Una cosa es que Apollo Robbins pueda robarle a alguien sin ser descubierto. Pero otra cosa es que llame a un voluntario de la audiencia, le explique exactamente lo que va a hacer y luego le robe sin ser visto.
Eso es lo que el señor Robbins hace. Según su sitio web, Robbins les ha “robado” a más de 250.000 hombres y mujeres, incluyendo un miembro del Servicio Secreto de Jimmy Carter. Y si busca su nombre en YouTube, encontrará video tras video de él haciendo exactamente eso: llamando a alguien de la audiencia al escenario para registrar sus bolsillos completamente inadvertido, mientras todos los demás lo observan con una mezcla de diversión e incredulidad.
“Lo interesante del término distracción es que no es del todo correcto”, explicó el Sr. Robbins en el programa Juegos mentales de National Geographic. “La mayoría de las personas cree que significa ‘mira esta mano mientras hago algo con la otra’. Pero en realidad, lo que quiero es dirigir y controlar su atención —o al menos saber dónde está”.
Lo cual tiene sentido: el lugar en donde usted ponga su atención ayudará u obstaculizará el objetivo final de un ladrón de carteras:
“Su foco de atención”, dice Robbins, “es del tamaño de una uña de pulgar —una milésima parte de su campo visual. Eso significa que, si descubro hacia dónde miran sus ojos, puedo moverme alrededor de ese foco y hacer ciertas cosas. Además, dado que usted debe escoger entre todos sus sentidos (su vista, su audición, todos se unen en un mismo punto), si puedo acceder a su sistema de prioridades y hackearlo, puedo reorganizar sus prioridades en algunas cosas y hacer que otras pasen desapercibidas”.
Como le explicó a The New Yorker: “Si visualiza su foco de atención, la oscuridad alrededor de ese foco es donde yo bailo. Básicamente, lo que hago es jugar en la oscuridad que rodea el punto al que su atención se dirige”.
Un estafador siempre tiene un objetivo
Aunque me gusta mucho ver (o, mejor dicho, no lograr ver) cómo Robbins hace de las suyas, también hay algo que me inquieta profundamente al respecto. Me recuerda que Robbins no es el único con esas habilidades.
Robbins hace lo que hace por entretenimiento y educación, pero hay otro ser a quien le gusta jugar en la oscuridad y manipular nuestra atención con objetivos más viles.
Él lleva más de 6.000 años practicando sus trucos con la raza humana, y la Biblia dice que ha logrado engañar al mundo entero (Apocalipsis 12:9). Su nombre es Satanás el diablo, un “mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44).
Pero ¿cuál es su objetivo? ¿Qué quiere Satanás de usted?
Usted tiene un gran potencial, y Satanás odia eso
Usted existe porque hace mucho tiempo —técnicamente antes de que el tiempo existiera (2 Timoteo 1:9)—los seres eternos que conocemos como Dios el Padre y Jesucristo decidieron agrandar su familia.
Desde el comienzo, hicieron a la raza humana a “imagen de Dios” (Génesis 1:27) y, a partir de entonces han estado llevando a cabo un plan para darles a todos los seres humanos que han existido la oportunidad de unirse a su familia divina. Algunos están recibiendo esa invitación ahora (1 Corintios 15:22-23), aunque la mayoría la recibirá en el futuro (2 Pedro 3:9).
También hace mucho tiempo, Satanás intentó (sin éxito) usurpar el trono de Dios (Isaías 14:12-15). Desde entonces se convirtió en su enemigo —enemigo de su naturaleza, su plan y su familia— y ahora es “el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche” (Apocalipsis 12:10). Su objetivo es arruinar el plan de Dios y está empecinado en ello.
Afortunadamente su influencia tiene un límite. De hecho, cuando Dios le da acceso a la vida eterna a un potencial miembro de su familia, Satanás no puede cerrar esa puerta ni anular la oferta de Dios.
Jesucristo explicó: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre” (Juan 10:27-29).
Satanás no necesita quitarle nada para lograr su objetivo. Solamente necesita su atención. Si puede obtenerla, usted mismo hará el resto del trabajo por él.
Si permanecemos enfocados en Cristo, “el buen pastor” (Juan 10:14), si nos dedicamos a seguir y guardar sus mandamientos (Juan 14:15), si nos arrepentimos constantemente de nuestros pecados (Hechos 26:20), y si buscamos primeramente el Reino de Dios (Mateo 6:33), no hay forma alguna de que Satanás pueda quitarnos el futuro que Dios tiene preparado para nosotros.
Pero ésas son muchas condiciones. Y por eso, Satanás no necesita quitarle nada para lograr su objetivo. Solamente necesita su atención. Si puede obtenerla, usted mismo hará el resto del trabajo por él.
¿Qué pasa si usted se desvía?
Ése es el juego de Satanás. Así funciona su engaño. No puede quitarle la promesa de Dios a la fuerza, pero no necesita hacerlo.
Usted sólo puede seguir las enseñanzas y el ejemplo de Jesús si está enfocado en ello. Sólo puede desarrollar el carácter que Dios espera si se enfoca en las cualidades que conforman ese carácter (2 Pedro 1:5-7). Sólo puede buscar el Reino de Dios primeramente si ésa es su mayor prioridad —su principal enfoque.
Pero si Satanás captura su atención, todo comienza a desmoronarse. La moneda tiene dos caras: nadie puede arrebatarlo a usted de la mano del Padre, pero el Padre tampoco lo detendrá si usted decide salirse del camino. Usted tiene su libre albedrío. Puede mirar hacia donde desee. Puede ir hacia donde le plazca.
Y de hecho, su enemigo espera con ansias que haga justamente eso.
Tenemos menos atención para repartir de lo que creemos
“Ellos tienen el control”, dice Robbins, explicando su técnica, “y eso es muy importante, que tengan la ilusión de que tienen el control”.
Nosotros también tenemos el control, ¿no es así? Por supuesto que lo tenemos. Tenemos mucho control. Hay miles de cosas que podemos decidir hacer, y muchas de las opciones son actividades perfectamente aceptables.
No hay nada intrínsecamente malo con navegar en las redes sociales, por ejemplo. No hay nada de malo en estar al tanto de las noticias. No hay nada de malo con tener una afición, o ir de compras, o comer, o hacer ejercicio, o ver una película.
El problema es que todas esas actividades perfectamente aceptables requieren de su atención —y probablemente tiene menos atención para repartir de la que piensa.
En su charla TED, Robbins explicó, “Para hacer mi trabajo, necesito… jugar con su atención como si fuera un recurso limitado. Así que, si puedo controlar dónde pone usted su atención, si puedo robársela con una distracción…”.
Hay un límite fijo e inalterable en la cantidad de tiempo y atención que cada uno de nosotros tiene para invertir. Todos contamos con las mismas 24 horas cada día, y debemos decidir en qué las usaremos. Satanás quiere convencernos de usar la mayor cantidad posible en cosas que alejan nuestra atención más y más de las cosas importantes.
Un poco más de tiempo perfeccionando esa publicación de Instagram. Un poco más de tiempo en el gimnasio. Un poco más de tiempo puliendo su último proyecto. Un poco más, un poco más, un poco más, hasta que…
“Si pudiera controlar la atención de alguien…”
Satanás no necesita quitarle nada para lograr su objetivo. Solamente necesita su atención. Si puede obtenerla, usted mismo hará el resto del trabajo por él.
Jesucristo relató la parábola de diez vírgenes que esperaban a un novio que llegaría a su boda. Sólo cinco de ellas se habían preparado con aceite extra para sus lámparas, mientras que las otras cinco tuvieron que ir a comprar a última hora. Como consecuencia, las vírgenes que no estaban preparadas se perdieron la boda; y cuando le suplicaron al novio que les abriera la puerta, él respondió: “no os conozco” (Mateo 25:12).
Todas las vírgenes tenían acceso al aceite que necesitaban, pero sólo cinco de ellas se preocuparon por estar abastecidas. No sabemos qué hicieron las otras cinco en lugar de preparar sus lámparas, pero sea lo que haya sido, no puede haber valido la pena perderse la boda y quedar afuera avergonzadas.
Apollo Robbins concluyó su charla TED diciendo: “La atención es algo poderoso. Como dije, define nuestra realidad. Así que me gustaría dejarlos con esta pregunta: si ustedes pudieran controlar la atención de alguien, ¿qué harían con ella?”.
Protéjase de las armas de Satanás
Satanás no puede arrebatarle su futuro. Pero si usted le da las riendas de su atención, puede evitar que lo obtenga de todas formas. Puede distraerlo de su preparación espiritual para la boda hasta que las puertas se hayan cerrado y Dios le diga “no te conozco”.
Cristo nos advierte: “donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:21). Satanás tiene muchas distracciones que ofrecernos, pero si realmente queremos el futuro que Dios nos tiene preparado, depende de nosotros tratarlo como el tesoro que es.
Satanás sólo puede distraernos de lo que nosotros le permitimos.
Para descubrir más acerca del maravilloso futuro del que Satanás quiere distraerlo, le invitamos a leer “La más grande historia jamás contada”.