Cómo evitar oraciones repetitivas

Jesús nos advirtió que no debíamos orar utilizando “vanas repeticiones” (Mateo 6:7). ¿Le resulta difícil evitar repetir las mismas palabras en sus oraciones diarias?

Al principio de su ministerio Jesús les dio a sus discípulos un modelo de oración para que pudieran aprender como hablar con el Padre. Es parte de “El Sermón del Monte” (Mateo 6:5-15).

“La oración del Señor” era una herramienta de enseñanza

Jesús no quería que sus discípulos recitaran las palabras que Él les dijo. Por supuesto, ¡los discípulos lo hubieran hecho si eso fuera la forma correcta de orar! Ellos se dieron cuenta de que había algo más al ver el ejemplo de Jesús durante años, y le pidieron más orientación.

“Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos” (Lucas 11:1).

Al ver el ejemplo de Jesús, un discípulo le pidió (en nombre de todos) que les diera sus instrucciones. Lucas registra la respuesta de Cristo en Lucas 11:2-4.

Muchas personas conocen esto, de manera equivocada, como “El Padre nuestro” en lugar de “el modelo de oración del Señor”. Jesús dijo, “Vosotros pues, orareis así” (Mateo 6:9, énfasis añadido en todo).

La oración sigue siendo un tema complejo para los cristianos en la actualidad

Jesús dio este consejo cuando iba a dar las instrucciones acerca de la oración: “Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos” (Mateo 6:7). ¿Cuál es el reto que se plantea aquí? No recite el modelo de oración de Jesús, ni las oraciones escritas por otras personas o escritas por las iglesias para sus seguidores. Haga sus propias oraciones.

Pero, ¿siente usted que repite las mismas palabras todos los días? A pesar del hecho de que usted no recita oraciones ya preparadas, ¿siente usted que prácticamente salen de su boca las mismas palabras en sus oraciones diarias? ¡Muchos cristianos piensan lo mismo!

Nos arrodillamos al frente de nuestra cama o una silla y seguimos el modelo de oración de Cristo, pero fácilmente comenzamos a repetir las palabras con que oramos ayer, el día anterior y el día anterior a ése.

Debemos seguir el modelo de oración de Cristo

Siga las instrucciones de Jesús en su oración principal del día. (Esto funciona mejor cuando usted aparta un período de tiempo suficiente para hablar de manera ininterrumpida con Dios.)

Cada día, comience su oración principal alabando a Dios por algún aspecto de su carácter o por el esplendor de alguna parte de su creación. Ore por el Reino de Dios. Ese fue su propósito al crear a la humanidad. Es el propósito por el cual usted está vivo.

Ore para que ocurran las cosas que Él sabe son lo mejor para el mundo —“Hágase tu voluntad”. Ore por sus necesidades diarias; reconozca sus pecados y pida perdón, perdone a las demás personas mientras está de rodillas ante Dios. Pídale a Dios que aleje a Satanás ese día.

Desglose cada oración en detalles, simbolizados por el fino incienso que los sacerdotes de Dios solían quemar en el templo (Éxodo 30:7-8, 36; Salmos 141:2). Ore por cada aspecto de la predicación del evangelio. Ore por la Iglesia de Dios, incluyendo sus ministros (1 Tesalonicenses 5:25; 2 Tesalonicenses 3:1) y miembros (Santiago 5:16). Las congregaciones de Dios necesitan lugares de reunión seguros, mensajes inspiradores y compañerismo. El pueblo de Dios necesita planear y guardar las fiestas santas.

Ore por los líderes gubernamentales (directores generales, legisladores, jueces, personal de las fuerzas del orden, administradores), también por los líderes empresariales. Financieros, pedagógicos y científicos —cualquier líder cuya labor afecte la vida de los creyentes (1 Timoteo 2:1-2).

¡Ore por usted! Es posible que se sienta culpable porque todos los días lo hace. Pero debemos orar por nosotros mismos, pedir por nuestras necesidades físicas y espirituales, ¡no vamos a ganar nuestras batallas contra la naturaleza humana! Muchos de los Salmos, que son oraciones y/o cánticos hablan de las luchas espirituales personales del escritor.

Ésta es una forma simple, pero muy efectiva para evitar esa experiencia tan frustrante. Haga énfasis en un tema diferente cada día de la semana.En este punto, usted puede estar pensando, “Yo conozco estás verdades y trato de orar de esa forma, ¡pero aun así siento que repito las mismas palabras en mis oraciones!”

Aléjese de las “vanas repeticiones”

Ésta es una forma simple, pero muy efectiva para evitar esa experiencia tan frustrante. Haga énfasis en un tema diferente cada día de la semana.

Por ejemplo:

  • Domingo: Enfóquese en todo el mundo aparte del país donde reside. Ponga en práctica todas las instrucciones que mencionamos anteriormente mientras ora por todas las naciones diferentes a donde usted vive. Para que haga esto de una manera significativa, necesita mantenerse informado acerca de la Iglesia de Dios en otras áreas del mundo y de las noticias mundiales.
  • Lunes: enfóquese en el país donde reside y ponga en práctica la misma estrategia. De nuevo, es necesario que se mantenga informado acerca de la Iglesia de Dios y de lo que está pasando en su país.
  • Martes: Enfóquese en el área dónde reside (estado, provincia o región). En este momento usted ya tiene la idea. Siga las instrucciones de Jesús, pero concéntrese en este pequeño objetivo.
  • Miércoles: Enfóquese en su familia. Ésta es otra área a la que probablemente acabe dedicando su tiempo de oración cada día en detrimento de otros asuntos. Pero si le dedica un día de la semana al tema de la familia, les ayuda y evita las vanas repeticiones.
  • Jueves: Enfóquese durante el tiempo de oración en sus asuntos y necesidades. Esto la va a ayudar a evitar hablar de usted todos los días. No se sienta culpable. ¡Usted necesita hacer esto!
  • Viernes: Utilice este momento para ponerse al día con cualquier cosa que haya pasado por alto durante la semana y que requiera de especial atención. A menudo hay personas o asuntos acerca de los que necesitamos pedirle a Dios en detalle. También es un buen día para pedir por todo lo relacionado a los servicios del sábado.
  • Sábado: por supuesto, usted debe pedirle a Dios que bendiga los servicios del sábado. Pero destine la mayor parte de su oración de este día para agradecerle. (Póngase a pensar por un momento cuanto mejorarían las relaciones familiares si los hijos les agradecieran a sus padres en detalle por todo lo que hacen por ellos. ¡Seguramente los dejaría en shock!). ¡Imagínese como mejoraría su relación con nuestro Padre celestial si le agradeciéramos cada semana!

Cuando usted ya comienza a pensar en cosas por las que debe estar agradecido, va a descubrir que la lista es interminable. Con mucha frecuencia, probablemente demasiada en nuestras vidas ocupadas, pasamos por alto agradecerle a Dios en nuestras oraciones.

El salmista nos exhorta: “Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre” (Salmos 100:4).

Dele gracias a Dios por ser quién es y también por lo que ha hecho. Por responder sus oraciones (incluso por las pruebas, Santiago 1:2); agradézcale por las bendiciones que le ha dado a la humanidad, a la Iglesia, a su familia y a usted. Dele gracias por su creación, ya sea por las partes inmensas (el universo) o por las partes pequeñas (una bella flor).

Exprese detalladamente su gratitud. ¡Esto lo va a inspirar a ser más agradecido!

Cada día pida, de manera breve, por sus necesidades físicas, para que Dios le perdone sus pecados así como usted perdona a los demás y para que lo proteja de Satanás.

Si usted organiza sus oraciones de esta manera, es muy probable que no repita las palabras que dijo la semana anterior. Mientras más experiencia adquiera en la oración diaria, más cosas se le van a venir a la mente cada día para orar, lo que le permitirá estar seguro de que ya no “usara vanas repeticiones”.

Un repaso de cómo orar

En Vida, Esperanza y Verdad le ofrecemos información que va a ser de mucha ayuda, artículos que hablan acerca de cómo orar y profundizan en las instrucciones de Jesús. Lo invitamos a leer estos artículos:

Usted también puede tener esta información en la guía de estudio en formato PDF, Cómo debemos orar. (En el momento de descargarlo, la página le va a pedir su nombre y correo electrónico. Esa información es de uso interno exclusivamente; nunca la compartimos o la vendemos a terceros.)

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