Muchas personas se sorprenden por la cantidad de canciones que se registran a través de la Biblia. Este es un resumen de las obras de alabanza musical que Dios nos muestra.
Dios está rodeado de coros celestiales, y su pueblo ha cantado sus alabanzas desde tiempos antiguos. Aunque muchos estudiosos coinciden en que no tenemos información suficiente para reconstruir la música de la Biblia, solo con las letras tenemos inspiración e instrucción para saber cómo alabar a Dios de maneras que le sean agradables.
Nuestro artículo “Alabar a Dios” nos muestra por qué es bueno para nosotros alabar a Dios. Este artículo tiene ejemplos de oraciones de alabanza que nos pueden ayudar a aprender a alabarlo mejor, como el apóstol Pablo dice: “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” (Efesios 5:19).
Cantos del Antiguo Testamento
Aunque los instrumentos musicales se mencionan incluso antes del Diluvio (Génesis 4:21), el primer cántico que se menciona es el cántico de Moisés y el cántico de Miriam. Estos cánticos tuvieron lugar en la celebración después de que Dios, milagrosamente, dividiera el Mar Rojo y salvara a los israelitas del ejército egipcio. (Curiosamente, en Apocalipsis 15:3, se menciona el “cántico de Moisés”, que se interpreta de nuevo en el tiempo del fin junto con el “cántico del cordero”.)
Éxodo 15:1-7, 11, 15-18: “Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico al Eterno, y dijeron:
“Cantaré yo al Eterno, porque se ha magnificado grandemente; Ha echado en el mar al caballo y al jinete. El Eterno es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. Éste es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré. El Eterno es varón de guerra; el Eterno es su nombre. Echó en el mar los carros de Faraón y su ejército; Y sus capitanes escogidos fueron hundidos en el Mar Rojo. Los abismos los cubrieron; Descendieron a las profundidades como piedra.
“Tu diestra, oh Eterno, ha sido magnificada en poder; Tu diestra, oh Eterno, ha quebrantado al enemigo. Y con la grandeza de tu poder has derribado a los que se levantaron contra ti. Enviaste tu ira; los consumió como a hojarasca.
“Quién como tú, oh Eterno, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?
“Entonces los caudillos de Edom se turbarán; A los valientes de Moab les sobrecogerá temblor; Se acobardarán todos los moradores de Canaán. Caiga sobre ellos temblor y espanto; A la grandeza de tu brazo enmudezcan como una piedra; Hasta que haya pasado tu pueblo, oh Eterno, Hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste. Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad, En el lugar de tu morada, que tú has preparado, oh Eterno, En el santuario que tus manos, oh Eterno, han afirmado.
“El Eterno reinará eternamente y para siempre”.
Éxodo 15:20-21: “Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas. Y María les respondía:
“Cantad al Eterno, porque en extremo se ha engrandecido; Ha echado en el mar al caballo y al jinete”.
Moisés también le enseñó un cántico a Israel como testigo en contra de Israel, para recordarles que no debían olvidar a Dios (Deuteronomio 31:19-22). Este cántico también comienza con una alabanza a Dios:
Deuteronomio 32:1-4: “Escuchad, cielos, y hablaré; Y oiga la tierra los dichos de mi boca. Goteará como la lluvia mi enseñanza; Destilará como el rocío mi razonamiento; Como la llovizna sobre la grama, Y como las gotas sobre la hierba; Porque el nombre de l Eterno proclamaré. Engrandeced a nuestro Dios. Él es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto”.
La Biblia también registra el cantico de victoria de Débora y Barac, después de que Dios los ayudara a derrotar al rey Jabín y el capitán de su ejército Sisara:
Jueces 5:1-5, 12, 31: “Aquel día cantó Débora con Barac hijo de Abinoam, diciendo:
“Por haberse puesto al frente los caudillos en Israel, Por haberse ofrecido voluntariamente el pueblo, Load al Eterno.
“Oíd, reyes; escuchad, oh príncipes; Yo cantaré al Eterno, Cantaré salmos al Eterno, el Dios de Israel. Cuando saliste de Seir, oh Eterno, Cuando te marchaste de los campos de Edom, La tierra tembló, y los cielos destilaron, Y las nubes gotearon aguas. Los montes temblaron delante del Eterno, Aquel Sinaí, delante del Eterno Dios de Israel.
“Despierta, despierta, Débora; Despierta, despierta, entona cántico. Levántate, Barac, y lleva tus cautivos, hijo de Abinoam.
“Así perezcan todos tus enemigos, oh Eterno; Mas los que te aman, sean como el sol cuando sale en su fuerza. Y la tierra reposó cuarenta años”.
El profeta Isaías muestra oraciones que en el futuro serán cantadas a Dios durante el Milenio.
Isaías 12:1-2: “En aquel día dirás:
“Cantaré a ti, oh Eterno; pues aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado. He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH El Eterno, quien ha sido salvación para mí”.
Isaías 26:1-6: “En aquel día cantarán este cántico en tierra de Judá:
“Fuerte ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y antemuro. Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades. Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en el Eterno perpetuamente, porque en el Eterno el Señor está la fortaleza de los siglos. Porque derribó a los que moraban en lugar sublime; humilló a la ciudad exaltada, la humilló hasta la tierra, la derribó hasta el polvo. La hollará pie, los pies del afligido, los pasos de los menesterosos”.
El mayor tesoro de cánticos del Antiguo Testamento (y de toda la Biblia) es el libro de Salmos.
Los Salmos
El libro de cánticos de la Biblia —el libro con la colección más grande de cánticos— es el libro de Salmos. De los 150 salmos, 73 se le atribuyen al rey David, “el dulce cantor de Israel” (2 Samuel 23:1). Otros compositores que se mencionan, Asaf (12 salmos), descendientes de Coré (11 salmos), Salomón (Salmos 72 y 127), Hemán ezraita (Salmo 88), Etán ezraita (Salmo 89) y Moisés (Salmo 90).
Como muestra de los cánticos de alabanza en Salmos, veamos el último:
Salmos 150:1-6: “Alabad a Dios en su santuario; Alabadle en la magnificencia de su firmamento. Alabadle por sus proezas; Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza.
“Alabadle a son de bocina; Alabadle con salterio y arpa. Alabadle con pandero y danza; Alabadle con cuerdas y flautas. Alabadle con címbalos resonantes; Alabadle con címbalos de júbilo.
“Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya”.
Aprenda más acerca de los Salmos en nuestro artículo “El libro de Salmos”.
Nuevos cánticos
Seis salmos hablan de “cántico nuevo” (Salmos 33:3; 40:3; 96:1; 98:1; 144:9; 149:1), mostrando que el himnario de Dios aún no está completo. Él es un Dios de creatividad y variedad, entonces tiene sentido que las profecías de Isaías y Apocalipsis también hablen de nuevos cánticos.
Isaías 42:10-13: “Cantad al Eterno un nuevo cántico, su alabanza desde el fin de la tierra; los que descendéis al mar, y cuanto hay en él, las costas y los moradores de ellas. Alcen la voz el desierto y sus ciudades, las aldeas donde habita Cedar; canten los moradores de Sela, y desde la cumbre de los montes den voces de júbilo. Den gloria al eterno, y anuncien sus loores en las costas. El Eterno saldrá como gigante, y como hombre de guerra despertará celo; gritará, voceará, se esforzará sobre sus enemigos”.
Apocalipsis 5:9-10: “y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra”.
Lea más acerca de la enseñanza que nos da la Biblia acerca de cómo, cuándo y porque debemos alabar a Dios, en el artículo “Alabar a Dios”.