El rey Saúl desobedeció a Dios e hizo lo malo, por lo que Dios lo rechazó como rey. Entonces Dios envió a Samuel a ungir a un joven pastor llamado David para que se convirtiera en el segundo rey de Israel.
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El rey Saúl no fue un buen rey, y había quebrantado las leyes de Dios. Dios estaba muy inconforme con él. Dios entonces le dijo a Samuel que había escogido a alguien para reemplazar al rey Saúl.
Dios dijo: “Me arrepiento en gran manera de haber puesto a Saúl como rey. Él se ha apartado de mis caminos, y no ha guardado mis mandamientos”.
Samuel se entristeció al escuchar esto, lloró y clamó a Dios toda la noche. Esperaba que Dios cambiara de opinión (1 Samuel 15:11).
Pero Dios sabía lo que era mejor para su pueblo. Así que a la mañana siguiente, Samuel se levantó temprano y fue a ver a Saúl. Samuel le dijo que Dios le iba a quitar el reino de Israel debido a sus pecados.
Entonces Samuel regresó a su casa en Ramá, y Saúl regresó a su casa en Gabaa. Samuel nunca más volvió a ver a Saúl. Pero Samuel aún continuaba llorando por Saúl.
Viaje a Belén
Dios le dijo a Samuel: “¿Hasta cuándo llorarás por Saúl? Yo lo he rechazado. Anda a ver a Isaí en Belén, porque he encontrado un rey entre sus hijos”. (Puede encontrar esta historia en 1 Samuel 16).
Samuel no quería hacerlo, porque le preocupaba que Saúl tratara de matarlo si se enteraba de que iba a ungir a otra persona para que fuera rey. Dios le dijo que tomara una vaca y le dijera a la gente que estaba en Belén para hacer un sacrificio.
Así que Samuel hizo lo que Dios le había dicho. Invitó a Isaí y a sus hijos para que fueran con él a ofrecer un sacrificio.
No es el escogido
Samuel comenzó a observar a los hijos de Isaí. Comenzó con el hijo mayor, Eliab. Pero Dios le habló en privado a Samuel, y le dijo que este no era el que Él había escogido.
Dios le dijo a Samuel: “No mires a su apariencia o cuán alto es, porque rechazo estas cosas. Porque el Eterno no mira lo que mira el hombre. El hombre mira la apariencia externa, pero el Eterno mira el corazón”.
Uno por uno, Isaí llamó a sus hijos delante de Samuel. Después de llevar a siete de sus hijos ante el profeta, Samuel le dijo que Dios no había escogido a ninguno de estos jóvenes.
Samuel le preguntó a Isaí si todos sus hijos estaban allí. Y él respondió: “David, el más joven, está cuidando las ovejas”. Entonces Samuel le dijo a Isaí: “Envía por él. No nos sentaremos hasta que él venga”.
David es el escogido
Entonces Isaí mandó llamar a David. Y Dios le dijo a Samuel: “Levántate y úngelo. ¡Este es el escogido!”. Dios había escogido a David entre todos los hijos de Isaí.
Samuel tomó el aceite y ungió a David. Desde ese día en adelante, el Espíritu del Eterno estuvo sobre David.
Dios da su Espíritu a aquellos que le obedecen. Saúl se negó a obedecer a Dios, por lo que Dios quitó su Espíritu de Saúl. Entonces, Saúl comenzó a ser atormentado por otro espíritu que no era de Dios. Los criados de Saúl vieron que el rey estaba siendo turbado por este espíritu, y dijeron: “Busquemos a alguien que sepa tocar el arpa. Y cuando él toque música para ti, te calmará y te sentirás mejor”.
David sirve a Saúl
Saúl les dijo a sus siervos que fueran a buscar a un hombre que tocara el arpa. Uno de los sirvientes le dijo que Isaí de Belén tenía un hijo que sabía tocar el arpa. “Y el Eterno está con él”.
Entonces Saúl envió mensajeros a Isaí, diciendo: “Envíame a tu hijo David, que está con las ovejas”. Luego, Isaí cargó un burro con regalos de comida y se lo envió a Saúl con David.
David vino a Saúl y le sirvió. Saúl lo amaba mucho, y lo puso como el encargado de la armadura del rey.
Cada vez que el espíritu perturbador molestaba a Saúl, David tocaba su arpa. Entonces Saúl se sentía mejor.
Finalmente se convierte en rey
David era joven cuando Dios lo escogió para que fuera el próximo rey. Pero Dios permitió que Saúl permaneciera como rey durante muchos años, incluso después de haber escogido a David para reemplazarlo. Después de la muerte de Saúl, David se convirtió en rey de Judá (2 Samuel 2:4).
La familia de Saúl y las tribus del norte de Israel se negaron a aceptar a David como rey a pesar de que Dios lo había escogido. Ellos lucharon contra David, pero Dios estaba con David. Finalmente, sus ejércitos fueron derrotados, y David se convirtió en rey sobre todo Israel.
David comenzó a reinar cuando tenía 30 años, a pesar que él había sido ungido rey cuando era mucho más joven. Reinó como rey durante 40 años.
Preguntas
A continuación, tenemos algunas preguntas para reflexionar o hablar en familia:
- ¿Quién fue el profeta que vino a ungir a David? ¿Por qué no quería ungir a un nuevo rey?
- ¿Por qué escogió Dios a David?
- ¿Qué estaba haciendo David cuando su padre lo llamó?
- ¿Qué instrumento usó David para tocarle música a Saúl?
- ¿Esperó David mucho tiempo para convertirse en rey? ¿Qué hizo mientras esperaba? ¿Qué piensas que podría haber aprendido?
Si desea tener más detalles de este relato puede encontrarlos en 1 Samuel 16. En nuestro artículo: “David y Goliat”, puede encontrar más acerca de David.