De la edición Septiembre/Octubre 2023 de la revista Discernir

Dios no es autor de confusión

Vivimos en un mundo donde reina la confusión. ¿De dónde proviene? ¿Cómo podemos escapar de la confusión y cómo será superada definitivamente?

Nuestro mundo está plagado de propaganda —información preparada con astucia para engañarnos.

Considere por ejemplo la cita que se le atribuye a P.T. Barnum: “Cada minuto nace un tonto”. Se supone que, según Barnum, la gente que pagaba para ver un espectáculo en su circo no se daba cuenta de que estaba siendo estafada.

Pero no hay evidencia de que Barnum realmente haya dicho estas palabras. De hecho, al parecer fueron dichas por uno de sus rivales en el negocio con el fin de desacreditarlo.

Hoy en día, la confusión acerca del origen de este dicho es una trivia histórica divertida. Pero, lamentablemente, nuestro mundo está lleno de confusiones mucho más graves y conflictivas.

Algunos ejemplos son:

  • La guerra ruso-ucraniana: Rusia asegura que fue provocada por occidente, mientras que Ucrania y sus partidarios dicen que no fue provocada.
  • El debate acerca del aborto: las opiniones acerca de si el aborto es necesario por un tema de salud o es un asesinato, varían ampliamente. Por ambas partes abundan los argumentos vehementes. (Nota: la Biblia responde esta pregunta. Puede leer “¿Está mal el aborto?”.)
  • Identidad de género: existen diferentes perspectivas en cuanto a si el sexo de una persona se determina en su concepción o si el género es una decisión. (Nota: la Biblia también responde esta pregunta. Si lo desea puede ver: “¿Qué dice la Biblia acerca de la identidad de género?”.

La lista podría continuar ilustrando una gran variedad de opiniones opuestas y las formas en que la humanidad se opone a la guía de Dios.

Pero los lectores de Discernir buscan discernimiento espiritual, así que analicemos lo que revela la Palabra de Dios acerca de la confusión que reina en el mundo actual.

Dios no es el culpable

Lo primero que debemos entender es que Dios no es responsable de la confusión que existe en el mundo.

Pablo lo dijo muy claro: “Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos” (1 Corintios 14:33).

¿De dónde viene la confusión entonces?

Para responder esta pregunta, volvamos al principio.

Una creación perfecta

Cuando Dios creó el mundo, lo creó como un lugar lleno de orden, armonía, paz y estabilidad; “hizo el mundo para ser habitado, no para que fuera un lugar vacío y de caos” (Isaías 45:18, Nueva Traducción Viviente).

En el libro de Job leemos que, cuando Dios “[puso] los cimientos de la tierra”, los ángeles “cantaban a coro” y “gritaban de alegría” (Job 38:4, 7). ¡Nuestro planeta tuvo un comienzo maravilloso!

Una creación perfecta cae en el caos y luego es restaurada

Pero algo dañó la creación perfecta de Dios. Cuando llegó el momento de crear a los seres humanos, la Tierra se había convertido en un lugar “[desordenado y vacío], y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo” (Génesis 1:2). Entonces, Dios pasó seis días reordenando y reacomodando el planeta para la llegada del hombre —el elemento culmen de su creación (Génesis 1-2; Romanos 8:19).

¿Cuál fue la causa de toda la confusión?

La Biblia señala a un ser espiritual llamado Satanás, quien constantemente miente y distorsiona la verdad. Él es la fuente de la confusión y la usa para engañar. Originalmente, Satanás era un ángel importante al servicio de Dios, pero se rebeló y lideró a un tercio de los ángeles en una guerra fallida contra Dios.

La cola de Satanás “arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo… Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él” (Apocalipsis 12:4, 7-9; compare con Isaías 14:12-15; Ezequiel 28:13-16; Lucas 10:18).

Es muy probable que esta guerra espiritual haya convertido la Tierra en un lugar caótico y no apto para la vida humana.

Satanás confunde a Eva

Tras reordenar la Tierra y crear al hombre, Dios dijo que todo lo que hizo era “bueno en gran manera” (Génesis 1:31). Luego puso a Adán y Eva (la mujer que creó a partir de una costilla de Adán) en un jardín hermoso y fértil lleno de árboles frutales (Génesis 2).

La vida era buena.

Pero entonces Satanás el diablo entró en escena en forma de serpiente.

Satanás confundió tanto la mente de Eva que la engañó para que desobedeciera la orden de Dios de no comer el fruto de cierto árbol del jardín. Es por esto que Jesús describe a Satanás como homicida y mentiroso desde el principio (Juan 8:44).

Satanás engañó a Eva diciéndole que, si comía del fruto prohibido, no moriría como Dios había dicho. Además, acusó a Dios de evitar que Eva alcanzara su potencial y le dijo que, si comía del fruto prohibido, sería “como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Génesis 3:5).

Sin darse cuenta de que Satanás mentía, Eva examinó el fruto y decidió que se veía bien. Lo tomó y comió y luego lo compartió con su esposo Adán (v. 6; 1 Timoteo 2:14).

Las consecuencias de la desobediencia de Adán y Eva fueron enormes. A Eva, Dios le dijo: “con dolor darás a luz los hijos”. El castigo de Adán sería una maldición sobre la Tierra de manera que tendría que trabajar mucho más duro para lograr que produjera alimentos (Génesis 3:16-18).

Pero el castigo más severo para ambos fue que morirían y volverían al polvo del que habían sido formados (v. 19). Dios los expulsó del jardín y les quitó el acceso al árbol de la vida, que representaba la vida eterna (vv. 22-24).

El pecado de Adán y Eva fue un punto de inflexión en la historia de la confusión humana. Lamentablemente, los esfuerzos de Satanás por confundir a la humanidad no han disminuido desde ese fatídico día en el jardín de Edén.

Satanás sigue confundiendo a los seres humanos

En la primera mención de Satanás en la Biblia, justo antes de engañar a Eva, leemos que “era [astuto], más que todos los animales del campo que [el Eterno] Dios había hecho” (Génesis 3:1). La palabra traducida como “astuto” es arum, que significa “sutil, hábil, malicioso” (Brown-Driver-Briggs Hebrew Definitions).

Satanás nunca ha dejado de usar esta habilidad para el mal en sus esfuerzos continuos por confundir a los seres humanos y lograr que rechacen a Dios.

El libro de Job registra la cruel persecución de Satanás hacia Job, un hombre justo que temía a Dios (Job 1:1, 8-19). Y más tarde, Satanás incitó al rey David para que censara Israel (1 Crónicas 21:1).

Pero sus engaños no se limitan a la época del Antiguo Testamento. La realidad es que su influencia ha alcanzado a toda la humanidad.

Juan dice que “el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5:19), y en Apocalipsis 12:9 leemos: “la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero”.

La confusión de Satanás es eliminada por Jesucristo

Pero, aunque Satanás trata de engañar a todos, quienes son llamados por Dios reciben la capacidad de reconocer y rechazar su influencia. Pablo les dijo a los cristianos en Éfeso: “anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia” (Efesios 2:2).

El apóstol también dijo que Satanás ciega las mentes de quienes no responden al evangelio (2 Corintios 4:4), y en el capítulo anterior, comparó la ceguera espiritual con un velo en el corazón (2 Corintios 3:13-15). La clave, dijo Pablo, es que: “cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará” (v. 16).

Volvernos a Dios con sincero arrepentimiento es el primer paso para salir de la confusión que Satanás siembra en el mundo. Buscar a Dios con todo nuestro corazón y estudiar su Palabra nos da la claridad que necesitamos para filtrar las ideas confusas que nos rodean.

Un mundo sin confusión

Aunque el número de personas que actualmente son capaces de percibir y resistir la influencia de Satanás es relativamente pequeño, llegará el momento en que el mundo entero vivirá en paz sin la confusión constante que causa este espíritu maligno (Isaías 9:6-7; Lucas 12:32).

El día de Expiación —una de las fiestas anuales de Dios— ilustra cómo se creará ese mundo libre de confusión.

Después de que Jesucristo regrese para establecer el Reino de Dios en la Tierra, lo cual es representado en la fiesta santa anterior, el día de Trompetas, Satanás será restringido de sus nefarias actividades. Leamos cómo el libro de Apocalipsis describe este evento:

“Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo” (Apocalipsis 20:1-3).

Cuando Satanás sea atado, ya no será capaz de sembrar confusión en las mentes de las personas y el mundo al fin experimentará un tiempo de paz y claridad.

Si desea descubrir más acerca del pacífico Reino de Dios que será establecido en la Tierra y que iniciará con un reinado de mil años de Jesucristo, lo invitamos a leer nuestro folleto gratuito El mundo que vendrá: cómo será.

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