Al conocer más que nadie a las personas, Jesús hubiera sido un político muy exitoso. ¿Cuál fue la política de Jesús?
Podrá ser una sorpresa para muchos, pero Jesús no se involucró en la política de su época. Aunque tenía un gran interés en el gobierno, Él decidió no hacer parte de ninguna de las facciones políticas de ese momento, tanto del gobierno judío como de su supervisor, el gobierno de Roma.
Cristo tenía buenas razones para mantenerse aparte de la política. El mensaje que Él predicó era acerca del gobierno, pero de un gobierno que Él establecería en la Tierra, no uno que vendría a través del esfuerzo humano. ¡El mensaje de Jesús era acerca del gobierno de Dios, que regiría el mundo y traería consigo la paz mundial!
En una ocasión, una gran cantidad de sus seguidores, quedó tan impresionada de la habilidad que tuvo Jesús para alimentarlos milagrosamente, entre ellos 5.000 hombres, con cinco panes y dos peces, ¡que trataron de tomarlo por la fuerza y nombrarlo rey entre ellos! Sin embargo, Jesús logró escapar y se fue para el monte solo (Juan 6:5-15).
Seguramente, Él hubiera tenido todo el apoyo necesario en caso de querer derrocar a los poderes existentes. Pero estaba claro que Jesús no quería verse involucrado en la sociedad política que lo rodeaba en ese momento.
La política de Jesús es examinada en la corte de Pilato
Cuando Cristo estaba en el juicio por su vida ante Poncio Pilato, el procurador romano en Judea, éste le preguntó acerca de sus aspiraciones políticas. Veamos lo que se dijo durante esta conversación: “Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Jesús le respondió: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí? Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho? Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí” (Juan 18:33-36).
Aunque Jesús nació para ser rey, Él le dijo a Pilato que no estaba involucrado en la política de la época.
A pesar del mensaje tan claro de la Biblia de que el Reino de Dios no va a ser producto del esfuerzo humano, mucha gente a través de los siglos ha enseñado que así va a ser. Algunos dicen que el reino está en el corazón de los hombres, mientras que otros dicen que la misión de la Iglesia es cambiar los gobiernos actuales, para hacerlos según Dios.
Aunque lo que la Biblia enseña es que Jesús va a tomar los reinos de la Tierra cuando regrese al sonido de una trompeta (1 Tesalonicenses 4:16; Apocalipsis 11:15). Entonces los muertos en Cristo van a ser resucitados para gobernar con Cristo cuando el Reino de Dios se establezca en la Tierra (1 Corintios 15:51-52; Apocalipsis 20:4).
Muchas profecías muestran que Jesús no sólo va a ser rey cuando regrese a la Tierra, va a convertirse en Rey de Reyes y Señor de Señores (Isaías 9:6-7; Apocalipsis 19:15-16). La política actual no va a resolver los problemas más persistentes de la humanidad. ¡Éstos sólo se van a solucionar cuando Cristo se convierta en la autoridad suprema sobre el mundo entero!
Jesús enseñó sumisión al gobierno
Aunque Jesús no se involucró en la política de la época, sí le enseñó a sus discípulos respeto por las autoridades del gobierno. Sin importar en la nación que uno resida, el respeto por los líderes de la nación es parte de las responsabilidades de un verdadero cristiano.
Pablo habla de esto cuando escribió a los romanos: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos” (Romanos 13.1-2, compare con Daniel 4:17).
Más adelante en el mismo capítulo, Pablo dice que debemos pagar cualquier impuesto que debamos (Romanos 13:6-7). Jesús abordó este tema cuando le estaba respondiendo a los fariseos acerca de que si era legal pagar impuestos al César. Él les dijo que “dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios” (Mateo 22:21).
Pablo también comentó acerca de los líderes respectivos del gobierno cuando le escribió a Tito. Pablo le dijo a este ministro: “Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra” (Tito 3:1).
Pedro agregó: “Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos” (1 Pedro 2:13-15).
El mundo de Satanás
De acuerdo con las Escrituras, Satanás es el “el dios de este siglo” (2 Corintios 4:4). La Biblia se refiere al mundo en que vivimos como malvado. Cuando Pablo le escribió a los de Gálatas, les dijo: “Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo, el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre” (Gálatas 1:3-4).
Este mundo perverso actual, junto con sus gobiernos, es obra de Satanás. Tristemente, todas las naciones han sido engañadas por Satanás (Apocalipsis 12:9). Aunque los cristianos vivan en este mundo, no tienen que ser de este mundo. Cuando Jesús estaba orando por sus discípulos la noche antes de ser crucificado, le dijo al Padre: “No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo” (Juan 17:16).
El registro bíblico no indica que Jesús haya tratado de reformar el gobierno humano. En lugar de esto, Él va a reemplazarlo. Mientras los gobiernos de este mundo estén bajo la influencia de Satanás, van a estar en contra de Dios. Satanás no puede ser reformado, tiene que ser reemplazado. Eso también se aplica a los gobiernos humanos de este mundo. Eso es exactamente lo que Jesús va a hacer. ¡Va a reemplazar a Satanás y al gobierno humano!
La gente pregunta a menudo cuando busca algún consejo: “¿qué haría Jesús?” nosotros le añadimos otra pregunta a ésa: “¿qué fue lo que Jesús hizo?” El registro bíblico no indica que Jesús haya tratado de reformar el gobierno humano. En lugar de esto, Él va a reemplazarlo.
La “nacionalidad” de un cristiano está en el cielo
Aunque los cristianos son exhortados una y otra vez en la Biblia para que respeten los líderes de las naciones en las que residen y para que sean ciudadanos respetuosos de la ley, no existe evidencia bíblica acerca de algún creyente tratando de cambiar, establecer o derrocar el sistema político de su nación. La “nacionalidad” de un cristiano está en el cielo, queriendo decir que Dios los cuenta como ciudadanos de su gobierno que está por venir (Filipenses 3:20).
Los cristianos van a ser embajadores del gobierno que Jesús va a establecer cuando regrese a la Tierra (Efesios 2:19; 2 Corintios 5:20). Los embajadores son representantes de un gobierno, viviendo en otro. Los cristianos son extranjeros y peregrinos sobre la Tierra (Hebreos 11:13); aunque puede que sean ciudadanos de algunas de estas naciones, así como el apóstol Pablo.
Jesús predicó acerca del gobierno
¿Envió el padre a Jesús a este mundo, a nacer de María siendo virgen, crecer, comenzar su ministerio aproximadamente a la edad de 30 años y luchar para hacer de este mundo un mejor lugar para vivir, a través de la política humana? La respuesta la encontramos en el mensaje de Jesús.
¿De qué habló cuando atrajo a multitudes de cientos y de miles de personas? Seguramente la política de Jesús habría salido a flote en ese momento. Ciertamente tuvo la oportunidad de empezar un movimiento político si así lo hubiera querido.
El Evangelio de Marcos registra la respuesta: “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Marcos 1:14-15).
El evangelio (las buenas noticias) que Jesús predicó, era acerca de un gobierno en el futuro —no del actual. Él habló acerca del Reino de Dios —un gobierno que Él establecería en la Tierra en el futuro. Él exhortó a los que lo escuchaban a que creyeran en ese evangelio, en ese camino de vida.
¿Cuál sería la política de Jesús actualmente?
Si Jesús estuviera presente en la carne hoy en día, ¿qué haría en el ambiente político actual? ¿Haría campaña para que su candidato favorito fuera elegido? No, Él seguiría transmitiendo el mensaje que predicó cuando vino durante el primer siglo. La solución a los problemas del ser humano no es reformar los gobiernos actuales, sino reemplazarlos con el Reino de Dios. Vea nuestros artículos acerca del Reino de Dios, incluyendo las profecías detalladas que muestran cuándo va a establecer Cristo su gobierno.
¿Qué deben hacer los cristianos?
La misión de un cristiano es ser un embajador de Jesucristo —un experto emisario de su Reino, de su gobierno que está por venir. Los embajadores de los gobiernos actuales no deben inmiscuirse en las políticas o en los sistemas de gobierno de las naciones. Al contrario, deben someterse al gobierno y a las leyes de la nación en donde viven. Los cristianos deben hacer lo mismo, siempre y cuando estas leyes no vayan en contra de las leyes de Dios (Hechos 5:29). Si los cristianos van a seguir el ejemplo de Jesús, entonces no se deberán involucrar con las políticas de este mundo.
La labor de la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial, es advertir al mundo de su difícil situación y del peligro actual. Es ayudar a que las personas cambien su vida para que puedan ser parte del Reino de Dios que está por venir. No es involucrarse en las políticas de este mundo. Nuestra misión es proclamar el mensaje de Cristo a todas las naciones. ¡Las buenas noticias son que el Reino de Dios está cerca!
Para saber más acerca de este gobierno de Dios que está por venir, lo invitamos a que lea los artículos en la sección titulada “El Reino de Dios” debajo de la pestaña de “Profecía”.