Jesús enseña las Bienaventuranzas

Jesús comenzó su Sermón del Monte con nueve frases muy significativas. ¿Qué significan estas famosas Bienaventuranzas? ¿Qué quiere Él que aprendamos y hagamos?

Jesús recorrió Galilea, enseñando las buenas nuevas acerca del Reino de Dios. Grandes multitudes lo seguían dondequiera que iba, y sanó a muchas personas enfermas que venían a Él (Mateo 4:23).

Un día Jesús subió a un monte y se sentó, y sus discípulos vinieron a Él. Quería enseñarles un mensaje importante. Él quería que supieran cómo debían comportarse y quién heredaría el Reino de Dios (Mateo 5:1).

Las Bienaventuranzas

Jesús dijo:

“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

“Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.

“Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.

“Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

“Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

“Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo” (Mateo 5:3-11).

Lo que significan

Estas frases o expresiones se llaman las Bienaventuranzas. Bienaventuranza proviene de una palabra que significa feliz o bendito. Estos nueve versículos comienzan con la palabra bienaventurados. Esto significa ser feliz. Jesús explicó cuáles son las recompensas cuando las personas piensan y hacen las cosas correctas.

Ser pobre en espíritu significa que debemos ser humildes y no orgullosos. No debemos presumir ni jactarnos.

Llorar significa sentir dolor o tristeza.

Ser manso significa ser amable, gentil y paciente.

Buscar la justicia significa aprender las leyes de Dios y siempre hacer lo correcto.

Ser misericordioso significa ser amable y perdonar a los demás.

Ser limpio de corazón significa no darle cabida a pensamientos erróneos. Debemos pensar y meditar en las cosas correctas.

Ser pacificador significa ser pacífico con todas las personas y ayudar a otros a tener paz.

Padecer persecución significa ser tratado mal por hacer lo correcto.

¿Cómo podemos tener una actitud correcta?

No debemos estar llenos de orgullo. Debemos honrar a los demás, y no creer que estamos por encima de nadie.

Debemos consolar a los demás cuando están tristes.

Debemos ser mansos, amables, gentiles y pacientes con los demás. Esto no significa ser débil. Debemos poner nuestra confianza en la fuerza de Dios.

Siempre debemos hacer lo correcto. Debemos conocer las leyes de Dios y guardarlas.

Siempre debemos ser misericordiosos hacia los demás, perdonándolos y amándolos.

Debemos tener un corazón puro y recto, sin albergar n pensamientos pecaminosos. Debemos estar libres de culpa tanto como nos sea posible.

Debemos ser pacíficos con todas las personas. No deberíamos estar causando problemas a los demás. Debemos ayudar a los demás a ser pacíficos siendo un buen ejemplo para ellos.

Si nos tratan mal por hacer lo correcto, no debemos dejar de hacer el bien. Debemos continuar haciendo lo que Dios quiere que hagamos.

Recuerde, en este sermón Jesús describió las actitudes que debemos tener. Mostró cómo debemos comportarnos con los demás. Cuando nos comportamos como Jesucristo, otros aprenderán de nuestro ejemplo. Lo mejor de todo es que Dios nos bendecirá. Él nos recompensará por hacer lo correcto.

Debemos seguir el ejemplo de Jesús. Debemos vivir como Él vivió y actuar como Él actuó hacia los demás, incluso hacia sus enemigos.

¿Cómo reconocemos una actitud equivocada?

A veces podemos tener una mala actitud. Los resultados de las malas actitudes no son compatibles con ninguna de las actitudes correctas que Jesús describió en el Sermón del Monte. Podemos cambiar una mala actitud siguiendo el ejemplo de Jesús, y viviendo como Él desea que nos comportemos.

Cuando usted se da cuenta que tiene una mala actitud, piense en cómo debería comportarse.

Estos son algunos ejemplos de malas actitudes:

Ser muy orgullosos, pensando sólo en usted mismo, y no reconocer ni dar honra a los demás.

Ser cruel y no perdonar.

Decir mentiras.

Enojarse y permitir que eso le haga tomar malas decisiones.

No ser paciente, amable y gentil con los demás.

Provocar peleas y no ser pacífico.

Pensar en pensamientos equivocados en lugar de pensamientos correctos.

Quebrantar las leyes de Dios en lugar de obedecerlas.

Tratar de vengarse de otros cuando lo maltratan.

Recuerde que debemos dar el ejemplo correcto a los demás, tal como Jesús nos dejó su ejemplo a seguir.

Si queremos ser llamados “bienaventurados” debemos tener las actitudes correctas que se mencionan en las Bienaventuranzas.

Preguntas para conversar en familia

  1. Cuando Jesús dio su Sermón del Monte, ¿qué quería que la gente supiera?
  2. ¿Qué recibirán las personas si tienen las actitudes correctas que Jesús enseñó?
  3. ¿Cómo desarrollamos una mala actitud? ¿Cómo describiría su actitud en el presente?
  4. ¿Qué tenemos que hacer para ser llamados “bienaventurados”?

Bono: Memorice las Bienaventuranzas en Mateo 5:3-11.

Lea más acerca de las Bienaventuranzas en el artículo “Bienaventuranzas: las claves para la verdadera felicidad”.

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