Las malas noticias están tan cerca como nuestros teléfonos. Si no somos cuidadosos podemos estar siendo demasiado afectados por este material. ¿Cómo podemos estar al tanto de las noticias relevantes sin estar sujetos a la atracción por ellas?
Quedarse hasta tarde pegados a una pantalla espulgando en la madriguera de las noticias que lo deprimen a usted, saboteando su propio sueño —¿le suena familiar?
Algunos pueden llamarlo “mantenerse informado”, pero el término más descriptivo es “adicción a las malas noticias”. Este hábito tan depresivo está firmemente arraigado en muchas personas, tal vez en usted. Pero los expertos dicen que esto erosiona la salud mental y debe ser evitado.
¿Cómo estas características de adicción a las malas noticias y a estar pendientes de buscarlas se convierten en una práctica común y qué podemos aprender de ellas?
¿Cómo llegamos a tener algo que nunca se termina?
Las noticias basura han estado presentes por mucho tiempo, pero el término “adicción a las malas noticias” parece haber aparecido por primera vez en un post de Twitter en el 2018. Fue popularizado durante la pandemia en el 2020. En ese momento el público estaba inundado con malas noticias acerca del esparcimiento del covid-19. Parecía como si los que ofrecían noticias estuvieran en un torneo por cubrir lo que estaba sucediendo sin parar, acerca de la tasa de infección, de los casos de mortalidad, las teorías de las vacunas y otros temas relacionados con el virus.
Estos relatos de malas noticias tomaron al mundo como una tormenta y parece que esto continúa. Sin lugar a dudas en parte porque las personas estaban confinadas a sus casas con muy pocas cosas que hacer.
Pero la pandemia fue sólo el comienzo.
Después ocurrió la muerte de George Floyd y todas las protestas y violencia racial que esto desencadenó. Luego tuvimos una elección presidencial en los Estados Unidos en el 2020 caracterizada por su contención que condujo al episodio del capitolio en Estados Unidos en el 2021. Después vimos la histórica invasión de Rusia a Ucrania en el 2022.
Por tres años consecutivos noticias devastadoras inundaron las plataformas de redes sociales. El resultado produjo dos corrientes opuestas. Muchas personas no quisieron seguir al tanto de las noticias, desanimados por el mundo caótico que ellos sentían que tenían que afrontar sin ninguna esperanza.
Pero otros fueron impulsados a mantener una búsqueda incesante de noticias. Siempre había otro artículo que leer, un video o podcast que escuchar o mirar. Todo esto prometía que nos iba a alertar o tal vez a preparar.
Nadie se pregunta ¿por qué la “adicción a las malas noticias” es un término que se ha convertido en parte de nuestro léxico?
Parece que no habrá fin a los informes de tensiones internacionales, inflación, crisis energética, la economía global tan precaria, la disminución en los alimentos, etcétera.
La adicción a las malas noticias es una realidad que va a permanecer. Esto es una realidad muy preocupante.
El discurso del fin del mundo y el efecto de la adicción a las malas noticias
Un foro en Reddit, resume la prevalencia y los peligros de la adicción a las malas noticias. Hay miles de comunidades conocidas como “subreddits” que cubren varios temas e intereses. La más importante para este artículo es la “subreddit /r/colapso” que es una abreviación del colapso de la civilización global.
Billie Perrigo en la revista Time llamó a esta parte de la red: “La capital de la adicción a las malas noticias en internet”.
El subreddit/r/colapso incluye esta advertencia: “El exceso en esta fuente puede ir en detrimento de su salud mental. La ansiedad y la depresión son reacciones comunes cuando está estudiando el colapso. Por favor sea consciente de su salud mental y los efectos que esto puede tener en usted”.
El parágrafo concluye con un vínculo a una línea de suicidio y un recordatorio de buscar respaldo si fuera necesario.
Esta advertencia encaja perfectamente con el tono del subreddit/r/colapso, es un resumen de los escenarios potencialmente espantosos que esperan a la civilización humana. Medio millón de suscriptores están siendo alimentados por historias trágicas y desastrosas acerca de dificultades ambientales y sociales. Una historia, por ejemplo, advierte a los lectores acerca de las catástrofes por el cambio climático y tiene este título desesperanzador: “No hay forma de escapar. No importa cuán rápido corra usted”.
Surge la pregunta, ¿puede alguien visitar casualmente este sitio en la red y mantenerse bien emocionalmente sin sufrir la adicción a las malas noticias? Afortunadamente el surgimiento de adictos a las malas noticias ha desencadenado una repuesta clara e informativa de varios expertos y han surgido artículos en publicaciones que citan investigaciones científicas como una forma de advertirnos de los efectos tan adversos.
Un estudio publicado en Health Communication [Comunicación saludable] establece un vínculo entre los “altos niveles de consumo de noticias problemáticas y un mayor malestar mental y físico”. El sitio en la red de WebMD tiene una página acerca de los hábitos autodestructivos y resume su efecto: “La adicción a las malas noticias puede hacer que su mente entre en una carrera que la lleve a colapsar por completo. Puede hacerlo sentir que usted no tiene ninguna certeza, está ansioso o está estresado. Y esos sentimientos le pueden robar el sueño, el apetito, la motivación o el deseo de hacer cosas que usted normalmente disfruta”. Otros estudios citan la depresión como un resultado posible.
El creciente cuerpo de literatura confirma lo que ya tal vez sea evidente: debemos evitar la adicción a las malas noticias por los peligros para la salud que esto conlleva.
Pero si mirar las noticias puede llevarnos a nosotros a la adicción a las malas noticias, ¿acaso deberíamos siquiera arriesgarnos a estar informados en primer lugar?
Manténgase informado, no sobrecogido
Muchos concluyen que la más forma efectiva de combatir la adicción a las malas noticias es simplemente desentenderse totalmente de ellas. Es una característica de la naturaleza humana; tendemos a oscilar entre extremos. Encontramos más fácil o ser adictos a las noticias, o enterrar nuestras cabezas como las avestruces en la arena y así acallar todo el ruido.
Ambas opciones son inaceptables para los cristianos. La mejor solución es encontrar un enfoque balanceado. Deberíamos estar informados acerca de las cosas más importantes, pero estar mal enfocados es una historia completamente diferente. Hay una forma de avanzar sin estar totalmente atrapados por la miríada de noticias negativas que nos rodean.
Es necesario recordar que Jesucristo trajo noticias —las buenas noticias del Reino de Dios (Marcos 1:14-15). Él enseñó a sus discípulos a estar atentos a los acontecimientos mundiales y a analizar cómo se relacionan con la profecía bíblica.
Por ejemplo, en Mateo 24 Jesús advirtió a sus discípulos que debían estar observando y velando por los acontecimientos mundiales que iban a ocurrir antes de su regreso. En este capítulo hay varios llamados a “escuchar”, “ver” y “velar”, ante ciertas señales particulares (vv. 6, 15, 42). Jesús quería que nosotros permaneciéramos vigilantes y nos mantuviéramos atentos a las noticias.
Veamos un ejemplo claro en el versículo 33: “Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas”. Jesús no dijo: “si veis estas cosas”, sino que dijo “cuando veáis estas cosas (énfasis añadido)”. En otras palabras, Él asumió que sus discípulos harían un esfuerzo por mantenerse informados.
Esto nos trae a una pregunta fundamental: ¿cómo podemos estar atentos a las noticias del mundo y al mismo tiempo evitamos estar demasiado entretenidos con eso?
En un artículo publicado en Yale Medicine [Medicina de Yale]”, la experta Kathy Katella compartió este principio valioso: “Si usted está haciendo una búsqueda de noticias, tal vez sea el momento de dar un paso atrás y preguntarse qué es lo que usted quiere saber”. En la guerra contra la adicción a las malas noticias una valoración honesta de uno mismo va a ser muy útil. Podemos preguntarnos a nosotros mismos: ¿Qué temas hacen que yo me sienta más estresado? O ¿acaso cambiará este artículo la forma en que yo voy a vivir mi vida?
También podemos hacer cosas como éstas:
- Establezca tiempos específicos durante el día para enterarse de las noticias y apéguese a estos horarios.
- Limite su tiempo general de exposición a las noticias y evite la tendencia a navegar sin ningún sentido en internet.
- Deje de seguir las notas que conducen al sensacionalismo.
- Apartar nuestra atención de las noticias y realmente involucrarnos en actividades que no tengan nada que ver con los sitios en la red para tener una vida equilibrada.
- Designar una persona que lo apoye en su proyecto, ante la cual tenga que rendir cuentas.
Con el constante flujo de información es esencial escoger nuestras fuentes y filtrar muy cuidadosamente las historias que vemos. Es bueno estar alerta ante los peligros de los fiascos y la credibilidad de las diferentes fuentes de noticias. Estos artículos en línea nos pueden ayudar:
- “¿Noticias falsas o buenas noticias?”
- “Cinco tendencias proféticas que debemos vigilar”
- “Velad y orad”
El propósito es encontrar el equilibrio correcto entre mantenerse informado y mantener el bienestar mental. Mientras estas estrategias pueden ser ciertamente útiles, hay un enfoque que es el que marca toda la diferencia.
Supere la adicción a las malas noticias
En una era en que la tecnología ha hecho más fácil enterarnos de las malas noticias, el apóstol Pablo vio la necesidad que tenían los cristianos de mantenerse enfocados en las cosas positivas. En su carta a los Filipenses escribió: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8). Este versículo no es un permiso para ignorar el estado del mundo, además en la Biblia leemos que a Dios le agrada quienes “gimen y que claman a causa de todas las abominaciones” que suceden a nuestro alrededor (Ezequiel 9:4). Pablo estaba urgiéndonos a que reorientáramos nuestras mentes.
Proverbios 25:25 también nos da una perspectiva crucial para cualquiera que esté atrapado en la adicción a las malas noticias: “Como el agua fría al alma sedienta, así son las buenas nuevas de lejanas tierras” (énfasis añadido).
En realidad, aquellos que aman las malas noticias, son mentes extrañas que están hundidas por una sobrecarga mental del mundo, a medida que el mal se acumula en ellos. Pero el remedio está a la mano —buenas noticias o el evangelio.
El hecho de que Dios vaya a retornar a la Tierra como Rey de Reyes y conducirnos a un nuevo mundo, son las “buenas noticias de lejanas tierras” —porque esto da a la humanidad esperanza y se origina en el Dios Creador. Él comunicó este mensaje a los profetas, los que primero anunciaron esa noticia: “Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:20-21). Luego ellos registraron esto por escrito.
Ahora nosotros tenemos acceso a este mismo evangelio en la Biblia y podemos sentir la renovación de esto.
El Reino de Dios va a hacer que las malas noticias sean cosa del pasado. Si nos aferramos a su llegada y nos enfocamos en su certeza, podemos llenar el vacío que nos dirige a muchos de nosotros a la adicción a las malas noticias.
Si nos mantenemos buscando las malas noticias y llenamos nuestras mentes de negativismo podemos esperar resultados negativos también. Por otra parte, si regularmente llenamos nuestra mente con el positivismo de las noticias de la Palabra de Dios, podemos esperar resultados muy positivos.
Y no hay nada más positivo y que merezca más nuestra atención que la realidad del ya pronto venidero Reino de Dios.