Pero las Escrituras nos muestran que cuando el pueblo de Dios sea resucitado al regreso de Cristo, vamos a tener cuerpos espirituales, de la misma manera en que Dios es espíritu (1 Corintios 15:44; Juan 4:24).
Versículos de la Biblia que hablan acerca de nuestro propósito
A continuación, hay unos versículos de la Biblia que explican la asombrosa verdad de que seremos transformados completamente a imagen de Dios:
- “En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza” (Salmos 17:15).
- “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos” (Romanos 8:29).
- “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es” (1 Juan 3:2).
- “Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial” (1 Corintios 15:48-49).
Ya que este es un tema tan importante y trascendental, nosotros hemos preparado un folleto para explicarlo con muchos más detalles. Si usted desea aprender más acerca de lo que significa haber sido creados a imagen de Dios y acerca del futuro que Dios quiere darle a usted, lo invitamos a descargar nuestro folleto gratuito El propósito de Dios para usted: ¿cuál es la razón de su existencia?