Cuando la Biblia nos habla de “sacrificios de alabanza”, ¿a qué se refiere? ¡Hay un pasaje que habla literalmente de la ofrenda de nuestros labios! ¿Cómo se aplica este sacrificio de alabanza a nuestras vidas como cristianos hoy en día?
En la lengua castellana moderna, las palabras sacrificio y alabanza parecieran no tener ninguna congruencia. Con frecuencia, la palabra sacrificio tiene una connotación de sufrimiento, soportar adversidades para cumplir con una labor, como una madre que sacrifica sus propias necesidades por las de sus hijos.
Por otro lado, alabanza tiene una connotación positiva de ánimo, gratitud y regocijo.
Entonces, ¿a qué se refiere la Biblia cuando relaciona estas dos palabras tan distintas?
Referencias del Antiguo Testamento a los sacrificios de alabanza
Existen tres escrituras en la versión Reina Valera de 1960 que emplean los términos sacrificio o sacrificios de alabanza. Dos de éstas se encuentran en las profecías de Jeremías y la otra en el libro de Hebreos.
“Y vendrán de las ciudades de Judá, de los alrededores de Jerusalén, de tierra de Benjamín, de la Sefela, de los montes y del Neguev, trayendo holocausto y sacrificio, y ofrenda e incienso, y trayendo sacrificio de alabanza a la casa del Eterno” (Jeremías 17:26, énfasis añadido).
La lista de sacrificios de Jeremías incluye la mayoría de las ofrendas que se describen en los primeros capítulos de Levítico.
Los sacrificios de acción de gracias son uno de los tres tipos de ofrendas de paz. El concepto hebreo de la palabra paz es mucho más amplio que el del castellano, e incluye plenitud, integridad, solidez y bienestar. Estos eran sacrificios de gozo, compañerismo y celebración, al contrario de los que se llevaban a cabo por el pecado.
Jeremías también menciona los sacrificios de alabanza en Jeremías 33:
“ha de oírse aún voz de gozo y de alegría, voz de desposado y voz de desposada, voz de los que digan: Alabad al Eterno de los ejércitos, porque el Eterno es bueno, porque para siempre es su misericordia —[comparar con Salmos 106:1]; voz de los que traigan sacrificios de alabanza a la casa del Eterno. Porque volveré a traer los cautivos de la tierra como al principio, ha dicho el Eterno” (Jeremías 33:11).
De nuevo, el uso del término sacrificios de alabanza que hace Jeremías parece estar relacionado con los sacrificios de acción de gracias que alababan a Dios y le proporcionaba una comida festiva al oferente y su familia. Los Salmos también incluyen exhortaciones a ofrecer sacrificios de gratitud a Dios por su bondad, sus maravillosas obras, gracia y misericordia (Salmos 107:22; 116:17).
Aunque esos ejemplos del Antiguo Testamento probablemente se refieren a sacrificios literales de animales, la actitud de alabanza y gratitud refleja lo que Dios quiere que ver en nosotros hoy. . Si usted desea más información acerca de las ofrendas de paz en el Antiguo Testamento, lo invitamos a leer nuestro artículo “Tipos de sacrificios que encontramos en la Biblia y su significado”.
Los sacrificios de alabanza del Nuevo Testamento
El libro de Hebreos en el Nuevo Testamento nos muestra cómo los sacrificios animales del Antiguo Testamento señalaban y fueron cumplidos con el sacrificio perfecto de Jesucristo. Su muerte fue suficiente para pagar por la pena de todos los pecados. Ningún sacrificio animal podía hacer lo que hizo el sacrificio de Jesús, hacer que fuera posible el perdón.
Nuestra alabanza y gratitud hacia Dios en oración, con canticos y adoración, son un sacrificio que le agrada a Dios.
Nuestra alabanza y gratitud hacia Dios en oración, con canticos y adoración, son un sacrificio que le agrada a Dios. Debido al gran sacrificio de Jesús, el autor del libro de Hebreos nos exhorta a responder de una forma congruente. Nos muestra que, como cristianos, todavía hay sacrificios que podemos ofrecer.
“Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre” (Hebreos 13:15).
Los siguientes versículos mencionan sacrificios espirituales adicionales que a Dios le agradan, “Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios” (v. 16).
Ejemplos de sacrificios de alabanza
La Biblia incluye muchos ejemplos hermosos de sacrificios de alabanza. Veamos algunos.
Después de que durante 20 años Israel sufriera la opresión por parte de Jabín rey de Canaán, Dios de manera milagrosa, ayudó a Israel para que lo derrotara. Jueces 5 registra el cántico que Débora y Barac cantaron para celebrar y alabar a Dios:
“Por haberse puesto al frente los caudillos en Israel, por haberse ofrecido voluntariamente el pueblo, load al Eterno. Oíd, reyes; escuchad, oh príncipes; yo cantaré al Eterno, cantaré salmos al Eterno, el Dios de Israel” (Jueces 5:2-3).
Unos doscientos años más tarde, David, el rey más famoso de Israel y un hombre conforme al corazón de Dios, se destacó por sus cantos de alabanza. Organizó a muchos de los levitas en coros y grupos de músicos instrumentales cuyo servicio consistía en alabar a Dios (1 Crónicas 23:30). De los levitas, “cuatro mil para alabar al Eterno, dijo David, con los instrumentos que he hecho para tributar alabanzas” (v. 5).
El libro de los Salmos contiene muchos cantos de alabanza de David y otros.
Uno de mis salmos de alabanza favoritos es el 148, que comienza así: “¡Alabad al Eterno! Alabad al Eterno desde los cielos, alabadle en las alturas. Alabadle todos sus ángeles; alabadle todos sus ejércitos” (vv. 1-2).
Otro es el Salmo 150, el último salmo, que termina así: “Alabadle con címbalos resonantes; Alabadle con címbalos de júbilo. Todo lo que respira alabe al Eterno. Aleluya” (vv. 5-6).
Incluso el orgulloso y poderoso rey babilonio Nabucodonosor llegó a reconocer por un tiempo la grandeza de Dios, y dijo: “Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia” (Daniel 4:37).
“De la boca de los niños... Perfeccionaste la alabanza”
Una de las más bellas expresiones espontáneas de alabanza se produjo cuando Jesús entraba en Jerusalén casi al final de su corta vida. Una gran multitud extendía sus vestidos y ramas de árboles en el camino delante de Él.
“Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!” (Mateo 21:9).
A los líderes religiosos no les hizo ninguna gracia. “Pero los principales sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y a los muchachos aclamando en el templo y diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron, y le dijeron: ¿Oyes lo que estos dicen?”.
No creían que Jesús mereciera adoración y querían que detuviera a las personas. Pero Jesús les dijo: “Sí; ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman Perfeccionaste la alabanza?” (vv. 15-16).
La actitud infantil de humilde agradecimiento, celosa confianza y exuberante alegría era agradable a Dios.
La Iglesia y la alabanza
La alabanza era también un rasgo distintivo de la Iglesia del Nuevo Testamento. Cuando Cristo ascendió al cielo, los discípulos “después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo; y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén” (Lucas 24:52-53).
Después de recibir el Espíritu Santo, en la Iglesia “comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” (Hechos 2:46-47).
Cómo ofrecer el sacrificio de alabanza en la actualidad
Sin templo ni sacerdocio activo, hoy en día no se realizan sacrificios de animales. Como hemos visto, el libro de Hebreos muestra que el sistema de sacrificios fue diseñado para anticipar el sacrificio de Jesucristo por nuestros pecados. Él es nuestra ofrenda perfecta por el pecado y es también la última ofrenda de paz (Colosenses 1:20).
Un aspecto de ser un sacrificio vivo es el sacrificio de alabanza. Hebreos 13:15 lo define como “fruto de labios que confiesan su nombre”.
Cristo es nuestro Sumo Sacerdote, y nosotros estamos llamados a ser “sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo...Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:5, 9).
Un aspecto de ser un sacrificio vivo es el sacrificio de alabanza. Hebreos 13:15 lo define como “fruto de labios que confiesan su nombre”. ¿Qué sacrificios espirituales quiere Dios hoy? Los cristianos debemos ofrecernos por completo a Dios.
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” (Romanos 12:1).
El versículo 2 explica que esto significa no caminar con el mundo, no mancharse con sus males. Por el contrario, debemos ser “transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
Esto nos remite a Oseas 14:2, donde el profeta utilizó el memorable cuadro verbal de ofrecer “la ofrenda [literalmente, becerros] de nuestros labios”.
¿Cuáles son algunas formas específicas en que podemos hacerlo?
- Al cantar alabanzas
El apóstol Pablo enseñó la importancia de la música en la adoración a Dios. “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” (Efesios 5:19-20).
- Al estudiar los Salmos
La palabra alabanza se usa 126 veces en el libro de los Salmos (de un total de 237 en la Nueva Versión Reina Valera), así que hay muchos ejemplos para mostrarnos cómo alabar a Dios en este libro de poesía e himnos.
- Al orar
Las palabras de alabanza de los Salmos pueden suscitar e inspirar nuestras propias oraciones privadas de acción de gracias. Todas nuestras oraciones deben incluir alabanza y gratitud a Dios. Jesús dijo que debemos orar “santificado sea Tu nombre” (Mateo 6:9).
Pablo también enseñó la importancia de orar siempre con acción de gracias: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Filipenses 4:6).
A los Tesalonicenses les dijo: “Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1 Tesalonicenses 5:16-18).
Alabar a Dios en la oración incluye dar gracias por los alimentos, como Jesús lo hizo (Mateo 14:19).
La alabanza debe ser una parte importante de nuestra meditación y de nuestra vida diaria de oración.
- Al regocijarnos y adorar en los sábados y fiestas de Dios.
El sacrificio de acción de gracias era una ofrenda destinada a ser compartida entre el sacerdote, el que lo ofrecía, su familia y amigos (Levítico 7:12-15). El sábado semanal y las fiestas anuales de Dios también ofrecen oportunidades para compartir y regocijarse juntos en acción de gracias y adoración a nuestro generoso y dadivoso Creador. Si usted desea más información acerca de este tema, lo invitamos a leer nuestro artículo “¿Cuál es la adoración que quiere Dios?”
A Dios le sigue agradando el sacrificio de alabanza. Él desea estos sacrificios espirituales que reflejan corazones cada vez más parecidos a los Suyos.
Si usted desea estudiar más acerca de la alabanza, lo invitamos a leer nuestros artículos “Cantos de alabanza” y “Oraciones de alabanza”.