De la edición Septiembre/Octubre 2021 de la revista Discernir

La (no) divina comedia

Dante murió hace 700 años, pero sus visiones poéticas del infierno y el cielo siguen con vida. ¿Qué relación tienen estas visiones con la enseñanza bíblica acerca de la vida después de la muerte?

“¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!”.

Ésta es la bienvenida que el poeta florentino del siglo XIV, Dante Alighieri, les da a todos los visitantes del infierno en su influyente obra La divina comedia.

Para ser un poeta medieval, la prolongada influencia de Alighieri es notable. Su creativa visión de la vida después de la muerte ha moldeado y matizado la imaginación de incontables lectores, artistas, escritores y teólogos.

Los intereses políticos y el activismo de Dante, que se centraban en una disputa acerca del rol del papado en el gobierno civil, condujeron a su exilio de Florencia. En el exilio, Dante compuso su ahora famoso poema La divina comedia, donde el autor relata un viaje mítico a través de tres cantos: el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso.

El infierno

El canto primero, el Infierno, incluye descripciones vívidas de pecadores y villanos (muchos de los cuales eran contemporáneos reales de Dante) siendo eternamente torturados y castigados. Esto dio paso a una visión del infierno que sigue influyendo hasta ahora, en la perspectiva occidental de la vida después de la muerte.

En el poema, el guía de Dante a través del Infierno y el Purgatorio, Virgilio, dice a las puertas del Infierno:

     Seré tu guía en la partida
     Hasta llevarte a otro lugar eterno,
     Oirás ahí la grita dolorida,
     Y verás los espíritus dolientes,
     Que claman por perder segunda vida.

Según la concepción fantasiosa y tergiversada del autor, el Infierno es un “lugar eterno” donde los condenados sufren para siempre en angustia, frustración y violencia. Esta idea ha generado tal miedo y conmoción en quienes la creen, que los intimida y coacciona. La fantástica descripción y el comportamiento rudo de los desafortunados que se encuentran atrapados en el Infierno de Dante hacen sus relatos aún más convincentes.

El purgatorio y el paraíso

De la misma manera, los siguientes cantos (el Purgatorio y el Paraíso) son visiones fantasiosas. Pero los convincentes relatos del autor han capturado la imaginación de muchos y han propiciado un concepto incorrecto de la vida después de la muerte.

En el Purgatorio, los muertos no están muertos en realidad, sino que viven eternamente en una lucha desesperada por alcanzar el Paraíso.

En el Paraíso, los muertos también tienen vida eterna, pero viven en una confusa selección de planetas y formaciones estelares.

700 años después

Dante murió hace 700 años, el 13 o 14 de septiembre del 1321. Y, a partir de sus perspectivas teológicas expresadas en La divina comedia, podemos asumir que esperaba irse al Infierno, el Purgatorio o el cielo después de morir.

Pero ¿qué pasó con él realmente?

Dante estaba equivocado

La divina comedia, con una parte teológica, una política y una retribución personal, resalta la eterna pregunta humana acerca de la vida después de la muerte. Los humanos fuimos creados con el deseo de entender y discernir algo más allá de nuestra existencia física.

Cuando Dios diseñó al hombre, “Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos” (Eclesiastés 3:11). Por rechazar la dirección de Dios, la humanidad ha inventado incontables mitos acerca de la eternidad. Cada cultura y civilización ha elaborado sus propias visiones acerca de la vida después de la muerte con el fin de satisfacer su deseo de eternidad.

Gran parte del mundo cristiano, por ejemplo, acepta la premisa general de que el cielo y el infierno son el destino final después de la muerte. Y, si bien es rechazado por los cristianos protestantes y ortodoxos, el concepto del purgatorio sigue siendo apoyado por la Iglesia Católica. Otros credos tienen ideas igualmente complejas acerca de la vida después de la muerte.

¿Qué ocurrió con Dante Alighieri y todas las personas que han muerto? Cuando hablamos acerca de este tema, deberíamos dejar a un lado las ideas literarias y tradicionales y enfocarnos en lo que dice la Biblia.

¿Qué dice la Biblia acerca del infierno, el purgatorio y el cielo?

¿Cómo se describe el infierno en las Escrituras? No se trata del lugar de la venganza y eterno que Dante imaginó. En el artículo “¿Qué es el Infierno?” puede encontrar un resumen de la enseñanza bíblica acerca de este concepto. Como se explica ahí, una de las palabras más traducidas como infierno es el griego hades, que básicamente se refiere a la tumba. En oposición al lugar de eterno castigo, sádico e imaginario de Dante, un sepulcro es en realidad pacífico y silencioso.

El Purgatorio, descrito por Dante como el lugar donde los muertos “no tan buenos”, pero tampoco “tan malos” son preparados para entrar al cielo, no se menciona en ninguna parte de la Biblia. Esta opción intermedia en realidad proviene de una mezcla entre el paganismo y algunas filosofías humanas (Encyclopedia Britannica). No tiene ninguna base en las enseñanzas bíblicas.

Y ¿qué hay del cielo? ¿Es ésa la recompensa de los justos? Jesús dijo claramente que “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo” (Juan 3:13). Puede encontrar un repaso de la enseñanza bíblica acerca de esto en nuestro artículo “¿Qué es el cielo?”. Las Escrituras no dicen que los justos se van al cielo cuando mueren.

¿Qué ocurre cuando morimos?

El escritor de Eclesiastés dijo: “Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido... porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría” (Eclesiastés 9:5, 10).

Según la Biblia, todos los muertos, grandes y pequeños (incluyendo a Dante Alighieri), están en su tumba. No están en agonía, no sienten gozo, no saben nada. En su carta a los cristianos fieles de Tesalónica, Pablo de hecho comparó la muerte con el sueño (1 Tesalonicenses 4:13).

No hay conciencia en la muerte. En cambio, “todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo” (Eclesiastés 3:20). Cuando una persona muere, su cuerpo físico y mortal se descompone y se vuelve polvo. Para más detalles acerca de esta enseñanza bíblica, descargue nuestro folleto gratuito El último enemigo: ¿Qué sucede realmente después de la muerte?

Cuando Cristo vuelva a la Tierra, los fieles que hayan muerto serán resucitados.Pero ¿es quedarse dormido y volver al polvo el fin de todo? Si bien nuestra vida física termina en la tumba, ¿hay algo más allá? ¿Por qué Dios puso eternidad en la mente del hombre si no hay esperanza después de nuestra existencia física limitada? ¿Fue sólo un acto de divina comedia? ¿Hay esperanza después de la muerte?

Un plan mucho mayor

Dios tiene mucho más en mente para el ser humano que unos pocos años de existencia física. Su plan se revela a través de sus fiestas anuales (Levítico 23). Las fiestas de Dios nos muestran cuál es el propósito de Dios para nosotros, y parte de ese propósito es que entendamos la verdad acerca de la vida después de la muerte. Para una explicación más detallada, descargue nuestro folleto Las fiestas santas de Dios: Él tiene un plan para usted.

Veamos, por ejemplo, la próxima fiesta santa de este año: la fiesta de Trompetas. Este día santo anual representa la segunda venida de Jesucristo, cuando “Los reinos del mundo [vendrán] a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 11:15).

Cuando Cristo vuelva a la Tierra, los fieles que hayan muerto serán resucitados. El apóstol Pablo explica: “nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero” (1 Tesalonicenses 4:15-16).

Pablo estaba diciendo que los justos que están dormidos (que murieron en la fe) serán resucitados al regreso de Cristo.

Esto se repite en 1 Corintios, donde Pablo explica que “los que son de Cristo, en su venida” serán resucitados a vida espiritual (1 Corintios 15:22-23). “No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (vv. 51-52). Los santos serán resucitados a una vida incorruptible, eterna y espiritual.

¡Qué conocimiento tan maravilloso! Pablo anima a los cristianos a “[alentarse] los unos a los otros con estas palabras” (1 Tesalonicenses 4:18).

El plan de Dios es ofrecerles vida eterna a todos los seres humanos, incluyendo a quienes vivieron, murieron y volvieron al polvo sin tener una relación con Dios. La última fiesta del ciclo anual de Dios, a menudo llamada Último Gran Día, representa una segunda resurrección. Ésta será una resurrección a vida física que le dará al resto de “los muertos, grandes y pequeños” la oportunidad de aprender acerca de Dios, arrepentirse y escoger el camino que conduce a la vida eterna (Apocalipsis 20:11-13). Para más información acerca de este asombroso paso del plan de Dios, vea nuestro artículo en línea “El Último Gran Día: la cosecha final”.

El plan de Dios y nosotros

El plan de nuestro Creador para la humanidad es mucho más grande e inspirador que el viaje de Dante en La divina comedia. Dante y muchos otros que han vuelto al polvo tendrán la oportunidad de conocer este plan cuando sean resucitados a vida física.

Y ¿qué hay de usted? Las fiestas santas anuales nos muestran lo que Dios está haciendo con la humanidad ahora. Cada año, los cristianos fieles las celebran alrededor del mundo. Si usted está interesado en conocer el plan que Dios tiene para usted, puede comenzar a celebrarlas ahora. Después de todo, ¡la eternidad le espera!

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