Nuestro mundo enfrenta una serie de problemas que van de mal en peor. ¿Podemos resolver estos males aparentemente infranqueables? ¡La Biblia nos revela sus causas y soluciones!
Jesucristo nos advierte acerca de un tiempo de problemas sin precedentes (la Gran Tribulación) que vendrá sobre el mundo (Mateo 24:21).
Aún no estamos en ese punto, pero tal parece que nos encontramos en el período que Jesús describió como “principio de dolores” (v. 8).
Cada año, las cosas parecen empeorar drásticamente en el mundo. ¿Nos acercamos al fin acerca del cual los discípulos le preguntaron a Jesús (v. 3)? ¿O aún podemos resolver nuestros problemas?
Geopolítica: Estados Unidos, China, Rusia y Europa
Estados Unidos:
Se encuentra en un embrollo de división política e incertidumbre. Con sus dos mayores partidos políticos en conflicto y profundas divisiones entre ciudadanos, los líderes mundiales se preguntan si están presenciando el descenso de la mayor superpotencia que el mundo haya visto.
El debilitamiento de Estados Unidos no se debe a fuerzas externas, sino a divisiones locales y su decadencia moral. Y, al parecer, carece de líderes que puedan encontrar la solución a su dilema.
En nuestro mundo moderno secular, muchos han elegido ignorar la mano de Dios en su vida y relegar al Creador al ámbito de los mitos y las fábulas. Estados Unidos está siguiendo los pasos del antiguo Israel, una nación que olvidó a Dios. Como resultado, Dios no le ha dado líderes capaces de enfrentar sus problemas.
De hecho, Dios advierte que sus problemas se volverán tan complejos e irresolubles que nadie querrá gobernar (Isaías 1:3-4; 3:1-7).
China y Rusia:
Otros países ven la decadencia de los Estados Unidos como su oportunidad. China está equipando su milicia con armas de última generación, mientras que Estados Unidos mantiene una flota envejecida y se está quedando rezagado en el desarrollo de armas.
China confía en su creciente capacidad para dominar a otras naciones y ha advertido que, si potencias extranjeras intervienen, verán “sus cabezas aplastadas de forma sangrienta contra una Gran Muralla de Hierro forjada por más de 1,4 mil millones de chinos”. China además está construyendo cerca de 120 silos de misiles nucleares capaces de alcanzar el área continental de los Estados Unidos. Su intención es desarrollar un sistema de armas que supere al de los Estados Unidos y los disuada de actuar contra China, especialmente cuando decida tomar el control de Taiwán.
De la misma manera, Rusia ha avanzado en Europa Oriental y el Medio Oriente sin oposición de Europa o los Estados Unidos, a pesar de la retórica de sus políticos.
Tanto Rusia como China han progresado a pasos agigantados en el desarrollo de armas hipersónicas, dejando atrás a los Estados Unidos. La velocidad, maniobrabilidad y capacidad de las armas hipersónicas para volar a bajas alturas con cabezas nucleares o convencionales las hace muy difíciles de detectar y eliminar, lo cual deja vulnerable a los Estados Unidos.
Europa:
Muchos de los países europeos están teniendo dificultades para reactivar sus economías debido a la pandemia. Además, sus divisiones internas en cuanto a muchos temas nuevamente están quedando expuestas. Pero Europa sigue adelante, confiando en el dicho de su padre fundador Jean Monnet: “Europa será forjada en las crisis”.
Jesús dijo que “Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá” (Mateo 12:25). Con nuestras organizaciones internacionales y países llenos de divisiones locales, la única certeza es que la división crecerá y conducirá a un mundo más peligrosamente inestable. Las divisiones producen un aumento en la desconfianza hacia los gobiernos y a la violencia.
Según el Índice de paz global, las manifestaciones y protestas generales han aumentado 224 por ciento entre el 2011 y el 2019. Este aumento de la inquietud civil y política en muchos países eventualmente dará paso a más guerras civiles y entre naciones.
Jesucristo advirtió que “se levantará nación contra nación, y reino contra reino” (Mateo 24:7). En el tiempo del fin las guerras aumentarán al punto de que, si Cristo no interviniera, nadie quedaría con vida (vv. 6, 22).
Inseguridad alimentaria y clima extremo
Para empeorar los problemas del mundo, las deudas de los países han alcanzado niveles alarmantes. Tanto así que el Banco Deutsche hizo esta nefasta advertencia: “Nos preocupa que la inflación reaparezca. Pocos recuerdan aún cómo nuestras sociedades y economías fueron amenazadas por la alta inflación hace 50 años. Las leyes más básicas de la economía, las que han superado la prueba del tiempo por más de un milenio, no se han suspendido. Un crecimiento explosivo de la deuda, financiado principalmente por los bancos centrales, seguramente resultará en una mayor inflación... El aumento de los precios afectará a todos”.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, la inseguridad alimentaria severa y moderada aumentó a nivel mundial de un 26.6 por ciento en el 2019 a 30,4 por ciento en el 2020.
El precio de los alimentos está subiendo en todo el mundo. Las razones son complejas, pero incluyen el aumento de las deudas, el aumento de precios de los combustibles y otras materias primas, la escasez de mano de obra y la escasez de contenedores de transporte.
También el clima está causando escasez de alimentos y aumento de precios. En Canadá, olas de calor extremo han provocado un daño masivo en las cosechas, porque la fruta se quema antes de ser cosechada.
Condiciones de calor y sequía extremas también están golpeando a los Estados Unidos. Gran parte del occidente americano sufre de sequía, y los agricultores se están viendo obligados a vender su ganado y dejar sus tierras sin uso por la falta de agua.
Las olas de calor también están afectando la vida acuática. Se estima que más de mil millones de criaturas marinas han muerto, lo cual desestabiliza los ecosistemas acuáticos. Debido a una de las peores floraciones de algas en el estado de Florida, 800 toneladas de peces y otras criaturas marinas muertas se están apilando en sus costas.
Otro problema que afecta la seguridad alimentaria es la cibercriminalidad, porque puede atacar infraestructura crítica. Brett Callow, un experto en ciberseguridad, describe los ciber secuestros de datos como uno de los “problemas de seguridad global más apremiantes”, dado que pueden afectar todo: “desde la seguridad nacional hasta la seguridad alimentaria”.
Poco después del ciberataque a Colonial Pipeline que cortó la distribución de combustible en la costa este de los Estados Unidos, un ataque a JBS, la procesadora de carne más grande del mundo, paró por completo 13 de sus plantas. El impacto fue tal que afectó a toda la faena de vacunos y corderos en Australia. El mayor ciberataque hasta la fecha fue el ocurrido el 4 de julio. Entre los cientos de negocios golpeados hubo una cadena de supermercados sueca que vio afectadas 500 de sus tiendas.
La crisis energética de Texas en febrero y el ciberataque a JBS demostraron cuán vulnerable es el mundo moderno.
El pecado, desobedecer las leyes de Dios, es la causa de tantos problemas en la actualidad.
La pesca indiscriminada, la contaminación, la escasez de agua, las sequías extremas, los incendios forestales, las inundaciones, la extinción de especies, la erosión de la tierra, las malas prácticas agrícolas, la deforestación, las fallas tecnológicas, el terrorismo, la crisis de la globalización, las plagas y muchas cosas más nos están alcanzando para crear la tormenta perfecta de inseguridad alimentaria a nivel global.
Jesucristo advirtió que al acercarse el fin habría un aumento del hambre y los terremotos (Mateo 24:7).
La pandemia del COVID
Una lección que podemos aprender de la pandemia del COVID es lo fácil que un pequeño virus puede alterar nuestra forma de vivir y poner al mundo de rodillas. La pandemia detuvo la economía mundial y ahora los países tienen dificultades para volver a la normalidad. Todavía hay lugares donde siguen las cuarentenas en un intento por contener el virus.
Es posible que el coronavirus sea parte de la advertencia de Jesucristo acerca del principio de dolores, que incluiría guerras y rumores de guerras, hambres y pestes en el tiempo del fin (Mateo 24:6-8).
Engaño
La primera señal de advertencia que Cristo les dio a sus discípulos fue el engaño: “Mirad que nadie os engañe” (v. 4). ¿Cómo podrían engañarlos? Muchos predicarían el nombre de Jesús, pero, al mismo tiempo, “a muchos engañarán” (v. 5). Cristo se refería al cristianismo falso y sus doctrinas engañosas.
Detrás de todo esto está Satanás, quien trabaja para engañar “al mundo entero” (Apocalipsis 12:9). El apóstol Pablo dice que Satanás se presenta con apariencia de justicia y tiene ministros que parecen ser “ministros de justicia” (2 Corintios 11:14-15).
Cristo también dijo que la maldad se multiplicaría en el tiempo del fin (Mateo 24:12). La palabra griega traducida como “maldad” en este pasaje es anomia, que significa “sin ley”.
¿A qué ley se refería? El apóstol Juan explica: “sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos”, pero quienes dicen conocer a Jesús “y no [guardan] sus mandamientos” son mentirosos y no tienen la verdad (1 Juan 2:3-4).
El verdadero cristianismo implica guardar los mandamientos de Dios.
El fin de la maldad
El pecado, desobedecer las leyes de Dios, es la causa de tantos problemas en la actualidad. Muchos ministros enseñan que la ley de Dios fue abolida y, por lo tanto, no predican sus mandamientos ni reprueban el pecado.
Pero cuando Cristo regrese, establecerá su Reino en la Tierra y les enseñará a todos la ley de Dios desde Jerusalén (Isaías 2:2-3). El resultado será el fin de la guerra (v. 4).
El conocimiento del verdadero Dios llenará toda la Tierra (Habacuc 2:14; Jeremías 31:34).
Éstas son las buenas noticias que Jesús predicó: el mensaje del Reino de Dios (Marcos 1:15; vea nuestro artículo en línea “¿Qué es el Reino de Dios?”). Es el mensaje de que Cristo volverá para salvarnos del desastre que hemos causado.
¡Qué ese día llegue pronto!