Las profecías del Apocalipsis pueden parecer complejas e incluso surrealistas. Pero a continuación les mostraremos tres cosas prácticas que necesitamos saber ahora acerca de los tres ayes.
El Día del Señor es el tema de muchas de las profecías bíblicas, representa el momento en que Dios intervendrá para poner fin a la opresión, corrupción, pecado y maldad del mal gobierno humano. El Día del Señor será un tiempo de castigo, de terribles plagas y de los momentos más oscuros de la historia de la humanidad. Pero también va a señalar el amanecer de un nuevo día: la era en la que Dios gobernará y traerá paz y prosperidad a este atribulado planeta.
Los eventos del Día del Señor descritos en Apocalipsis vienen después de la Gran Tribulación y las señales en el cielo. Estos eventos incluyen siete plagas que se van a manifestar al son de unas trompetas. Siete ángeles van a tocar sus trompetas sucesivamente, y terribles plagas vendrán a la Tierra porque la humanidad ha rechazado a Dios y a sus maravillosas leyes que Él hizo para nuestro bien.
La humanidad estará a punto de autodestruirse —y estará tan lejos de Dios que la mayoría de las personas no se va a arrepentir ni a obedecer. Algunos se van a arrepentir; una gran multitud saldrá de la Gran Tribulación y se arrepentirá (Apocalipsis 7:9-17). Pero la mayoría de la gente no lo hará, y parece que la única manera en que Dios puede llamar su atención es enviando plagas, así como lo hizo con el Faraón en el tiempo del Éxodo.
Los tres ayes
Las últimas tres plagas que vienen al sonar las trompetas se conocen como los tres ayes. ¿Por qué?
En Apocalipsis 8:13, después de las primeras cuatro plagas que se manifiestan al son de las trompetas, el apóstol Juan escuchó una advertencia de un ángel: “¡Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres ángeles!”
De ahí viene el nombre de “los tres ayes”. El Diccionario Griego de Louw y Nida describe la “aflicción” como “un estado de dificultad intensa o de angustia, de desastre o de horror”. O como lo expresa la Nueva Traducción Viviente: “Terror, terror, terror, terror.” Así que también podrían llamarse los tres terrores o eventos desastrosos.
El primer ay
Apocalipsis 9:3 compara esta plaga con algo similar a unas langostas con el poder de la picadura de los escorpiones! Apocalipsis 9:4 dice: “Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes”.
Así que el primer ay es el tormento por cinco meses sobre aquellos que no tienen el sello de Dios (v. 5). Un sello es una señal de propiedad. Dios sella a los que son suyos: a los que se han arrepentido, a los que se esfuerzan por obedecerle, a los que tienen el Espíritu Santo.
No debemos apagar al Espíritu Santo. No debemos aceptar la marca de la bestia —una señal que tenemos que estar dispuestos a desechar. Si estamos dispuestos a rechazar las leyes de Dios para tener éxito o sobrevivir, seremos marcados con esa terrible señal, cualquiera que sea, ya sea una marca literal visible, un microchip implantado o simplemente la evidencia espiritual del compromiso.
¿Qué necesitamos saber ahora acerca de este primer ay? Debemos tener el sello de Dios.
No debemos apagar al Espíritu Santo. No debemos aceptar la marca de la bestia —una señal que tenemos que estar dispuestos a desechar. Si estamos dispuestos a rechazar las leyes de Dios para tener éxito o sobrevivir, seremos marcados con esa terrible señal, cualquiera que sea, ya sea una marca literal visible, un microchip implantado o simplemente la evidencia espiritual del compromiso.
Así que esta primera aflicción es un terrible tormento que es muy doloroso pero que no mata a la gente. El segundo ay (que es anunciado por la sexta trompeta) es muy diferente.
El segundo ay
El segundo ay involucra un ejército de 200 millones de hombres y un tercio de la humanidad que es asesinada en una terrible guerra mundial (Apocalipsis 9:15-16). Parece que los ejércitos del poder de la bestia de Europa se enfrentarán a un numeroso ejército de Asia.
Así que, con un tercio de la humanidad muerta, uno pensaría que las personas estarían listas y dispuestas a arrepentirse. Pero Apocalipsis 9:21 dice: “y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías [o drogas] ni de su fornicación, ni de sus hurtos”. “Hechicerías” es de la palabra griega pharmakeia, que “significa ocultismo, hechicería, brujería, fármacos ilícitos, trance, encantamiento mágico con drogas” (Spiros Zodhiates, El diccionario completo de estudio de la palabra, Nuevo Testamento, 1992).
A pesar de esta terrible guerra mundial, con miles de millones de personas muertas, el resto de las personas todavía no se va a arrepentir.
¿Cuál es el mensaje para nosotros? No debemos estar de acuerdo con la mentalidad que tiene el mundo frente al sexo y a las drogas. Debemos estar siempre receptivos a la corrección de Dios.
Debemos arrepentirnos siempre de nuestros pecados y acercarnos a Dios.
El tercer ay y las buenas noticias
El tercer ay involucra las siete últimas plagas (Apocalipsis 16). ¡También incluye a aquellos que quedan de los ejércitos de la Tierra que son engañados para que luchen contra Jesucristo cuando Él regrese! Pero esta séptima trompeta termina con la victoria contundente de Cristo, quien después toma posesión del Monte de los Olivos. Apocalipsis 11:15 describe lo que sucede durante el tiempo en que el séptimo ángel toca su trompeta:
“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos”.
Después de todas las aflicciones y terrores, Jesucristo regresará para terminar con todos los males, terrores y guerras. Él salvará a la humanidad de la autodestrucción. Entonces Él y los santos resucitados ayudarán, sanarán, consolarán y enseñarán a todas las personas. ¡La gente necesitará desesperadamente la ayuda de los fieles seguidores de Cristo!
¿Qué necesitamos saber ahora acerca del tercer ay? Necesitamos prepararnos ahora para ayudar, enseñar y servir a las personas que sobreviven a estos tres ayes.
La mejor época de todas
El Día del Señor, representado en la fiesta de Trompetas, realmente comienza como el peor de todos los tiempos. Pero después del regreso de Jesucristo, ¡se transformará en el mejor de los tiempos! ¡Todas las aflicciones serán olvidadas cuando Jesucristo establezca el Reino de Dios!
Los santos —aquellos que se arrepintieron y tenían el sello del Espíritu Santo de Dios y que se prepararon en esta vida para ayudar a Cristo en el futuro— serán resucitados y cambiados. ¡Las personas alrededor del mundo finalmente estarán listas para arrepentirse y aprender el camino de la paz!
¡Que Dios apresure ese día! Oremos fervientemente: “Venga tu reino”.