Antes solía pensar que si muchas personas creían algo, había una alta probabilidad de que fuera cierto. Pero si sólo unas pocas lo creían, seguramente no era verdad.
Sin embargo, en nuestro mundo postverdad de noticias falsas y redes sociales repletas de información hueca, es obvio que determinar la verdad por las estadísticas no es lo más sabio. Y cuando se trata de la verdad espiritual, la Biblia nos dice que nunca lo ha sido.
Dios ha establecido principios y planes eternos que no dependen de opiniones humanas. Sus leyes morales no se rigen por las creencias de la mayoría, ni sus doctrinas por la popularidad.
La fuente de la verdad
Dios, el Creador de todas las cosas, es el amor y la verdad. Y como Creador, sabe exactamente lo que es mejor para nosotros y nos lo explica a través de su manual de instrucciones, la Santa Biblia.
Pero con el surgimiento de tantas iglesias y tan grande espectro de doctrinas, el mundo de las religiones se ha llenado de ideas peligrosas desde que Jesús vino a la Tierra.
¿Cuáles creencias son verdad? Cristo dice en Juan 17:17: “tu palabra es verdad”. Es decir, la verdad acerca de Dios y lo que Él espera de nosotros se encuentra en la Biblia.
Pero todas las iglesias basan sus creencias en la Biblia, ¿no es así? ¿Por qué entonces difieren tanto la una de la otra? ¿Están todas sus creencias realmente basadas en la Palabra de Dios?
Cinco creencias populares
Analicemos cinco creencias religiosas populares y veamos lo que la Biblia dice acerca de ellas. ¿Podría la mayoría de los cristianos estar equivocada con respecto a Jesús? ¿Podrían tradiciones tan antiguas estar basadas en ideas falsas? ¿Podría haber creencias y dogmas falsos que, aunque aceptados con buenas intenciones, estén dañando nuestro entendimiento y relación con el Señor y Salvador?
Creencia nociva 1: Cristo pecó
Según una encuesta del grupo de investigación Barna, más de la mitad de la población de Estados Unidos (52 por ciento) cree que Jesús “pecó como todos los seres humanos”.
Pero si esto fuera cierto, la Biblia entera es mentira. Cristo no podría ser nuestro Salvador y, sin un Salvador, el mundo no tendría ninguna esperanza.
La Biblia, sin embargo, nos revela la verdad acerca de esto en varios pasajes. Veamos sólo uno de ellos.
Si no creemos que Jesús fue perfecto como dice la Biblia, ¿cómo podemos creer que nuestros pecados son perdonados a través de Él?
Al describir a Jesús, Hebreos 4:15 dice: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (énfasis añadido). Cristo, el Hijo de Dios, decidió despojarse de los privilegios divinos que había tenido por la eternidad para humillarse a sí mismo y experimentar la vida como ser humano (Filipenses 2:5-8). Cargó sobre sí todo el peso de la tentación, ¡pero no pecó ni una sola vez! Aún así, comprende por lo que pasamos, y nos amó tanto que estuvo dispuesto a dar su vida para pagar una pena que no merecía: ¡la pena de nuestros pecados!
La idea de que Cristo pecó es nociva e incluso herética. Si no creemos que Jesús fue perfecto como dice la Biblia, ¿cómo podemos creer que nuestros pecados son perdonados a través de Él (Hechos 2:38)?
Creencia nociva 2: Cristo nos ama tanto que no le importa si pecamos
En una encuesta de Ligonier Ministries y LifeWay Research, 61 por ciento de los estadounidenses dijo estar muy en desacuerdo con la siguiente afirmación: “Incluso el pecado más pequeño merece la condena eterna”.
Mucha gente piensa que el pecado en realidad no es tan malo, o que a Jesús no le molesta tanto si pecamos. Sin embargo —aunque es cierto que Cristo nos ama— la Biblia dice que a Él sí le importa mucho. De hecho fue el pecado lo que lo mató, ¡los pecados suyos y míos!
¿Por qué le importa tanto a Cristo si pecamos? En primer lugar, analicemos qué es el pecado.
Pecar es infringir las leyes que Dios ha creado para nuestro propio beneficio (1 Juan 3:4; Deuteronomio 10:13). Cuando quebrantamos sus leyes, nos acarreamos malos resultados. El pecado es la verdadera causa de todo el mal y el sufrimiento que ocurre en nuestras vidas.
Además, el camino del pecado termina en la muerte; o como dice Romanos 6:23, “la paga del pecado es muerte”. Todo pecado es lo opuesto del amor, lo opuesto de la naturaleza de Dios, y Dios lo aborrece.
Dios el Padre y Jesucristo nos aman tanto que Jesús murió por nuestros pecados para darnos un nuevo comienzo. Pero esto no significa que no le importe si seguimos pecando (Romanos 6:1-2). El mensaje de Cristo para nosotros es lo mismo que le dijo a la mujer adúltera: “vete, y no peques más” (Juan 8:11).
Cristo nos ama y por eso quiere que nos arrepintamos de pecar (Marcos 1:15) y nos esforcemos por guardar sus mandamientos (Mateo 19:17; Juan 15:10).
Creencia nociva 3: Satanás está ganando
Si comparamos el número de personas, tanto en el pasado como en el presente, que han profesado ser cristianos con la población total del mundo, parecería que Satanás está ganando. ¿Pero ganará realmente? ¿Está la mayor parte de la humanidad perdida para siempre?
La Biblia dice que Dios “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4). Pero ¿es este sólo un vano deseo del Ser a quien Satanás le está robando la mayoría de la gente?
La realidad es que, si bien es cierto que se está librando una batalla (Lucas 4:1-13; Apocalipsis 12:7-12), Dios está en control de ella y de su resultado final. Es por esto que en el libro de Job, por ejemplo, el diablo tuvo que pedir permiso antes de hacer sufrir al fiel siervo de Dios (Job 1:11-12; 2:4-6).
Las siguientes escrituras revelan un poco más acerca de quién tiene la autoridad:
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“Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan” (Santiago 2:19).
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“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4:7).
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“Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre” (Apocalipsis 20:10).
Este último versículo es la última mención de Satanás en la Biblia, ¡y claramente es Dios quien gana!
Creencia nociva 4: Quienes nunca conocieron a Cristo sufrirán en el infierno eternamente
A partir de la creencia nociva 3, podríamos preguntarnos: ¿qué sucederá con los millones de personas que nunca escucharon el nombre de Cristo, el único nombre por el que podemos ser salvos? El mismo apóstol Pedro dice que “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).
La respuesta de algunos creyentes es simplemente negar la afirmación de Pedro. En una encuesta de LifeWay Research, de hecho, 26 por ciento de los entrevistados sostuvo que “Si una persona busca a Dios sinceramente, puede obtener la vida eterna a través de una religión no cristiana”.
La Biblia también dice que Satanás no está ganando y que eventualmente será atado para siempre. Además, llegará el momento en que todo ser humano que haya existido tendrá la oportunidad de ser salvo.
Por otro lado, la mayoría de los cristianos reconoce el requisito bíblico de aceptar a Jesús para ser salvo, lo cual nos lleva de regreso a la pregunta: ¿qué sucede con las personas que nunca escucharon el nombre de Cristo ni entendieron u obedecieron sus enseñanzas? Según las creencias de muchas iglesias, la respuesta lógica sería que sufrirán en el infierno para siempre. Pero esta idea tiene a su vez ramificaciones muy dañinas.
En primer lugar, hace parecer a Dios un ser injusto e incluso cruel. También es una idea basada en enseñanzas no bíblicas, como el antiguo concepto griego del alma inmortal y la descripción poética y satírica de Dante Alighieri acerca de un infierno eterno donde las almas son torturadas para siempre.
Sobre esto, la Biblia nos dice que “el alma que pecare, esa morirá”, y que “todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa” (Ezequiel 18:4; Malaquías 4:1). Pablo, de hecho, contrasta la muerte con el regalo de la vida eterna; y las Escrituras revelan que sufrir la segunda muerte es dejar de existir por completo (Apocalipsis 20:14; Juan 3:16), no vivir eternamente en un lugar más doloroso.
La Biblia también dice que Satanás no está ganando y que eventualmente será atado para siempre. Además, llegará el momento en que todo ser humano que haya existido tendrá la oportunidad de ser salvo. Descubra la increíble verdad bíblica acerca de cómo Dios extenderá su misericordia y bondad al mundo entero en nuestro artículo “¿Es justo Dios?”. Ésta es una de las verdades menos entendidas de la Biblia, pero es una verdad esencial que cierra con broche de oro el plan de salvación de Dios.
Creencia nociva 5: Cristo es Rey sólo simbólicamente
Muchas iglesias enseñan que el reinado milenario de Cristo descrito en la Biblia no es más que un reino figurativo. Los llamados “amilenialistas” no creen que Jesús reinará sobre la Tierra por mil años como dice Apocalipsis 20:4.
Sin embargo, Jesucristo mismo le dijo al gobernador romano Pilato que Él había nacido para ser Rey (Juan 18:37). Es cierto que su reino “no es de este mundo” (v. 36) —no es de “origen ni naturaleza terrenal” (Thayer’s Greek Lexicon [Diccionario Griego de Thayer])— sino de origen divino, pero la Biblia dice claramente que será un reino literal establecido en la Tierra (Zacarías 14:4; Hechos 1:11; Apocalipsis 1:7; 11:15; 19:11-21). Y cuando Jesucristo reine, sus discípulos se sentarán con Él en doce tronos al mando de las tribus de Israel (Lucas 22:29-30).
Cristo dijo también que los mansos heredarán la Tierra (Mateo 5:5). Esto sucederá literalmente cuando el Reino de Dios se establezca. Es por eso que en Mateo 6:10 nos enseña a pedirle a Dios continuamente “Venga tu reino”.
Si no creemos que Jesús va a regresar a la Tierra como Rey de Reyes, tampoco nos prepararemos para ayudarle. No obedeceremos sus advertencias de velar, estar preparados, mantenernos fieles, ser sabios, serviciales y bondadosos (Mateo 24:42-47; 25:34-36; Lucas 21:34-36). El Milenio y el Reino de Dios son dos piezas esenciales del plan de Dios, y cualquiera que desea seguir a Cristo debe creer en ellas.
La palabra de verdad
Malentendidos como estos acerca de Cristo y sus enseñanzas son sorprendentemente comunes (vea por ejemplo nuestra columna de Discernir “Cristo vs. Cristianismo”). Pero no dé por sentado lo que le decimos; lea su Biblia y, como los de Berea, compruebe usted mismo “si estas cosas [son] así” (Hechos 17:11).
Pídale a Dios que le ayude a comprender “la palabra de verdad” y a obtener los beneficios de las enseñanzas, argumentos, correcciones e instrucciones en justicia que Él ofrece (2 Timoteo 2:15; 3:16). Sólo entonces, en lugar de estar en peligro a causa de creencias incorrectas, estará “enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:17).
Descubra más acerca de la promesa bíblica del Reino en nuestro folleto gratuito El Misterio del Reino.