Este artículo dará comienzo a nuestra nueva columna “Andar como Él anduvo”. ¿De qué se trata y por qué es importante para usted?
Desde que Discernir comenzó en enero del 2014, he tenido el privilegio de escribir la columna “Cristo vs. cristianismo”, que apareció casi en cada edición —¡45 para ser exactos!
El título de la columna fue diseñado para desafiar y crear polémica. Después de todo, ¿cómo puede Cristo estar en contra de la religión que lleva su nombre? ¿No sería eso una contradicción?
Si usted siguió la serie durante los pasados siete años, espero que haya podido captar el contenido detrás de su título un tanto radical. La religión que dice seguir a Jesucristo en realidad contradice muchas de sus enseñanzas.
En nuestro primer artículo, explicamos la premisa de la serie con la siguiente escritura: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21).
Según las palabras de Jesucristo, una persona puede confesar que Él es el Señor, pero no ser realmente cristiana porque no hace su voluntad. Y Cristo no sólo nos advirtió acerca del falso cristianismo, sino que predijo directamente que ocurriría (v. 15). Dijo que algunos afirmarían que lo adoraban, pero al mismo tiempo enseñarían cosas diferentes a las que Él enseñó (Mateo 15:9). ¿Reflejan o contradicen sus enseñanzas a las de Jesús?
Entonces, eso fue justo lo que hicimos: analizamos las creencias populares de diferentes denominaciones cristianas y las comparamos con las palabras de Jesucristo y el resto de la Biblia.
Descubrimos que muchas de las doctrinas que hoy se enseñan contradicen abierta o sutilmente las palabras de Jesús; creencias como el rapto, tradiciones como la Navidad y Semana Santa, y la idea de que sólo necesitamos “aceptar a Jesucristo” para ser salvos. También analizamos ideas equivocadas acerca del infierno, el evangelio, la apariencia de Jesús y lo que significa ser salvos, entre otras. Si se perdió alguno de estos artículos, puede encontrarlo en vidaesperanzayverdad.org/discernir/cvc).
Nuestra nueva columna
Pero después de siete años de “Cristo vs. cristianismo”, hemos decidido adoptar un nuevo enfoque. Ya que hemos pasado bastante tiempo analizando muchas creencias falsas, el próximo paso natural es examinar más de cerca la verdad. Y no hay mejor forma de entender el verdadero cristianismo que a través de la vida y las enseñanzas de Jesucristo mismo.
Fue Él quien con su vida nos dió el ejemplo de qué es el cristianismo. Y, tras revisar en detalle lo que Jesús no hizo ni enseñó, es hora de enfocarnos en lo que sí hizo y sus verdaderas enseñanzas. Aunque, mientras lo hacemos, sin duda encontraremos más creencias erradas acerca de Él.
Entonces, en esta edición comenzaremos nuestra nueva columna regular: “Andar como Él anduvo”.
¿Por qué “Andar como Él anduvo”?
La nueva serie se basa en las palabras inspiradas del apóstol Juan que encontramos en 1 Juan 2:6: “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” (énfasis añadido).
Cada artículo se enfocará en un episodio específico de la vida de Jesucristo y lo examinará con cuidado para descubrir lo que nos enseña acerca de Él y cómo podemos aplicar su ejemplo en la actualidad.
Estas palabras (“andar como él anduvo”) resumen el cristianismo en su forma más básica y pura. Para vivir y practicar el genuino cristianismo, debemos seguir el ejemplo de Aquél cuya vida lo define: Jesucristo. En otras palabras, el ejemplo y las enseñanzas de Jesús deben ser el cimiento sobre el cual construimos nuestra vida (Mateo 7:24). Deberíamos considerar su vida y sus palabras como nuestro modelo a seguir.
Pero Juan no fue el único que escribió acerca de la importancia de aprender del ejemplo de Cristo y seguirlo.
El apóstol Pedro fue un hombre que literalmente caminó cientos de kilómetros con Jesús por los caminos polvorientos de Tierra Santa y, como Juan, tuvo la oportunidad de pasar más de tres años con Jesucristo y presenciar en primera fila la forma en que vivió día tras día. Lo vio en todas las situaciones: en momentos de estrés, momentos de tranquilidad y momentos formales y casuales. Fue corregido y elogiado por Cristo mismo. Sin duda esos años que pasó con Dios en la carne tuvieron un impacto indeleble en su vida y en la clase de hombre y líder en que se convirtió.
En 1 Pedro 2:21-22, este apóstol destaca la importancia de andar como Cristo anduvo: “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca” (énfasis añadido). Aquí, Pedro describe tres áreas más en las que Jesús nos dio un ejemplo perfecto: cómo soportó el sufrimiento, cómo resistió ante el pecado y cómo usó sus palabras. Cada una de estas áreas son tan relevantes hoy como lo eran entonces.
También el apóstol Pablo vivió y enseñó el mismo principio. En 1 Corintios 11:1, les dice a sus lectores: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo”.
Pablo era un hombre que hacía lo que decía. Se esforzó por seguir los pasos de su Salvador y les dijo confiadamente a sus lectores que siguieran su ejemplo. En sus escritos, a menudo nos lleva hacia el ejemplo de Cristo y nos anima a imitarlo (Romanos 15:3; Efesios 5:1-2; Filipenses 2:5).
El principio de seguir los pasos de Cristo se remonta incluso a la época del Antiguo Testamento. En una profecía acerca del futuro Mesías, leemos “La justicia irá delante de él, y sus pasos nos pondrá por camino” (Salmos 85:13). La justa vida de Jesucristo efectivamente fue delante de Él, y nosotros debemos estudiar su vida para hacer de sus pasos nuestro camino.
“Aprended de mí”
Jesucristo mismo también habló acerca de la importancia de seguirlo en Mateo 11:29: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (énfasis añadido). Estudiamos su vida para aprender de Él. Como Él dijo, dos de las lecciones que nos enseña son la mansedumbre y la humildad. Sin duda, éstas son lecciones que repasaremos en nuestra serie.
En una de sus afirmaciones más famosas y directas, Cristo además dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).
¿Hay algo más necesario para nuestro mundo que instrucciones acerca de cómo seguir el ejemplo de Cristo —el camino, y la verdad, y la vida— en todas las áreas de la vida? El objetivo de esta serie es destacar ese ejemplo y la forma en que podemos aplicarlo en la actualidad.
¿Cómo saber cómo anduvo Jesucristo?
Como hemos visto, en nuestro mundo actual existen muchas ideas falsas acerca de Jesucristo.
Afortunadamente, la Biblia nos ofrece muchos datos acerca de cómo vivió su vida. Tenemos cuatro Evangelios, que son cuatro relatos de la vida de Jesús escritos por cuatro personas diferentes. Dos de los autores, Mateo y Juan, fueron testigos oculares que pasaron cientos y cientos de horas con Jesucristo. Marcos al parecer presenció al menos algunos eventos, pero él y Lucas recopilaron sus relatos principalmente por medio de entrevistas a otros testigos.
Estos cuatro libros no sólo nos dan diferentes perspectivas y ángulos del ejemplo que Cristo dio, sino que además provienen de cuatro autores confiables que dieron testimonio de su vida y sus enseñanzas. Estudiar los Evangelios nos permite enfocarnos en las palabras y acciones de Jesús, descritas por quienes estuvieron ahí y presenciaron su ejemplo.
Nos esforzaremos por analizar al verdadero Jesucristo con el fin de ayudarle a discernir la diferencia entre Él y las muchas descripciones falsas que existen en la actualidad. Pablo nos advirtió que, en efecto, algunos predicarían “a otro Jesús” (2 Corintios 11:4). La mejor manera de discernir la diferencia es estudiar la vida de Jesucristo detenidamente y entenderla a través de la Biblia.
Cada artículo se enfocará en un episodio específico de la vida de Jesucristo y lo examinará con cuidado para descubrir lo que nos enseña acerca de Él y cómo podemos aplicar su ejemplo en la actualidad. Aunque los artículos estarán basados en los Evangelios, también veremos otros pasajes de la Palabra de Dios que profundizan y detallan el ejemplo vivo de Jesús.
Nuestro deseo es que esta nueva serie de artículos sea una fuente de inspiración y de ideas que le ayuden a seguir el ejemplo de Jesucristo en su vida diaria. En otras palabras, para que pueda andar como Él anduvo.
Si quiere descubrir más acerca de los cuatro relatos de la vida de Jesucristo en el Nuevo Testamento, lea nuestro artículo acerca de los “Evangelios”.