De la edición Noviembre/Diciembre 2019 de la revista Discernir

La encarnación: cómo la Navidad oculta su significado

Si la Navidad celebra el nacimiento de Cristo, ¿por qué muchas más personas se enfocan en las compras y tradiciones paganas encubiertas que en la increíble y transformadora verdad de la encarnación?

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El teólogo R.C. Sproul dijo una vez: “Lo que celebramos en Navidad no es el nacimiento de un bebé, por importante que sea. Lo realmente trascendente de ese bebé en particular es que su nacimiento constituye la encarnación de Dios mismo”.

Pero, de los miles de millones que celebran Navidad en la actualidad, desde Jerusalén hasta Japón, ¿cuántos realmente piensan en la encarnación —en la venida de Dios en la carne?

¿Qué celebra la gente en Navidad?

Las búsquedas en Google nos dan una buena idea de lo que la gente está pensando. Las frases “árbol de Navidad” y “canciones navideñas”, por ejemplo, tienen millones de búsquedas al mes, mientras que “nacimiento de Jesús” tiene sólo 3.600. “Regalos de Navidad” tiene 165.000 búsquedas, mientras que “regalos de Navidad para Jesús” sólo 140 búsquedas. (Es cierto que la comparación no es equivalente, pero si la Navidad supuestamente celebra el cumpleaños de Jesucristo, ¿por qué Él no recibe regalos?)

Como dato interesante, “Navidad celebración pagana” tiene 8.100 búsquedas.

Decae la creencia de que Cristo nació de una virgen

A través de la historia, los estadounidenses siempre han estado entre los más fervientes promotores de la Navidad. Pero, si bien la cantidad de personas que la celebra sigue siendo alta, los aspectos religiosos de la Navidad están en decadencia. La última encuesta del centro de investigación Pew acerca de este tema se tituló “Americans Say Religious Aspects of Christmas Are Declining in Public Life” [Los estadounidenses afirman que los aspectos religiosos de la Navidad están en declive en la vida pública].

Según este estudio: “no sólo algunos de los aspectos más religiosos de la Navidad son ahora menos prominentes en la esfera pública, sino que además hay indicios de que han decaído en la vida y creencias privadas de las personas. Por ejemplo, hay un notorio descenso en el porcentaje de estadounidenses adultos que considera los elementos bíblicos de la historia de Navidad —que Cristo nació de una virgen, por ejemplo— como un reflejo de los eventos históricos que realmente ocurrieron”.

Esto es particularmente cierto entre las generaciones más jóvenes. El porcentaje de “mileniales” que cree que Jesús nació de una virgen cayó 12 puntos en tres años, llegando a 55 por ciento. Pero, en general, hubo un descenso de 6 puntos, situándose en un 66 por ciento.

La Navidad y los no cristianos

Millones de no cristianos alrededor del mundo se han contagiado del espíritu navideño y celebran la fecha cada año. Pero ¿qué significa para ellos? Veamos cómo se celebra la Navidad en Japón:

“La Navidad no se había masificado en Japón sino hasta las últimas décadas. Aún no se considera una celebración religiosa, ya que no hay muchos cristianos en Japón; pero muchas tradiciones norteamericanas, como enviar y recibir tarjetas y regalos navideños, se han vuelto populares…

“Nochebuena se considera un día romántico donde las parejas pasan [tiempo] juntas e intercambian regalos. Se asemeja mucho a las celebraciones de San Valentín de Reino Unido y Estados Unidos. Las parejas jóvenes salen a caminar para ver las luces navideñas y tener una cena romántica en un restaurante. ¡Conseguir una mesa en Nochebuena puede ser muy difícil dada su popularidad!” (WhyChristmas.com).

Actualmente, incluso en los países tradicionalmente cristianos, el énfasis de la celebración está en los árboles, los regalos y las decoraciones navideñas, así como en tradiciones paganas disfrazadas. Esto sin olvidar a Santa Claus, los duendes mágicos y los renos voladores.

¿Dónde queda Cristo en medio de todo esto? ¿Realmente nos sorprende que para la mayoría sea extraño hablar de una verdad bíblica tan importante como la encarnación en torno a Navidad? (Descubra más en nuestro artículo “Navidad bajo juicio”.)

¿Qué significa la encarnación?

Aunque la Biblia no usa específicamente la palabra “encarnación”, este concepto se menciona en varios pasajes, especialmente en los escritos del apóstol Juan.

“Encarnación” proviene del latín in carne, que literalmente significa “en carne”. La Biblia dice en varias ocasiones que Jesucristo, el Hijo de Dios, vino en la carne como ser humano. Veamos por ejemplo el principio del Evangelio de Juan, que se remonta a la prehistoria y pone en contexto el trabajo de nuestro Dios y Salvador Jesucristo:

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios… Todas las cosas por él fueron hechas… Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:1, 3, 14, énfasis añadido).

Por medio de un milagro más allá de nuestro entendimiento, el Verbo vino en la carne para vivir entre sus criaturas. Jesucristo fue enteramente divino, y enteramente humano a la vez.Por medio de un milagro más allá de nuestro entendimiento, el Verbo vino en la carne para vivir entre sus criaturas. Jesucristo fue enteramente divino, y enteramente humano a la vez. Pero la Biblia no dice que los apóstoles hayan pasado mucho tiempo pensando en las cuestiones metafísicas que después abrumaron a los teólogos. Tal parece que ellos simplemente aceptaron por fe la revelación de que Jesús era Dios —y hombre. (Consulte nuestro artículo “¿Qué creían los apóstoles acerca de Dios?”.)

¿Quiere Dios que celebremos la encarnación?

Dios no ordena en ninguna parte celebrar la encarnación de Jesús. Pero lo que sí nos pide es conmemorar su muerte (1 Corintios 11:23-26). Obviamente el Hijo de Dios no podría haber muerto si no hubiera venido en la carne. Pero el enfoque bíblico no está en su concepción (la cual muchas iglesias celebran el 25 de marzo) o su nacimiento (celebrado generalmente el 25 de diciembre).

Descubra por qué estas fechas son incorrectas y por qué Dios no estableció estas celebraciones en nuestro artículo “El nacimiento de Jesús”.

La Iglesia del Nuevo Testamento siguió celebrando las fiestas que Dios sí estableció en la Biblia. Conozca más en nuestro folleto gratuito Las fiestas santas de Dios: Él tiene un plan para usted.

¿Qué debemos saber acerca de la encarnación de Jesús?

La Biblia dice mucho acerca de la vida de Jesucristo y cuál debería ser su impacto en nosotros. Éstas son algunas de esas enseñanzas:

  • La vida de Cristo reflejó perfectamente a Dios el Padre (Juan 14:7-10).
  • Cristo dijo que el Padre era mayor que Él (Juan 14:28), y se sometió a Él voluntaria y alegremente. Cristo glorifica al Padre.
  • El Padre a su vez le da honor al Hijo y espera que nosotros hagamos lo mismo (Juan 5:21-23).
  • Tal como Tomás, debemos reconocer a Cristo como nuestro Dios y Señor (Juan 20:28).
  • Hebreos 1:1-4 explica quién era el Hijo, por qué vino y a qué volvió.
  • Mientras Jesús estuvo en la Tierra, se despojó de su gloria (Filipenses 2:5-11; Juan 17:5). Pero aún poseía toda la plenitud de la Deidad (Colosenses 2:9).
  • El Hijo de Dios quiere que andemos como Él anduvo, que lo imitemos para que lleguemos a ser como Él (1 Juan 2:6; 3:1-3). Cristo no se avergüenza de llamarnos hermanos, y a través de Él Dios quiere llevar “muchos hijos a la gloria” (Hebreos 2:10-11).
  • Cristo estuvo dispuesto a depender de su Padre, ser probado y sufrir, pero aún así se mantuvo obediente y sin pecado.
  • Él puede comprender nuestras debilidades porque “fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:15-16).

La encarnación, el sufrimiento y la muerte de Jesús

Al convertirse en ser humano, Cristo pudo llevar a cabo el plan de Dios de reconciliarnos (a una humanidad pecadora) con ÉlAl convertirse en ser humano, Cristo pudo llevar a cabo el plan de Dios de reconciliarnos (a una humanidad pecadora) con Él. Sin embargo, esto requirió de su sufrimiento y muerte, con la cual pagó la pena de nuestros pecados.

El libro de Hebreos describe lo que Jesús tuvo que pasar para convertirse en nuestro Sumo Sacerdote:

“Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” (Hebreos 5:7-9).

La encarnación vs. el gnosticismo

A finales del primer siglo, el apóstol Juan vio cómo algunas herejías comenzaban a introducirse en la Iglesia y luchó con vehemencia contra una falsa doctrina que negaba la humanidad de Jesucristo.

“En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo” (1 Juan 4:2-3).

Pero a pesar de los esfuerzos de Juan, esta creencia falsa creció hasta convertirse en una filosofía conocida como gnosticismo. Conozca más en nuestro artículo acerca de “1 Juan”.

La encarnación vs. anticristo

Juan incluso dijo que negar la encarnación de Cristo era lo mismo que oponerse a Él —ser “anticristo”.

“Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo” (2 Juan 1:7).

El apóstol aquí estaba usando este término para referirse a cualquiera que se opusiera a Jesús. Hoy en día, sin embargo, la gente usa “anticristo” de una forma más limitada, para describir a un hombre malvado que aparecerá en el tiempo del fin, al cual la Biblia llama falso profeta y hombre de pecado. Lea más sobre esto en nuestro artículo “¿Reconocería usted al Anticristo?”.

La encarnación y usted

La encarnación de Jesucristo —su disposición a vivir como un ser físico, conocer y sentir empatía con nuestros sufrimientos, y dar su vida por nosotros— es algo maravilloso y animador. Algo que debería inspirarnos a la acción.

¿Qué espera Cristo de nosotros? No un día de paganismo comercializado, sino una vida de cambio y conversión.

Sólo unos pocos mostrarán interés verdadero y tomarán el tiempo para estudiar nuestro folleto gratuito ¡Cambie su vida! para conocer los pasos que Dios espera que demos.

¿Será usted uno de ellos?

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