De la edición Enero/Febrero 2014 de la revista Discernir

“No todo el que me dice Señor, Señor…”

Usted tal vez se sorprenda al saber que mucho de lo que Jesucristo enseñó es o ignorado o rechazado descaradamente por el cristianismo moderno. Este artículo es el primero de una serie que va a desafiar muchas cosas que se suponen acerca de las enseñanzas de Jesucristo.

La religión más popular en el mundo actual es el cristianismo —cerca de la tercera parte de la población mundial (cerca de 2,1 mil millones de personas) profesan seguir a Jesucristo.

Aunque es la religión más grande del mundo, se puede argüir que es la más dividida. Los cientos de denominaciones y pequeñas sectas del cristianismo tienen una gran variedad de creencias; aunque, en su mayoría, ellos afirman que basan su doctrina en el mismo libro: la Biblia. Todos ellos dicen que adoran y creen en Jesucristo.

Pero consideremos esto ahora: ¿cómo es posible que exista semejante variedad de enseñanzas (algunas que son doctrinas opuestas aparentemente) y con semejante diversidad de costumbres de adoración si todas provienen de la misma fuente? ¿Puede Jesucristo ser la fuente y el líder de todas estas iglesias? ¿Pueden todas estar en lo cierto?

Un reto

En pocas palabras, la respuesta es no. Es imposible que todas las sectas y denominaciones que compiten entre sí en el cristianismo sean igualmente válidas y que representen verdaderamente a Jesucristo. De hecho, usted tal vez se sorprenda al saber que muchas de sus creencias fundamentales directamente contradicen a Jesucristo. Ésta es la razón verdadera del estado de división del cristianismo.

Si usted cree en Jesucristo, usted no querrá perderse ningún artículo de la serie de “Cristo vs. Cristianismo” planeado para futuras ediciones de la revista Discernir. Éstos muestran claramente la increíble diferencia entre las enseñanzas de Jesucristo y el “cristianismo” —la religión que lleva su nombre. Usted verá, directamente de las propias palabras de Jesús, así como por otras Escrituras, que sus enseñanzas son diferentes de muchas otras enseñanzas de las iglesias que afirman representarlo a Él, y usted verá que muchas de las doctrinas populares del cristianismo moderno no se originaron siquiera en la Biblia. De hecho, usted tal vez se sorprenda al encontrar que muchas de ellas tienen sus raíces en las antiguas religiones paganas y los mitos.

¿Es posible que exista un falso cristianismo?

Debemos empezar con una enseñanza fundamental de Jesucristo que sirve como premisa para toda esta serie. Él enseñó que para poder ser un seguidor genuino de Él (un cristiano), uno debe creer y practicar exactamente lo que Él enseñó.

Una iglesia, un líder religioso o una persona que profesan ser cristianos, enseñan (profetizan) en nombre de Jesús y aun hacen milagros en el nombre de Cristo —y aun así no son considerados “cristianos” por Dios. ¿Por qué?Mateo 7 registra muchas declaraciones contundentes de Jesucristo que marcan un contraste absoluto con el cristianismo moderno. Este capítulo es parte del famoso Sermón del Monte.

Veamos lo que Jesús dijo en Mateo 7:21: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”.

Analicemos lo que Jesucristo está diciendo. Las implicaciones son profundas. Él está diciendo que no todo el que profesa servirle a Él —aquel que se llama a sí mismo un cristiano— será parte del Reino de Dios.

¿Qué se espera de alguien que dice ser un seguidor de Jesús? Creer y obedecer la voluntad de Dios el Padre. Jesús reveló en todas partes que Él enseñaba fielmente las palabras del Padre (Juan 14:10,24).

Jesús continuó: “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”.

¡Sorprendente!

Una iglesia, un líder religioso o una persona que profesan ser cristianos, enseñan (profetizan) en nombre de Jesús y aun hacen milagros en el nombre de Cristo —y aun así no son considerados “cristianos” por Dios. ¿Por qué? Porque esa iglesia o persona no enseña o practica lo que Jesucristo enseñó y practicó. Jesús llamó a esto específicamente “maldad”. La palabra griega traducida como “maldad” es anomia, que significa “ser sin ley”.

Jesucristo se está refiriendo claramente a la ley de Dios —resumida en los Diez Mandamientos. Con frecuencia encontramos los Diez Mandamientos escritos y los cristianos los nombran, aunque varios de ellos son cuestionados o rechazados completamente por el cristianismo tradicional.

A lo largo de esta serie, expondremos muchos ejemplos de esta “maldad” (falta de ley), en el cristianismo actual. No vamos a escatimar palabras. Nuestra meta es ayudarle a distinguir el falso cristianismo del cristianismo genuino, basado en las enseñanzas originales de Jesucristo en la Biblia.

Falso vs. verdadero cristianismo

Jesucristo específicamente advirtió que debemos estar en guardia frente a los “falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mateo 7:15). Algunos van a tratar intencionalmente de engañar, pero muchos otros son sin lugar a dudas sinceros (v.22). Sin embargo, es posible también que los predicadores sean engañados sinceramente por las enseñanzas tradicionales tan difundidas, que contradicen la Biblia.

Debemos examinar el fruto de los “maestros cristianos” (v. 20), sus enseñanzas (vv. 21, 23), para determinar si ellos en verdad representan o no a Cristo. El falso cristianismo ofrecerá una senda ancha (v. 13) —una religión fácil y popular.

Cristo aun incluyó una advertencia acerca del falso cristianismo en la profecía del monte de los Olivos —su discurso más largo acerca de profecía de los tiempos del fin, que se encuentra en Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21. Cristo identificó el engaño religioso como una de las primeras señales de su segunda venida (Mateo 24:4). Después de su advertencia general acerca del engaño, Él fue muy específico: “Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo; Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán” (v. 5).

Es necesario prestar atención a la forma en que estas personas se presentan: ¡en el nombre de Jesús diciendo que Él es el Cristo! En otras palabras, ellos se presentan falsamente como representantes de Cristo. Cristo también advirtió que algunos aún llegarían a afirmar que eran el Cristo —el Mesías (v. 24).

Veamos una lista de características específicas del falso cristianismo que las escrituras anteriores han identificado. El falso cristianismo:

  • No enseñaría la verdad plena de la Biblia —“la voluntad del Padre”.
  • Enseñaría la “falta de ley” —un sistema de creencias que rechazaría partes de la ley revelada en la Biblia.
  • Operaría bajo la bandera del nombre de Cristo, y aun proclamaría que Él es el Cristo.
  • Representaría una gran religión con muchos seguidores.

¿Describen estas características las versiones populares del cristianismo que vemos en la actualidad?

En lugar de ser una religión fácil y popular con las características anteriores, Jesús enseñó que su camino sería un camino “angosto” y “difícil”, al que “pocos” encontraban (Mateo 7:14). Él se refirió a los verdaderos seguidores como “la manada pequeña” (Lucas 12:32), un grupo comparativamente pequeño de personas que viven según las enseñanzas de toda la Biblia y adorando al verdadero Dios (Mateo 19:17; Juan 14:21; 1 Juan 5:3; Apocalipsis 12:17; 14:12).

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Este artículo de introducción ha mostrado que no sólo es posible que exista una falsa versión del Cristianismo sino que Cristo dijo específicamente que iba a existir. Esta serie de artículos va a demostrar que muchas áreas del cristianismo popular en la actualidad contradicen directamente las enseñanzas de Jesucristo.

Siga leyendo y discerniendo.

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