Jesús y la Pascua del Nuevo Testamento

Cada año, los miembros bautizados de la Iglesia de Dios se reúnen para observar la Pascua de una manera especial. Aquí explicamos por qué y el relato bíblico detrás de esta ceremonia.

Jesús y su familia siempre habían guardado la Pascua, así como todos los festivales anuales de Dios. Pero esta última Pascua que Jesús observó sería muy diferente.

Primeramente, durante la ceremonia de la Pascua, Él sorprendió a sus discípulos al hacer un humilde acto de servicio. Luego introdujo nuevos símbolos para recordarles el significado de su sacrificio venidero.

Tres aspectos nuevos

Aquí hay tres cosas nuevas que Jesucristo realizó:

Lavó los pies de sus discípulos. Jesús y los discípulos estaban reunidos juntos en una habitación preparada para esta ocasión el 14 de Abib durante el crepúsculo. Él sabía que sería sacrificado, y les dijo: “¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios” (Lucas 22:15.

Después de que terminaran de comer, Jesús se levantó y tomó una toalla. Vertió agua en un recipiente y comenzó a lavar y secar los pies de los discípulos. Pedro lo detuvo y le dijo: “No me lavarás los pies jamás” (énfasis añadido).

Pedro estaba molesto porque lavar los pies era el trabajo que desempeñaban los siervos más humildes, no para Jesús, el gran Maestro. Pero Jesús respondió: “Si no te lavare, no tendrás parte conmigo”.

Pedro amaba a Jesús y no quería disgustarlo, así que dijo: “Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza”.

Jesús también amaba a Pedro, y pacientemente le explicó el significado de lo que iba a hacer: “El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio”.

Jesús continuó lavando los pies de cada uno de sus discípulos, incluso los pies de Judas, el hombre que lo traicionaría. Luego, les explicó el significado de estos nuevos símbolos: “Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis”.

Jesús acababa de introducir el primer cambio del servicio de la Pascua. Él les dejó un ejemplo para que ellos lo siguieran, y les mostró que debían servirse los unos a los otros. (Puede leer este relato en Juan 13:1-20.)

Introdujo los nuevos símbolos del pan y el vino. Luego Jesús tomó un poco de pan. Bendijo el pan y lo rompió en pequeños pedazos. “Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí”.

Después de que cada discípulo terminara de comer su pedazo de pan, Jesús tomó una copa de vino. Oró por el vino, y se lo ofreció a cada uno de ellos. “Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados” (Mateo 26: 27-28).

Así como la sangre del cordero de Pascua salvó a los hijos de Israel del destructor (Éxodo 12:23), ahora la sangre del Cordero de Dios salvaría a las personas de la segunda muerte que es el resultado de transgredir los mandamientos de Dios sin ser perdonados. (El relato completo se encuentra en Lucas 22:14-23.)

Algunas de las últimas palabras de Jesús

Jesús quería pasar estos últimos momentos de la Pascua hablando con ellos acerca de Dios el Padre, y los maravillosos planes que tiene para aquellos que realmente creen en Él y le obedecen. Jesús les reiteró que los consideraba sus amigos y que los amaba. Y también les advirtió que el seguirlo no sería fácil, pero que Él siempre estaría con ellos.

Después de cantar un himno, caminaron al Monte de los Olivos. Sólo Jesús sabía lo que le esperaba esa noche, y el padecimiento que pronto sufriría.

Los terribles eventos que siguieron

Muchas personas, especialmente los líderes religiosos deseaban la muerte de Jesús. Ellos no creían que Él fuera el Hijo de Dios. Uno de sus propios discípulos lo traicionó, y se los entregó a ellos.

Después de ser arrestado, los soldados lo golpearon hasta que quedo desfigurado. Se burlaron de Él frente al pueblo, y los líderes religiosos lo acusaron aun cuando era inocente. Finalmente, los gobernantes judíos presionaron y convencieron al gobernador romano para que lo crucificara, sufriendo una muerte extremadamente dolorosa reservada normalmente para los criminales.

Jesús ofrece perdón a sus asesinos

Aun después de haber padecido tan grande sufrimiento y oprobio, es sorprendente leer algunas de las últimas palabras de Jesús: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). Él los amó y dio su vida por ellos, y por todos nosotros.

El milagro de la resurrección

Tres días y tres noches después de que Cristo fuera muerto y sepultado, Dios lo trajo de vuelta a la vida, lo resucitó. (Él fue “resucitado”. Usted puede leer acerca de esto en Mateo 28.) Sus discípulos lo vieron varias veces antes de ascender al cielo para estar con Dios el Padre. Jesús les dio una misión por cumplir, pero también les hizo una promesa:

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado”. Pero también les dio una gran promesa: “y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.

La Iglesia de Dios en el presente

Hoy en día, la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial, observa la Pascua (y todos los demás festivales de Dios) tal como Jesús y los discípulos lo hicieron hace mucho tiempo. Los miembros bautizados se reúnen al comienzo de la Pascua por la noche, y se lavan los pies los unos a los otros. Comen un pequeño trozo de pan sin levadura y recuerdan el cuerpo golpeado de Cristo. Luego beben una pequeña copa de vino que simboliza la sangre derramada de Cristo.

Ésta es la manera en que cada año Dios le recuerda a su pueblo que necesitamos arrepentirnos cuando no le obedecemos. El sacrificio de Cristo hace posible que Dios nos perdone. Y es su sacrificio lo que nos da una oportunidad continua de aprender a amar y obedecer a Dios.

Preguntas

Aquí hay algunas preguntas que pueden servir como temas de conversación en familia:

  1. ¿Por qué lavó Jesús los pies de los discípulos?
  2. ¿Qué significan el pan sin levadura y el vino durante el servicio de la Pascua del Nuevo Testamento?

Lea más acerca de esta historia en los artículos “Una historia acerca de la primera Pascua” y “La Pascua: ¿qué hizo Jesús por usted?”.

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