Con todos los problemas que enfrenta la humanidad, ¿estamos condenados a la extinción o la humanidad va a sobrevivir en el futuro? Si sobrevivimos, ¿cómo será ese futuro?
De vez en cuando, las preguntas acerca del destino de la humanidad se cruzan por la mente de la mayoría de las personas. Es probable que esto ocurra con mayor frecuencia ahora que vemos el terrible conflicto que se originó entre una potencia nuclear y sus países vecinos. La invasión de Rusia a Ucrania ha hecho surgir el horrible espectro de la Tercera Guerra Mundial y del uso de armas nucleares que tendría nefastas consecuencias para la supervivencia de la humanidad.
Si estalla una guerra nuclear, existen suficientes armas de este tipo para borrar cualquier tipo de vida de la faz de la Tierra varias veces.
Otros problemas que pueden acabar con la vida humana en la Tierra
Sumado a la posibilidad de una guerra nuclear, están los problemas que enfrenta la humanidad con las armas biológicas y químicas, el cambio climático, hambrunas, crisis monetaria, sobrepoblación, impactos de asteroides y epidemias. Hay que tener en cuenta lo devastadora que ha sido la reciente lucha de la humanidad contra la pandemia COVID-19.
¿Es sorpresivo que en el año 2020 un grupo de científicos nucleares haya fijado su Reloj del Juicio Final 100 segundos antes de la media noche? La media noche significa el fin de la vida humana en la Tierra.
¿Qué hay con el surgimiento de la inteligencia artificial (IA)? ¿Tomarán el control las maquinas como sucede en las películas de Terminator y nos perseguirán hasta la extinción?
Esos escenarios no son una buena señal para la supervivencia del ser humano.
Otras personas creen que la humanidad sobrevivirá
Por supuesto, no todas las predicciones acerca del futuro de la humanidad son pesimismo y fatalidad. Hay personas que creen que el futuro será prometedor. Después de todo, piensan que los seres humanos van a evolucionar en una especie mucho más pacífica. Especulan que la ciencia y la tecnología van a resolver todos nuestros problemas actuales.
Por ejemplo, el transhumanismo es un movimiento que busca tecnologías de mejoramiento humano que “aumenten o incrementen la recepción sensorial, la capacidad emotiva o la capacidad cognitiva del ser humano, así como mejorar radicalmente su salud y prolonguen su esperanza de vida”. Estas modificaciones resultantes de la adición de tecnologías biológicas o físicas serían más o menos permanentes y se integrarían en el cuerpo humano” (Britannica.com, “transhumanismo”).
Básicamente, estas creencias predicen que la humanidad finalmente va a crear una utopía. Habrá felicidad, paz y prosperidad para todos y la humanidad seguirá sobreviviendo y prosperando.
¿Qué creen aquellas personas que son espirituales acerca del futuro de la humanidad?
Muchas personas que son religiosas o espirituales ven la supervivencia de la humanidad de diferentes maneras. Ellos creen que las personas que llevan una vida “buena” van a ir al cielo, al paraíso o nirvana, o que se van a convertir en uno con el universo una vez mueran. Muchas personas creen que todos aquellos que llevaron una “mala” vida van a terminar en un lugar donde serán torturados eternamente después de su muerte.
En muchos sistemas de creencias, lo que termina en ese tipo de lugares no es nuestro cuerpo sino nuestra “alma”. Entonces la creencia es que nuestro cuerpo muere y nuestra “alma” continua hacia otra existencia por toda la eternidad. Es una existencia que puede ser maravillosa, tortuosa o sin incidentes, dependiendo del lugar donde termine el “alma”.
Según estos conceptos, no sobrevivimos como seres humanos, sino como un tipo de entidad espiritual.
¿Podemos conocer el futuro de la humanidad?
En resumen, ya sea desde un punto de vista secular o espiritual, la humanidad se enfrenta a un futuro prometedor, a un futuro sombrío o a la extinción.
¿Podemos saber con seguridad que le espera a la humanidad? ¿Se va a extinguir la especie humana o va a sobrevivir y prosperar?
Las respuestas para estas preguntas las podemos encontrar en el libro inspirado por el Creador del universo y de todos los seres vivos que existen dentro de él —la Biblia. La Biblia afirma ser la Palabra inspirada de Dios (2 Timoteo 3:16). La Biblia nos proporciona una visión del futuro de la humanidad. Es un futuro que comienza con circunstancias terribles, pero tiene un final increíble y asombroso.
Vamos a establecer un par de conceptos acerca del Dios Creador antes de examinar lo que le depara el futuro a la humanidad. Primero, Dios sabe cómo se va a ir desarrollando el futuro. Isaías 46:10 dice que Dios afirma: “que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero”.
Otro concepto que debemos entender es que Dios no puede mentir (Hebreos 6:18; Tito 1:2).
Entonces Dios sí sabe, conoce el futuro que le espera a la humanidad, y el plan que tiene para la humanidad se va a cumplir de acuerdo a su voluntad.
Dios quiere que su familia crezca
El plan que Dios tiene para la humanidad se determinó antes de “la fundación del mundo” (Efesios 1:4). El deseo de Dios el Padre y de Jesucristo es que su familia espiritual crezca —la familia Dios. Dios decidió que la mejor manera de desarrollar un ser espiritual con las cualidades que Dios posee era creando un ser físico a su imagen y semejanza (Génesis 1:26-27), pero con una vida perecedera.
Si continuamos la lectura de Génesis 1, vamos a encontrar que la humanidad era diferente del reino animal. A los seres humanos se les concedió el dominio sobre los animales (v. 28). Tenemos la habilidad de ser emocionales, de razonar, crear, comunicar y pensar. También tenemos libre albedrío —la capacidad de elegir o decidir el resultado de nuestro futuro (Deuteronomio 30:19). Permitir que los seres humanos tuvieran libre albedrío fue la mejor solución para que Dios pudiera desarrollar su carácter en las personas, ya que el carácter justo no se puede crear por decreto.
Dios le concedió a la humanidad la capacidad de vivir una vida que nos permite desarrollar un carácter justo y llevarnos a la familia de Dios. Para convertirnos en miembros de la familia de Dios, lo seres humanos necesitamos ser transformados en seres espirituales poseedores de la vida eterna.
Desafortunadamente, comenzando con Adán y Eva (Genesis 3:1-6), la humanidad decidió desobedecer a Dios. Éste es el camino que lleva a la destrucción y muerte, y del cual necesitamos ser salvos. Sin la intervención y salvación de Dios, la humanidad se extinguiría (Mateo 24:22).
El plan de salvación de Dios
Desde el principio, bajo la influencia de Satanás, los seres humanos han escogido hacer las cosas a su manera y no seguir el camino de Dios. Se alejaron de Dios porque su camino les parece correcto (Proverbios 14:12; 16:25). Básicamente la humanidad dice: “Lo haré a mi manera”. ¿Qué ha hecho esta actitud por la humanidad? La historia muestra un terrible registro de dolor humano, pena, guerra, tragedia, sufrimiento y muerte.
Dios sabía que esto iba a ocurrir, así que diseñó un plan para salvar a la humanidad de si misma y de Satanás.
Estos son algunos artículos que le pueden ayudar a explorar este plan en la Biblia (por ejemplo, lo invitamos a leer nuestros folletos, Cómo entender la profecía y El propósito de Dios para usted: ¿cuál es la razón de su existencia?
Nuevo crecimiento, metafóricamente preparando el escenario para las cosechas espirituales del plan de salvación de Dios.
Una de las maneras más significativas de hacerlo es repasar el plan de Dios cada año. Verán, el plan de salvación que Dios diseñó está representado en las siete fiestas que dio en Levítico 23. Cada fiesta representa un paso en el proceso de salvación. Los primeros tres pasos, representados por las primeras tres fiestas, ya comenzaron y nos preparan para las últimas cuatro, las cuales muestran el futuro de la humanidad.
La Pascua: Jesucristo, el Salvador de la humanidad
El primer paso en el proceso de salvación es reconocer que hemos pecado (quebrantado la ley de Dios, 1 Juan 3:4) y necesitamos que Dios nos perdone nuestros pecados. Si nuestros pecados no son perdonados, entonces moriremos (Romanos 6:23).
“Y sin derramamiento de sangre no se hace remisión [del pecado]” (Hebreos 9:22), así que también debemos reconocer que Cristo dio su vida para pagar la pena de muerte por la humanidad. La vida de Cristo fue perfecta, y su sacrificio permitió que los pecados de los seres humanos fueran perdonados (Hebreos 9:26; 10:12). Sin su sacrificio, ¡la humanidad no tendría futuro!
Los cristianos que celebran la Pascua cada año, recuerdan que necesitan el sacrificio completo de Cristo para ser reconciliados con Dios. Renuevan el pacto con Dios de vivir conforme a su camino de vida para que puedan ser parte de la familia de Dios.
Fiesta de los Panes Sin Levadura: vivir de acuerdo con Dios desarrolla un carácter justo
Una vez que reconocemos que hemos pecado contra Dios y aceptamos a Cristo como nuestro Salvador, entonces debemos arrepentirnos de nuestros pecados (darle un giro a nuestra vida) y vivir una vida que demuestre ese arrepentimiento (Mateo 3:8). Una vida en estas condiciones, es una vida diferente —una vida según Dios, que se esfuerza por evitar el pecado y obedecerle a Dios.
En la Biblia, la levadura representa el pecado, y el pan sin levadura representa una vida sin pecado (1 Corintios 5:6-8). Este segundo paso dentro del proceso de salvación es la manera en que desarrollamos el carácter justo de Dios, necesario para convertirnos en miembros de su familia.
Pentecostés: se nos provee una ayuda y la cosecha de las primicias de la familia de Dios
La humanidad ha tenido a Satanás como gobernante en la Tierra a lo largo de toda su historia. Ha cegado a los seres humanos para que no comprendan el camino de vida de Dios (2 Corintios 4:4). Satanás es un oponente formidable con el que todos los seres humanos se tienen que enfrentar.
Sumado a esto, nuestra naturaleza humana, que bajo la influencia de Satanás se opone activamente a Dios (Romanos 8:6-7), y ahí entendemos por qué es tan difícil para los seres humanos desarrollar el carácter de Dios.
El sermón de Pedro en Pentecostés nos da una perspectiva general de la respuesta.
Dios ofrece su ayuda para desarrollar su carácter justo a todos aquellos que han aceptado a Jesucristo como su Salvador, se han arrepentido de sus pecados del pasado y se han bautizado (Hechos 2:38). Esa ayuda que Dios ofrece es su Espíritu Santo, que, como Pedro explicó, se le da a la persona después de bautizarse, por la imposición de manos.
El Espíritu Santo consuela, guía y dirige a la persona en el camino de la justicia. Recibir el Espíritu Santo es el tercer paso dentro del plan de salvación de Dios.
Pentecostés también representa la cosecha de las primicias de la familia de Dios. éstas son las relativamente pocas personas que recibieron el llamado de Dios en esta era y han comprometido sus vidas a servir y obedecer a Dios. Este grupo va a desempeñar un papel muy importante en el futuro de la humanidad.
Estos tres primeros pasos en el proceso de la salvación determinan el camino que una persona debe seguir para ser salva. Los siguientes cuatro pasos son la guía para la salvación de la humanidad.
¿Hacia dónde se dirige la humanidad sin Dios?
Mateo 24 es un capítulo profético que describe un panorama muy sombrío acerca del destino de la humanidad sin Dios. Los discípulos le preguntaron a Jesús cuales serían las señales previas a su regreso y del final de esta era (v. 3).
Jesús comenzó informándoles a sus discípulos que habría engaño religioso (Mateo 24:4-5; Apocalipsis 6:2), guerras (Mateo 24:6-7; Apocalipsis 6:3-4), hambrunas (Mateo 24:7). Estas dificultades siempre han asolado a la humanidad, pero en los tiempos del fin aumentarán.
Jesús advirtió que esto sólo seria principio de dolores (v. 8).
En el versículo 21 encontramos que todos los acontecimientos descritos anteriormente van a preceder un tiempo de tribulación que la humanidad no ha experimentado nunca antes y tampoco lo volverá a hacer. Este breve período de tiempo, se le conoce como la Gran Tribulación y si Dios no interviniera, ninguna forma de vida sobreviviría (v. 22).
Pero el final de Mateo 24:22 nos dice que Dios sí va a intervenir y acortará el tiempo de la Gran Tribulación por causa de los escogidos. Esto nos lleva al cuarto paso en el plan de salvación de Dios y al comienzo de la salvación de toda la humanidad.
Fiesta de Trompetas: Cristo regresa para instaurar el Reino de Dios y salvar a la humanidad
Dios va a enviar a Cristo de regreso a la Tierra para salvar de la extinción a la humanidad. Cristo regresará como Rey de reyes y Señor de señores para desplazar a Satanás como gobernante de la Tierra. Este periodo de tiempo se le conoce como el Día del Señor. Inicia con un tiempo de terrible sufrimiento humano y muerte por causa del enfrentamiento de la humanidad contra Cristo, quien vendrá a establecer el Reino de Dios en la Tierra (Amos 5:18-20; Joel 2:1-3, 11). Los capítulos 14-18 de Apocalipsis describen los acontecimientos que van a ocurrir durante el Dia del Señor.
La segunda venida de Cristo, el cuarto paso en la salvación de la humanidad, dará comienzo a una nueva era en la historia de los seres humanos.
Día de Expiación: el instigador del sufrimiento humano será removido
Pero existe otro obstáculo que debe ser removido para que pueda llevarse a cabo la transición del ser humano al Reino de Dios en la Tierra. La raíz de los problemas humanos desde el inicio será quitada de en medio. Satanás será encadenado durante mil años, y no podrá ejercer su influencia ni engañar a la humanidad (Apocalipsis 20:1-3).
Sacar a Satanás de la escena significa que aquellos que vivan durante ese reinado de Cristo de mil años sólo se tendrán que enfrentar con su naturaleza humana en su lucha por desarrollar el carácter justo y entrar en la familia de Dios. El manto de oscuridad que envuelve a la humanidad será retirado, y la luz del camino de Dios brillará sobre la humanidad, dándole la esperanza que ha estado buscando a lo largo de la historia. Éste es el quinto paso en la salvación de la humanidad.
La fiesta de Tabernáculos: finalmente una utopía
Los seres humanos que sobrevivan a la Gran Tribulación y acontecimientos del Día del Señor van a comenzar un nuevo capítulo en la historia de la humanidad. El Reino de Dios será instituido y los viejos caminos del hombre serán eliminados. El nuevo gobierno será liderado por Jesucristo y administrado por los elegidos de Dios. Este gobierno se va a expandir a lo largo de toda la Tierra y traerá paz (Isaías 9:6-7). Será un gobierno de rectitud y justicia (Salmos 9:7-8).
Este período de mil años será un tiempo sin precedentes de paz, felicidad y prosperidad. Los desiertos serán fértiles (Isaías 35:1-2), aumentando así la capacidad agrícola de la Tierra. La guerra será algo obsoleto; entonces los instrumentos de guerra serán convertidos en herramientas agrícolas (Isaías 2:4). El clima y la fertilidad del suelo durante este tiempo producirá abundantes cosechas (Amos 9:13).
El crimen se reducirá drásticamente, lo que va a permitir que los niños jueguen en las calles mientras que sus abuelos los ven (Zacarías 8:4-5).
Finalmente vendrá la utopía a la humanidad bajo el gobierno de Dios durante mil años. Durante este tiempo, que constituye el sexto paso en el plan de salvación de Dios, los seres humanos estarán ocupados desarrollando un carácter justo y trabajando para preparar la Tierra para la resurrección de los miles de millones de personas en el próximo paso del plan.
El Último Gran Día: la salvación para todo aquel que la desee
Finalmente, Dios le va a ofrecer la salvación a los miles de millones de personas que nunca tuvieron la oportunidad de obtener la salvación (Apocalipsis 20:11-13). Los otros muertos, como se refiere el versículo 5, serán resucitados a una segunda vida física (Ezequiel 37) y se les dará tiempo para que puedan desarrollar el carácter justo de Dios para que puedan formar parte de su familia también.
Tristemente, habrá otra categoría de personas que se va a negar a aprovechar su oportunidad de salvación. Esas personas que a lo largo de la historia tuvieron la oportunidad de conocer el plan Dios y con pleno conocimiento de causa se rehusaron a vivir el camino de vida de Dios no estarán en la familia de Dios (Apocalipsis 20:14-15; 21:8). No van a obtener la vida eterna y serán arrojados al fuego que quema la Tierra al final de este período de juicio (2 Pedro 3:10). Van a sufrir la segunda muerte, nunca más vivirán.
No obstante, todos aquellos que hayan desarrollado un carácter justo serán miembros de la familia de Dios. Serán transformados de seres mortales de carne y hueso a seres espirituales eternos. Dios el Padre hará descender la Nueva Jerusalén a la Tierra y morará en ella junto con su familia espiritual (Apocalipsis 21:1-3).
En este punto, la humanidad física habrá sido transformada. Todos los que estén vivos serán seres espirituales eternos. Todo el sufrimiento humano desaparecerá. No habrá más llanto, ni muerte, tristeza o dolor (v. 4).
¡Qué futuro tan maravilloso el que Dios tiene preparado para usted, para mí y toda la humanidad!
¿Qué va a hacer usted? ¿Escogerá la vida eterna o la muerte eterna? El Dios Creador desea que usted elija la vida (Deuteronomio 30:19).