Después del Diluvio, las personas empezaron a construir una torre. Ellos no querían poblar la Tierra como Dios les había dicho. Dios sabía que las cosas pronto iban a empeorar.
Muchos niños nacieron después del gran Diluvio en los días de Noé. Todas las personas que vivían en ese tiempo descendían de las ocho personas que sobrevivieron el Diluvio en el arca.
Dios le había dicho a Noé y a sus hijos: “Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra”.
Una ciudad y una torre
Con el paso del tiempo, la familia de Noé creció y todos hablaban la misma lengua. Y muchos de ellos decidieron construir una gran ciudad. Y en la ciudad ellos quisieron construir “una torre, cuya cúspide llegue al cielo” (Génesis 11: 4).
Las personas querían engrandecerse y ser importantes. Querían permanecer todos juntos en una gran ciudad. Ellos no llenaron la Tierra como Dios les había mandado.
Quizás pensaron que podían construir una torre tan alta que ni siquiera un diluvio podría dañarlos. Las personas no querían obedecer a Dios, y no querían que Dios los castigara. Ellos escucharon las ideas del diablo, de la misma manera que Adán y Eva lo habían hecho en el pasado.
Pensamientos malvados
Dios se dio cuenta que las personas se estaban volviendo en personas semejantes a las de antes del Diluvio, porque tenían pensamientos y planes malvados todo el tiempo.
Dios los estaba observando, sabía que si los dejaba continuar en sus caminos, las cosas empeorarían.
El plan de Dios
“He aquí el pueblo es uno, y todos estos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra”. Dios dijo: “y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer”.
Al trabajar juntos, las personas harían cosas malas y empeorarían cada vez más. Dios no quería que las cosas empeoraran tan rápidamente como había ocurrido en los tiempos antes del Diluvio. Así que decidió hacer algo para detenerlos.
“Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero” (Génesis 11:6-7).
Después de que Dios realizó este milagro, los diferentes grupos de personas ya no podían entenderse entre ellos. De repente ellos estaban hablando diferentes idiomas. Si un trabajador le pedía a otro trabajador que le pasara un ladrillo, el otro no podía entender sus palabras. Todo era muy confuso.
De esta forma las familias que hablaban un mismo idioma empezaron a juntarse. Empezaron a propagarse por la Tierra como Dios había querido desde un principio.
Después de este milagro, ellos dejaron de construir la ciudad y la torre. Esta torre llegó a conocerse como la torre de Babel. (Babel suena como la palabra hebrea “confusión”.)
El fin de las barreras del lenguaje
El hablar diferentes idiomas separa a las personas incluso hasta el día de hoy. Dios planea revertir esta maldición en el futuro.
Dios realizó un milagro en Pentecostés que muestra que su increíble poder puede demoler las barreras del lenguaje.
Después de que Jesús había ascendido al cielo, Dios hizo algo para llamar la atención de las personas en el día de Pentecostés. Usó un sonido como de un viento recio y poderoso para atraer a una multitud. Cuando la multitud llegó al lugar, escucharon a los seguidores de Jesús hablando diferentes idiomas.
“Cada uno les oía hablar en su propia lengua. Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?” (Hechos 2:6-8).
Dios usó este milagro especial para anunciar el derramamiento de su Espíritu Santo y el comienzo de su Iglesia. El Espíritu Santo y la Iglesia reunén a personas que hablan diferentes idiomas. En lugar de confusión, el pueblo de Dios puede tener paz y entendimiento.
Y cuando Jesucristo regrese a la Tierra, las personas aprenderán a hablar un idioma puro.
La gente ya no escuchará las ideas del diablo. Ellos ya no van a elegir lo malo sino lo bueno, y con la ayuda de Dios podrán trabajar juntos para mejorar las cosas.
En lugar de una torre de egoísmo y confusión, la gente tendrá la oportunidad de construir un nuevo mundo de amor y paz. La confusión y rebelión que ocurrió en la torre de Babel será remplazada por la paz y obediencia en el Reino de Dios.
Preguntas
Aquí hay algunas preguntas para meditar o conversar en familia:
- ¿Por qué quería la gente construir una torre?
- ¿Cómo influye el diablo en las personas para que hagan cosas malas?
- ¿Qué haría si de repente las personas no pudieran entenderle? ¿Qué haría si no fuera capaz de entender a otras personas?
- ¿Cómo van a ser quitadas las barreras del lenguaje?
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